Vuelve a mí

4:

Jazmín

Perdí la cuenta de cuánto llevo sin comer o beber algo, tampoco sé con certeza hace cuánto que no veo la luz del día

Paso todo el día sola y en las noches Cody baja y hace conmigo lo que quiere. Me golpea sin cesar en todo lo que dura en satisfacerse a si mismo y luego vuelve a irse

Los primeros días aquí intenté, en vano, escapar y recibí una golpiza todavía más brutal de la que no me recupero aún. También intenté acabar con esta pesadilla de una forma más radical, pero no estuve ni cerca de cumplir con mi propósito

Si he de morir aquí me gustaría que fuera rápido, no en medio de esta eterna tortura

Estos días en los que he estado conmigo misma he pensado tanto en cosas que había dejado de lado. He pensado en mis padres, como me gustaría verlos una vez más al menos para poder decirles cuánto los quiero y cuánto los he extrañado, sin importar cuanto me odien yo los amo. Desearía volver al pueblo para estar toda la tarde en el río sin preocupación alguna, desearía que Jared me hubiera creído aquella vez...

Duele como el infierno descubrir que yo lo sigo amando y que él me odia. Que moriré amándolo y jamás sabrá lo que en verdad pasó, todo porque no me creyó

El sonido que hace la puerta al abrirse provoca que mi respiración quede atascada y sea cada vez más irregular. Escucho sus pasos y veo su silueta a través de la tenue luz que se asoma, pronto puedo verlo de cerca

— Te ves mejor hoy— comenta como si nada, como si mi estado no fuera su culpa — ¿Sabes? Estuve pensando... Eres una mujer hermosa, completamente exquisita... Y me vuelves loco

Cierro los ojos cuando se acerca tanto que su aliento me golpea, él inhala con fuerza

— Quiero que te hagas el tatuaje de marca— susurra contra la piel de mi cuello, me quedo quieta sintiendo asco de él y de mí misma

— No, eso jamás— como supuse se detiene y me mira iracundo

— ¡¿Qué dijiste?!

— Yo jamás seré tuya

No importa cuál sea su reprimenda, no puede lastimarme más de lo que ya lo hizo

Me toma del brazo de un tirón haciendo que suelte un alarido y me obliga a levantarme

— ¡Tú vas a aprender por las malas que nadie me dice que no! — sin más empieza a arrastrarme y me saca de la casa. Llama a sus hombres a gritos — ¡Amárrenla!

Ni siquiera estando  libre lograría llegar lejos, estoy demasiado débil

— Espero que te guste el agua—

Y la agonía comienza

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— ¿Y bien?

— Tortúrame todo lo que quieras. Nunca voy a ceder

Su calma no es más que un montaje, eso lo sé

— Bueno, tenemos mucho tiempo para que reconsideres tu decisión. Tal vez una noche empapada a la interperie sirva para que reflexiones

— Púdrete, no lograrás quebrarme

No puede hacerlo, porque ya lo estoy

— Ya lo veremos— me besa a la fuerza metiendo su lengua en mi boca y se da vuelta para largarse dejándome temblando de frío e ira  — Ya que tienes tantos aires de valentía espero que puedas soportar que todos los hombres aquí presentes puedan probarte

Por dentro lo único que quiero es gritar y matarlos a todos para que no puedan tocarme, tal vez sería mucho mejor alcanzar una de sus armas y pegarme un tiro. Sin embargo, estoy tan vacía que no me inmuto ante sus palabras... Ya no importa, pienso dejarme morir de todas maneras

— ¿No dirás nada florecilla? Mira que ninguno de ellos va a ser amable contigo como lo he sido yo

Sigo completamente callada esperando por mi destino

— ¿Podemos probarla jefe? — consulta uno de sus títeres y Cody me mira un segundo

— En otra ocasión tal vez, por el momento prefiero que sea exclusivamente mía. Pueden tocar lo que quieran, tómenlo como incentivo

— ¿Qué quiere que hagamos con ella luego?

— Amárrenla en los establos. Un par de días ahí serán suficientes para domarla— se va al fin para entrar a la casa

— Como diga señor

La voz de la última persona que intervino me resulta muy familiar, por lo que levanto la mirada para ver de quién se trata. Por primera vez en días siento que tengo alma cuando veo a Hilton, toma todo de mí no demostrar lo que me provoca verlo aquí. Él tampoco puede demostrar nada por obvias razones, sin embargo la mirada que me da es suficiente para entender que tratará de ayudarme a salir de aquí

¿Y si termina muerto por intentarlo? Sería mucho mejor que se mantuviera al margen y no tengo forma de decírselo sin dejarlo en evidencia. Luego de todo esto yo jamás seré la misma, jamás recobraré las ganas de vivir porque no tengo ningún motivo para hacerlo

Los hombres de los Thompson uno por uno, salvo Hilton, hunden mi cabeza en el enorme barril de agua helada mientras me tocan a su antojo, también usan la manguera con toda la presión sobre mi cuerpo y me golpean cuando me resisto. Llega un momento en el que Hilton pretende interceder, lo veo en su rostro y le suplico con la mirada que no lo haga, o recibirá algo peor que esto

Cinco horas después de casi morir ahogada me llevan a los establos y me amarran en uno de los postes, con dificultad puedo abrir los ojos y solo lo hago cuando siento un par de dedos fríos y suaves levantando mi mentón

— Hola Jaz

— ¿Qué diablos haces aquí? Debes largarte ahora mismo

— No me voy a ir sin ti

— Por favor, no puedo lidiar con ser la responsable de otra muerte

— Vamos a salir de aquí con vida, solo dame tiempo para poder llevar a cabo mi plan

— Olvídate de eso y sálvate. No hay plan válido, estoy condenada

Niega y se arrodilla hasta quedar frente a mí

— Te juro que te voy a sacar de aquí. Por lo pronto resiste, por favor no te rindas... ¿Confías en mí?

— No quiero tu ayuda Hilton Callahan, quiero que te vayas

No dice nada, en su lugar saca una cantimplora pequeña, la abre y me la ofrece

— Bebe. No piensan darte comida ni agua quién sabe por cuanto tiempo y estás muy débil, veré cómo me las ingenio para escabullirme y traerte algo de comer pronto... Solo aguanta, vas a salir de aquí en unos días— tomo suficiente para que mi garganta deje de ser una áspera e hiriente lija

Le cuesta irse, pero termina por hacerlo porque sabe que el riesgo es demasiado

Le ruego a quien sea que pueda escucharme que Hilton recapacite y huya ahora que aún puede

Que me deje atrás, que se salve él, que se olvide de mí