Capitulo 39

388 32 6
                                    

~IZUMI~

Ya era de mañana y el sonido del agua que corría por la ducha me había despertado, apenas abrí mis ojos aun algo adormilado note que todo lo que había pasado anoche no era un sueño todo había sido real, de solo pensar en todo lo que sucedió no pude evitar a no sonreír de felicitad, tome con ambas manos las sabanas y las puse sobre mis rostro, mis mejillas se sonrojaron y mi corazón latía y latía con mucha fuerza mientras pegaba risas, en ese momento la ducha repentinamente dejo de caer agua y la puerta del baño de la habitación de Thomas se abrió, cuando sentí el sonido de la puerta abrirse cerré mis ojos y apreté con más fuerza las sabanas de la cama, poco a poco comencé a sentir unos pasos acercarse a mí para luego sentarse en la cama suavemente.

—Sonrió —¿Que estás haciendo Izumi? —Pregunto con una inmensa sonrisa en su rostro  al verme abrazar de ese modo las sabanas y más aun cuando estaba todo sonrojado por lo que estaba haciendo —Oye Izumi...—Susurro suavemente en mi odio

Cuando escuche la voz de Thomas en mi oído abrí lentamente mis ojos para poder verlo, pero apenas lo hice mis ojos se abrieron como platos y mis mejillas ardieron a una enorme temperatura, Thomas estaba desnudo y solo tenía una toalla enrollada sobre su cintura y en su mano tenía otra con el cual secaba su hermoso cabello rubio, las gotas del agua no dejaban de caer por todo su pecho hasta llegar a su abdomen, mientras lo miraba fijamente pude notar aun todo esos cortes y moretones que Thomas había recibido anoche, en su hombro aun tenia las vendas que enrollaban hasta su torso, rápidamente apreté las sabanas con mucho fuerza y oculte mi rostro en ellas (dios es tan hermoso!!)

—Izumi...¿oye porque te estás escondiendo?, ¿acaso estas avergonzado al verme hasi?...—Dijo algo cabreado por mi repentina actuación, con su mano trataba de alejar las sabanas de mi rostro lo cual impedí que lo hiciera y las sujete con mucha fuerza —Oye Izumi...—Suspiro —Ya detente..

—De-Déjame es vergonzoso mirarte! —Exclame con mi voz temblando de nerviosismo, con ambas manos apreté mas y mas fuerte las sabanas para no dejar que Thomas me las quitara —N-No Thomas!...GH! —Agregue dando un gran salto al sentir una de las mano de Thomas tocar mi entrepierna que hizo que soltara las sabanas para luego retirar su mano de ahí.

—Suspiro —Vez que no fue tan difícil quitarte las sabanas —Exclamo mirándome fijamente mientras que con ambas manos me tomaba mis muñecas y las ponía alado de mi cabeza —Anoche no pude hacer nada, pero ahora esta hambrienta bestia quiere devorarte por completo...—Dijo lamiendo sus labios con la lengua muy seductor

—Gh! Pe-pervertido! —Conteste sonrojado al escuchar esas vergonzosas palabras de Thomas, con solo escucharlas mi cuerpo se tensa y mi corazón late con una enorme velocidad —Thomas...

Thomas sonrió y sin quitarme la mirada de encima ni mucho menos soltando mis manos comenzó a subirse arriba de mi, la toalla que tenía enrollada en su cintura se soltó quedando completamente desnudo (kyaaa!), al verlo mi corazón latió hasta el punto de casi salirse de mi pecho y darme un infarto, Thomas se acercó inclinando su cuerpo y obligándome abrir mis piernas para entrelazarlas por su cintura, su cuerpo trabajado me derrite por completo, y como no hablar de su tatuaje de felino que tiene en su costilla derecha valla sí que es hermoso, Thomas bajo su rostro hacia el mío hasta el punto de poder sentir su respiración bastante acelerada y excitada, mis labios tocaron los fríos y suaves labios de Thomas terminando en un lindo beso, con solo besarlo su lengua comenzó a presionar en mis dientes para poder entrar, no lo pensé ni dos veces y abrí mi boca y deje entrar su lengua para que se encontrara con la mía, Thomas devoraba y succionaba mis labios y mi lengua con mucho placer y locura, mis ojos se cerraron por completo y solo me enfoque en los apasionados besos que ambos no dábamos sin poder detener este lindo momento, los besos se hacían más intensos cada minuto más, hasta que a poco mis gemidos placenteros se fueron escapando de mis labios haciendo que Thomas apenas me  escuchara se separa de mi formando un enorme hilo de saliva que el lamio al instante.

AneliseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora