Capítulo 2

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07 de Septiembre, 2012

-¿Podrías ir preparando un café cargado Elly?-. escucho que me pregunta Matias.

Asiento a su dirección y me giro a la cafetera a prepararlo. Matías y yo somos parte de los 5 empleados que hay en la pastelería de mi tía y Felipe Candy's felme, la nombraron así en honor a un postre que inventaron, consta de 3 capas de biscocho de chocolate y en medio de cada una de las capaz tiene chocolate blanco y jalea de fresa, una delicia al paladar . Siempre que puedo le ruego a mi tía que me dé aunque sea un trozo chiquitito. A veces creo que soy dulcedicta.

Los turnos de meseros les corresponden esta semana a Daniela, una dulce castaña, ojos claro. Trevor un moreno que siempre anda con actitud coqueta y Gabriel, un tímido pelirrojo. Conmigo hoy en el mostrador está Matías, un serio, reservado y galante chico castaño. Todos son geniales, somos un muy buen equipo de trabajo, Daniela, Thiago y Matías llevan 3 años trabajando aquí, Gabriel y yo somos los más jóvenes, ambos solo llevamos un año.

-Aqui tienes Dani-. Le pasó el café a Daniela sobre el mostrador para que sea llevado a la mesa.

-Graciaaas-. Me respondió con una sonrisa llevandose el café.

Le sonrió y me inclino al frente apoyándome en los codos.

-¿Segura que podrás cubrirme mañana todo el turno?-.giro mi rostro a verlo -.Puedo tratar de hacerlo lo más rápido que pueda y volver, ya que ninguno de los chicos puede ayudarte de este lado-. Me preguntó serio Matías, el seguía sentado en frente de la caja registradora.

-Traquilo matias. Además, no te vas de paseo, es un exámen importante de tu universidad y no sabes en qué turno deberás presentarlo. No te estreses, puedo sola, tengo muchas habilidades-. Termino con una sonrisa boca cerrada y una ceja alzada.

-No lo dudo.- respondió con una pequeña sonrisa de lado.- pero que pasará si se te acaba el azúcar del frasco de abajo, quien te pasará el nuevo, está muy alto para ti.

-ja. ja. ja, muy chistosito. No seas mentiroso y exagerado, puedo alcanzarlo.- lo mire con cara de pocos amigos, el no perdía su sonrisita.

- Claro que puede hermano-. ambos giramos en dirección a la vos-. con la ayuda del banquito. Pero no te preocupes, cualquier cosa yo estaré al pendiente de pasárselo, no le vaya a dar vertigo por la altura.- comento el moreno parándose frente a nosotros, del otro lado del mostrador, con una sonrisa burlona.

El muy imbécil de Matías soltó una carcajada. Lo mire con las cejas fruncidas.

-Porque te ríes de eso, tu nunca ríes y escogiste el peor chiste para hacerlo-. Le digo con fingida molestia.- saben que, mejor me voy a espiar a la cocina, los detesto a los dos.

-Vamos linda, no te enfades-. Me gritó Trevor, ya casi llegaba a la puerta de la cocina.

Seguí dándoles la espalda, para respuesta levanté mi mano y les enseñe el dedo corazón, acompañado de un pudranse. Antes de cruzar la puerta escuche las carcajadas de ambos.

Imbéciles.

°°°

Entro a casa, dejo mi bolso y chaqueta en una mesita al lado de la entrada. Felipe acaba de dejarme en casa, mi tía se fue con el, según me comentó cuando entre a espiar en la cocina, el "Gatito Félix" quería mostrarle algo importante. Así que me abandonaron a mi suerte en la puerta de la casa y se fueron.

"Gatito Félix" es Felipe, asi suelo llamarlo desde que lo conozco y como a el no parecio enfadarle la primera vez que se lo dije,  todavía es su apodo. Aunque no va mucho con su persona, pero otorgándome puntos a favor, la repostería tampoco lo es para alguien con su físico, es un hombre grande, cabello negro y barba, con una voz gruesa, junto con una personalidad chispiante y algo cómico. La primera vez que lo ví usando un delantal no pude evitar reír, para mí era casi lo mismo que verlo usando un tutú. Ternurita.

La segunda opción.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora