Pensaba que todo iba a ser perfecto, libre de preocupaciones y sin ningún problema. Todo cambió en ese momento que decidí abrir la puerta y chocar mi mirada con él.
Nunca me cansaré de decirlo, pero, amo a los humanos.
Es muy gratificante ver sus reacciones cuando descubren que sus metas y deseos no son más que ideas vacías que los han llevado al fracaso.
Como su dios, es mi deber conocer cada una de sus facetas y darles un pequeño empujoncito para que abran los ojos y vean que su "realidad" era una estúpida mentira.
Estaba mirando perfiles en cierto foro de Internet sobre cosas de Ikebukuro, cuando algo captó mi atención.
Parece ser que dentro de poco llegará una cara nueva a la ciudad, investigué un poco sobre ella.
(T/N) (T/A)
Al parecer proviene de un pequeño pueblo de la región de Kanto, sus padres se especializan en la artesanía, ha logrado graduarse de la escuela con unas notas medianamente decentes y ha conseguido un trabajo como dibujante de una serie anime.
Interesante.
Tengo ganas de que aparezca por aquí y conozca a su nuevo dios.
Primero la estudiaré de cerca y luego la llevaré de la mano a su cruel realidad.
Cuando el día llegó, caminé con cierta alegría hacia el apartamento donde viviría la nueva humana.
Al llegar toque la puerta varias veces y una (T/N) confusa me miró a los ojos. Se nota de sobra que está cansada.
Me metí en el papel del chico bueno que ayuda a la damisela en apuros apodado Takashi Karishawa. Posiblemente ya haya escuchado sobre mí y lo último que quiero es que me tome como su enemigo.
Un dios debe amar a sus queridos humanos y los humanos deben amar a su querido dios.
Me invitó a pasar a su departamento, pero amablemente rechacé su oferta. Ya tenía lo que necesitaba, por no mencionar que estaba apunto de caerse del cansancio.
Me fui del lugar con una sonrisa, pero por supuesto, cierta bestia tenía que arruinarme la felicidad del momento.
– !IIIIIZAAAAAYAAAAA¡ !Te he dicho miles de veces que te quiero fuera de Ikebukuro¡ – agarró una máquina expendedora con esa fuerza inhumana y me la lanzó, por suerte pude esquivarla.
– ¿Acaso crees que voy a hacerle caso a una bestia como tú, Shizu~Chan? – podría quedarme a jugar al gato y al ratón, pero tengo una información bastante interesante y necesito ubicar a mi nueva ficha en el tablero, simplemente comencé a correr para evitar los ataques de furia de la bestia que más odio en el mundo.
Ya verás (T/N) serás mi nuevo juguete de diversión.
Serás mi nuevo peón en este tablero.
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Fin del capítulo dos narrado desde la perspectiva de Izaya. Sayonara!
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