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Luzu había despertado, pero al abrir los ojos no logro ver nada, al menos con su ojo derecho, también tuvo que mover su pelo para ver.
También seguía ardiendo, incluso peor que el día anterior.
Decidió ir a verse al espejo, quería saber lo que ocurría en su rostro.

Al ver su reflejo quedó en shock y no pudo evitar tocarlo a ver si era real, pero al tocarlo le dolió aún más, eran unas pequeñas flores rojas, no sabía que había ocurrido con su ojo, pero dolía demasiado.
Comenzó a llorar, ardía aún más y del ojo afectado salía sangre en lugar de lágrimas, no soportaba aquél dolor.
Manolo se acercó a él con el afán de tranquilizarlo y hacerle saber que todo mejoraría, después de unos minutos en estado de shock, tomó su teléfono y llamó a su mejor amigo.

El teléfono de Rubén comenzó a sonar, cosa que lo hizo despertar, su trasero dolía y tenía marcas por todo el cuello, tomó el teléfono y contestó  sollozos se oían del otro lado, solo pudo pensar lo peor.

Se sentó rápidamente en la cama, sin importarle el dolor o que su trasero estuviese pegajoso.
— ¿Qué sucede, tío? — Preguntó.
“A-Arde, ayúdame, por favor” Fue la respuesta del otro lado del teléfono, eso preocupo más a Doblas.
— ¡Mierda!¡Iré en seguida! — Dijo, colgó el teléfono y despertó a su novio, se levantó y comenzó a cambiarse a toda velocidad.

— ¿Qué sucede, Doblas? — Preguntó Samuel con voz adormilada.
— Luzu tiene un problema, apresurate — Dijo con preocupación, en cuánto lo dijo, Vegetta se levantó a toda prisa y se puso su ropa antes de salir por su chocobo.

Una rubia también recibió una llamada de Luzu llorando.
El castaño no tuvo que decir algo más para que ella se preocupara por él.
Lana le dijo a su jefe que no podría ir a trabajar por una urgencia y salió de casa, yendo lo más rápido posible a la casa de su ex.

El chico estaba en su sillón, no sabía como había llegado ahí.
Abrazaba a Manolo, buscando consuelo, lloraba a mares, la maldita enfermedad lo estaba arruinando por completo, lo peor es que aquellas flores tenían espinas y él no sabía ni siquiera si su ojo estaba debajo de esas plantas.

Para empeorar su mañana, había comenzado a toser flores, era realmente horrible.

Escuchó el sonido de unas llaves en la puerta, Luzu dejó a su cerdo de lado y fue hasta allá, al momento que se abrió la puerta, el castaño abrazó a la primera persona que se le puso al frente: Rubén.
Rubius lo observó preocupado y correspondió el abrazo, dándole pequeñas palmaditas, sin importarle que su sudadera se llenara de mocos y lágrimas.
— ¿Estás bien?, ¿Qué es lo que sucedió? — Dijo.
— ¿T-Te parece que estoy bien? — Dijo, levantando la cabeza, al hacerlo, el más alto se sorprendió, mientras Vegetta se acercaba para verlo también.

Vegetta no sabía que hacer con exactitud, simplemente observó a detalle aquél nuevo síntoma en Luzu.
— Bien, compañero, buscaremos alguna solución juntos para esto. — Dijo Rubén.

— ¡Luzu! — La voz de una chica se hizo presente, había llegado corriendo a verificar el bienestar del nombrado.
— ¿Qué ha suc- — No terminó de hablar, pues vió el rostro de su amigo. — Oh no, no, no, no, esto no puede estar ocurriendo... — Susurró para sí misma y tomó al otro por el mentón para checar aquellas flores.

— ¿Por qué no me avisaste antes que tenías esta horrible enfermedad? — Preguntó la rubia, aún más preocupada de lo que ya estaba.
— ¿Cómo sabes sobre la enfermedad? — Preguntó Vegetta.
— Mi prima falleció por esto mismo, aunque ella no presentó estos síntomas. — Respondió la de rosa, finalmente soltando a Borja.

Luzu se tranquilizó un poco y habló.
— ¿Me ayudan a cubrir esto? — Su voz sonaba mal por tanto llorar, sue amigos aceptaron.

Después de un rato, los amigos habían entrado.
Esperaron a que Luzu estuviera más tranquilo.
Vegetta se encargo de limpiar adecuadamente la sangre del rostro de Luzu.

Lana comenzó a pensar en su idea: Cortar las flores y ponerle un parche para que no se notara, después cubrirlo con el cabello.
Rubén pensaba en cubrirlas simplemente con cinta de aislar.
Vegetta pensaba en hacerlas pasar por un parche.

Luzu esperaba pacientemente las opciones.
— ¡Bien, ya tengo una idea!  — Explicó su idea detalladamente.
A ninguno le gusto, supusieron que sería doloroso para el afectado.
— ¿Qué tal si oímos la mía? — Dijo Doblas, acto seguido explicó su propuesta. Todos llegaron a la conclusión de que sería un trabajo mal hecho.
— Supongo que es mi turno de explicar mi idea. — Vegetta dijo tranquilo antes de hablar de su idea, que terminó ganando.

Por suerte, Luzu tenía hilo y Samuel podría ayudarlo con eso.
Tardaron aproximadamente unos 20 minutos con eso, una vez estuvo listo se lo mostró a su ex y a su mejor amigo, todos estaban sorprendidos con el resultado, sí que parecía un parche real y con mucho estilo.
Todos se quedaron hablando un rato, hasta que finalmente Lana se fue, aunque claro, no sin antes despedirse.
— No dejen solo a Luzu, en cualquier momento nos dejará. — Dijo con tristeza Lana antes de irse.

Rubius decidió quedarse con el, Samuel se fue a su casa y Luzu seguía aterrorizado, nada sería igual si lograba superar aquello.
Luzu se recosto en el sillón, esperando la comida y pensó en mil maneras de acabar con su vida.

Primero pensó en colgarse de el árbol que estaba a un lado de el lago donde el y Raúl solían ir, pero su única cuerda fue deshechada por él mismo.

El platinado llego con un plato de sopa, un platillo que le encantaba a el castaño.
Luzu gustosamente comió lo que el de mayor altura le ofreció, no le llegaba el sabor de la comida.

La mente de Luzu daba vueltas, había empezado a sentirse mareado una vez se levantó de ahí, comenzó a tambalearse.
— ¿Luzu, todo bien? — Doblas lo sujetó, pero antes de recibir respuesta, el nombrado cayó desmayado en sus brazos.

Rubius preocupado, llamó por teléfono a Samuel y a Auron, el cual no sabía nada de la enfermedad y probablemente se pondría mal.

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"Espero no morir ahora..."

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Pene

Full of love (Luzplay) (Concluído)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora