Capítulo VI

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La castaña viajaba en el avión triste junto a su guardaespaldas, el la observaba extrañado de seguro pensó que era porque extrañaria a sus amigas y ahora volvería con su esposo.

Bakotsu junto a Byakuya, llevaba custodiando a la mujer se su jefe diez años, desde desde que se casaron y notaba que era una mujer hermosa, con un gran cuerpo pero con un rostro triste siempre en su rostro.

Pero estos días en Japón, ella lucía radiante, pero ahora en el avión rumbo a China regresaba de nuevo a brazos de su marido.

Se acercó con sigilo a ella, la castaña no apartaba el rostro de la ventana del avión, la mujer no escucho su voz hasta la tercera vez que le hablo.

- Señora Yagami, ¿se encuentra bien?

-Descuida- volteando a verlo y dandole una sonrisa falsa.

-Un pañuelo -ofreciendole caballerosamente un trozo de tela

-Muchas gracias- aceptandolo

- Tranquila el jefe la espera en casa, el estará contento de verla después de estos días.

Al llegar después de horas de vuelo, la mujer llegó a su casa nerviosa y con paso lento se dirigió a la habitación de su esposo para saludarlo, decirle que llegó bien.

Pero unos gemidos de mujer y de hombre la trajeron a la realidad, en lugar de recibirla su esposo estaba ocupado con su amante. Un dolor en el pecho y sus lágrimas brotaron de sus ojos, evito a su guardaespaldas al correr de su habitación estaba con otra mujer y ella también lo había hecho aunque lo sucedido con Miroku era amor de verdad.

-Maldita sea- dijo llorando desconsolada.

XXX

Miroku estuvo atendiendo una paciente después de lo ocurrido con la castaña, durante la consulta estuvo distraído hasta la señora Kaede le dijo que fuera a dormir a su casa.

El no necesitaba descansar sino a su amada castaña y entregarse juntos todo el tiempo.

Subió a su vehículo rumbo a la casa de sus mejores amigos con el pretexto de llevar el regalo para el niño, al llegar observo que solo estaba el coche de Inuyasha.

Bajo y tocó la puerta, el peliplata salió a abrir sin camisa con el cabello desaliñado.

- ¿Miroku‽- dijo sorprendido

- Hola Inuyasha, vine a traer el regalo para el niño- entregando un paquete forrado con ositos azules y un gran moño rojo.

- Gracias, ¿gustas pasar?

-No quiero interrumpir, saludame a Kagome- dándole una gran sonrisa y regresando a su vehículo.

Deseaba preguntar por ella, pero temia que Inuyasha le reprochará que estaba interesado en una mujer prohibida.

XXX

Pasaron seis meses de martirio para Sango a lado de su esposo, durante ese tiempo tuvo que soportar pleitos, humillaciones y engaños casi todos los días con su secretaria.

Cada día parecía peor que el anterior, Onigumo era más paranoico y cruel con ella, intentaba mantener su cerebro frío.

Su única distracción fue haber asistido a una plática que dió Ayame sobre fertilidad cerca de su casa hace unos meses, ella fue a todas las conferencias y solicito una consulta privada.

Con su marido no hubo problema al decirle que iría con una ginecóloga era mujer total, la pelirroja la reviso y le hizo estudios descubriendo el problema de la castaña.

Mujer Prohibida Donde viven las historias. Descúbrelo ahora