Capitulo 4

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10 de Septiembre, 2012.

Por Bob esponja.

Me estoy alistando lo más rápido que las extremidades me lo permiten, me quedé dormida, por ende no podré irme con tía, a ella le gusta irse al trabajo a eso de las 7:30am, pero hoy no pude seguirle el ritmo, así que me encuentro en este embrollo, ella teniendo que dejarme y yo tomando lo primero que encuentre, colocándome un jeans ajustado negro y una franela tres tallas más grande, que realmente no sé de dónde carajos la saqué, pero que es súper cómoda. Porque para colmo olvide que tenía el otro uniforme en la pastelería.

Sin poder echarle la ayudadita necesaria a mi aspecto, bajo corriendo, tomo mi bolso y salgo a la parada de autobuses que por suerte está muy cerca de casa. Tomo asiento junto a una señora con su niño, el cual está sentado en el piso frente a ella. Miro el reloj, carajo ya son las 8:00am, mi turno comienza 8:30, pero eso no evita que la ansiedad me gobierne, odio llegar a los lugares corta de tiempo.

Lo único positivo es que me tardo en autobús 15min, por lo que haciendo uso de mis bien aprendidas matemáticas en primaria, porque en las de secundaria no fui muy eficiente, me quedan otros 15min para que aparezca el busito y llegar a tiempo.

Y para mejorar mi día el niño tiene un puto crayón azúl y justo tomó como lienzo la parte inicial blanca de mis convers negras, disimuladamente retrocedo mi pie y el niño perseverante lo sigue y continua en lo suyo, giró el rostro y la madre está concentrada en su celular,  al ver que el pequeño diablillo no desiste a pesar que muevo mi pie constantemente decido hablarle a su madre.

-Oiga- llamo amablemente.

La mujer me ignora, que maravilla.

-Oiga- repito más fuerte. Esta vez recibo una mirada de fastidio-¿podría por favor decirle a su niño que no puede dibujar en mi zapato?- digo lo más dulce que puedo.

La mujer solo lo observa, para luego llamarlo con total calma y fastidio, el niñito solo la miró. Al menos dejó de pintar.

-Que te sientes aquí Eliot- repite la mujer. Al no recibir respuesta toma al niño bruscamente por el brazo y lo sienta en  medio nuestro. Solo me limito a observar. La miro agradecida que hizo algo y miro el reloj, 8:13.

Santa dona. Estos minutos se me están haciendo eternos.

Siento presión en mi hombro, así que bajo la mirada y observó otra vez el diablillo pintando en el, la madre sigue en el celular y no nota que el tal Eliot me escogió como su lienzo favorito.

-No hagas eso niño- lo reprendo mientras muevo mi hombro, la madre solo echó una miradita y siguió en lo suyo, al igual que Eliot, continúo, haciendo caso omiso a mis palabras.

-Que no, deja de pintarme- digo comenzando a cabrearme- Joder, que me dejes de una puta vez mocoso.- exclamo levantándome al acabarse mi paciencia.

A lo que la maravillosa madre me miró horrorizada, tomando al diablillo y colocándolo al otro extremo.

Si, eso debiste hacer desde el principio vieja loca.

-¿Como te atreves a hablarle así? es un niño, solo tiene 5 años, deberías de cuidar tu lenguaje- me dice la mujer indignada.

No pude evitar fruncir el ceño.

-Y usted cuidar a su hijo, no soy un puto lienzo, y si usted no hace o dice nada cuando moleste a otras personas no se haga la indignada cuando otro lo haga. Cuide a su diablillo.- respondí toscamente.

Giré el rostro notando que se aproximaba el autobús. Gracias al cielo.

La mujer solo me fulminó con la mirada, tomó al mocoso de la mano y se coloco detrás de mi esperando subir. Manteniendo la distancia por obvias razones. Si, muy bien, mejor más lejos, Pensé.

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⏰ Última actualización: Jul 08, 2020 ⏰

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