Capítulo VII

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Eternos fueron los minutos para Ayame y Koga estaban esperando a la pareja de hermanos en el aeropuerto, ella tenia un hermoso ramo de flores que su socio le había solicitado entregárselas a la castaña.

A los quince minutos de espera los vieron bajar por las escaleras eléctricas junto con uno de los guardaespaldas de la castaña. La pareja le dió la bienvenida, la pelirroja le entre el detalle y discretamente la tarjeta, provocando un sonrojo.

Recojieron las maletas, fueron al coche de la doctora con rumbo a la casa de Sesshomaru para la fiesta de ensayo de la boda, Sango llevaba años sin verlo y Kohaku estaba nervioso de conocer al futuro esposo de su primer amor.

Llegaron a una casa de color blanco grande con hermosas ventanas color dorado, dónde vieron varios autos estacionados y mucha gente.

Todos bajaron del vehículo, entraron sin problema a la fiesta vieron a mucha gente los padres de Inuyasha, la madre de Sesshomaru, el resto de sus amigos y la castaña no perdió tiempo en abrazar al pequeño bebé de su mejor amiga.

- Hola, hermoso ¿me extrañaste?- cargando al bebé en sus brazos y presentándolo a su hermano- Mira el es Kohaku, mi hermano y este guapo es Hiroki Tashio ¿No es un bebé hermoso?

-Mucho gusto- dijo el chico.

- Sango, ¿Qué tal el viaje? - dijo la mamá del niño.

- Sin problemas ¿ y los novios ?... quisiera felicitarlos- dijo la castaña aún cargando al bebé.

- Están por alla indicando un salón grande y elegante- dijo ella tomando al bebé en sus brazos - Alguien necesita un cambio.

La castaña continuo su trayecto junto con su hermano, al llegar al lugar donde Kagome le indico vieron a la pareja de futuros esposos besandose ella estaba sentada en una silla y el peliplata besaba sus labios. Un poco de celos surgieron de ella, cómo quisiera estar así con Miroku y pero mejor debía olvidar lo que pasó.

La azabache terminó el beso, el se separó continuando leyendo una lista y la chica fue la que se percató de los invasores.

-¿Sango? ¿Kohaku? que trata sorpresa- dijo emocionada saludando a sus amigos

-Hola Rin ¿Cuánto tiempo? - dijo el un poco sonrojado e incómodo ante la mirada del peliplata.

- Gracias por acompañarnos en esta ocasión tan especial- dijo la chica y mirando al hermano de la castaña- El es Sesshomaru, mi futuro esposo y el es Kohaku, hermano de Sango fuimos vecinos y novios en el kinder.

El peliplata fulminó al castaño con la mirada, ambas chicas soltaron una risa juguetona y la azabache abrazo a su prometido.

-Encantado, Kohaku- dijo él hombre- Bienvenida, Sango.

La fiesta transcurrió normal, hasta eso de las ocho que llegó el médico. El observo a lo lejos a sango hablar con sus amigas, el estaba esperando el momento exacto en que abordarla y discretamente le hizo una señal a Kagome.

-Sango ¿Me acompañas por una bebida? - dándole el bebé a la pelirroja.

-Por supuesto- dijo ella

Ambas salieron del salón, para pasar al bar donde las esperaba un pelinegro de ojos zafiros con un par de copas.

-Señoras, buenas noches- dijo el ofriendo las copas.

-Hola Miroku- dijo ella sonriendo

- Bueno los dejo solos, descuida yo entretengo a ambos (refiriéndose a su guardaespaldas y a Kohaku)

Cuando la pelinegra salió, la castaña comenzó a beber de la copa era un sabor delicioso. Se sintió feliz a ver a su amigo ambos continuaron su plática en una la habitación que el pelinegro rento para la boda y es que su casa estaba muy lejos del hotel donde se celebraría.

Entraron a la habitación, ella primero y luego el sin perder tiempo se besaron, demostrando lo mucho que extrañaban sus besos y caricias.

El despojo a la castaña de la ropa dejándola completamente desnuda, ella se acostó en la cama y el se acercó para probar la dulce miel de la entrepierna de la castaña.

Ella se entremecia, en cada gemido lleno de deseo y placer producido por la lengua de su experto amante.

Al sentir a Sango excitada, el doctor se separó y se colocó un preservativo para después introducirse en la intimidad que tanto anhelaba sentir.

Gemidos y suspiros llenos de placer llenaron las paredes de su habitación, la castaña respondía rasguñando la espalda y disfrutando cada embiste del hombre que la volvía loca.

- Te deseaba tanto, Sanguito- moviendo sus caderas acelerado y dando estocadas fuertes.

-Miroku yo también- decía entre suspiros, respondiendo moviendo su cuerpo.

No supieron cuántos minutos fueron presas del deseo carnal, terminaron juntos exhaustos y se abrazaron un largo rato, luego bajaron a la fiesta cada quien por su lado actuando como si nada ocurrierá.

XXX

Kohaku estaba confundido había visto a Kagome llegar a la fiesta solo, ¿dónde estaba su hermana?

Justo en el momento que iba a buscarla, apareció ella un poco agitada y sudorosa tomando una copa de vino rosa.

-Hermana- dijo el acercándose a ella

-¿Sucede algo? - dijo ella tratando de terminar la bebida.

- No es nada, solo que te buscaba y ya no te vi- dijo el menor.

- Descuida, estoy bien- soltando una sonrisa.

El médico observaba a lo lejos, como la castaña hablaba con su hermano y mientras su mente no dejaba de pensar en los momentos que vivieron, en su habitación hacia tanto solo unos segundos.

XXX

La reunión terminó y todos felicitaban al futuro matrimonio, la castaña mantuvo la distancia con su amante solamente se daban unas miradas cómplices a lo lejos.

La pareja de hermanos se retiraron del hotel pues ellos se hospedarian en uno que Onigumo les reservo, muy cerca de la casa de Kagome e Inuyasha.

Mientras Miroku retomó su camino hacia su habitación, al llegar recordó lo ocurrido con la castaña. La figura perfecta y los gemidos de la chica, lo hicieron estremecerse y comenzó a estimularse recordando ese apasionado momento haciendo el amor, sabía que debía ser más discreto pues Onigumo no tardaba en llegar a Tokio.

Continuará...





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