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Nuevo día para Luzu, al parecer logró sobrevivir la noche y el día anterior, ahora estaba en el segundo día de aquel tormento.

— Buenos días, Manolo — Habló viendo a su cerdo, el cual se restregó en el abdomen de su dueño, en órden de que lo acariciara.
Obviamente, Luzu lo empezó a acariciar.
Cuando se cansó, simplemente se levantó y se fue a dar una ducha.
Luzu seguía sin creer que tenia aquella rara enfermedad, ahora tenía miedo de lo que su destino le tuviera preparado.

¿Por qué él?, Si es Alexby era el más propenso a contraer Hanahaki, aunque si bien no se lo deseaba, aquél azabache no era correspondido por nadie, pero ahora Luzu es el que porta la enfermedad.
En la ducha, Luzu se recargos en la pared y se sentó en el suelo frío, dejando que el agua fría recorriera su cuerpo mientras pensaba.

Sus lágrimas salían de sus ojos, siendo confundidas con el agua.
De su boca salían pétalos y ahora una que otra flor completa, cosa que lo sorprendió, al parecer estaba comenzando a desarrollarse aún más aquella enfermedad.

Salió del baño con una toalla enredada en su cintura y con la otra tapándose la boca.
No esperaba visitas y no tenía ganas de hacer algo productivo en su día, por lo que decidió dejar la casa así, de todas formas, al único que podía esperar era a Rubius, ya que lo visitaba frecuentemente.

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Auron se acababa de despertar de su corto sueño, tal vez esa y el no haber desayunado aún fueron los causantes de su migraña, tal vez su gran amigo Luzu tenía algún remedio para él, se alistó y colocó sus únicas prendas sucias en él, por más que las lavara terminaban cubiertas de la pegajosa miel.

Salio de casa y se dirigió a la montaña con cascadas de lava.
Subió las escaleras y tocó la puerta, había olvidado por completo aquél charco de sangre que vió el otro día.

Luzu abrió la puerta y Auron lo miró unos segundos antes de que el castaño le cerrara la puerta en la cara.
— ¡EL COÑO DE LA- — Se escuchó un grito de Luzu, aunque fue interrumpido por una tos muy fuerte, otra vez estaba expulsando pétalos de su interior.

El de sudadera negra fue lo más rápido que pudo por una escoba para llevar a toda velocidad los pétalos a su habitación y esconderlos ahí.
Una vez barrió los pétalos hasta ahí cerró la puerta con llave.

Finalmente se dirigio hasta la puerta y la abrió, ahora pensaba en tantas formas en las que su crush podía enterarse de su enfermedad y llamarlo raro, tenía miedo de aquello.

Auron se dió cuenta de que había algunos pétalos en la entrada.
— Wow, Luzu, ¿Me recibes tan románticamente con esa nueva decoración? — Preguntó el de ojos negros, a quien el castaño vió con confusión.
— ¿Ah? — El menor miró el suelo y se dió cuenta de aquello, se sonrojo un poco y respondió — Y-Yo- — Tartamudeo.
— Hey, solo bromeo, ¿De casualidad tendrás algo para el dolor de cabeza?— Auron decidió ir directo al grano y preguntó por lo que buscaba.
— Oh, pasa, creo que tengo un té en mi habitación, te puede servir. — Dijo sin pensar.

"¡No, no en el cuarto!" Su mente había reaccionando.
— Pero está muyyy desordenado, tardaría mucho en buscarlo jaja — Rió con nerviosismo.
— No hay nada de que preocuparse, yo ayudaré a buscarlo, no hay problema — Dijo con una sonrisa.
— Oh, no, es que también perdí la llave — Mintió, fingiendo buscar sus llaves en sus pantalones.
— Yo tengo una de repuesto, recuerda que me la diste hace meses. — Saco una llave de sus bolsillos, Luzu se la arrebató y se la metió a la boca como única salvación, se alejó corriendo hasta el otro extremo de la sala.

Auron se dirigió con paso y mirada intimidantes hacía el chico de sudadera negra.
Cuando al fin llegó tomo el labio inferior del chico. — Abre la boca, Luzu — El nombrado sintió como pétalos comenzaban a acumularse en su boca, quería dejarlos salir, pero no quería ser llamado el chico raro de Karmaland, sonrojado se negó a abrir la boca y se libró del agarre, yendo a toda prisa al baño.

Una vez en el baño dejó que los pétalos, la sangre y las llaves cayeran al inodoro, siguió vomitando y una vez terminó se quedó viendo aquella aberración que yacía en la taza de baño, unos golpes en la puerta lo asustaron y sacaron de trance — E-Espera un momento, Auron, en cuanto salga te regreso las llaves — Dijo con nervios y voz ronca.
Tuvo que hacer algo desagradable: meter la mano al inodoro y sacar las llaves. — No soy Auron, ¿Tío, estáis bien?—Cuestionó la voz detrás de la puerta, era Rubius, el único en el pueblo que tenía llave de la casa. — En un momento salgo — Suspiro con alivio el enfermo.

— Creo que lo mejor es esperarlo en la sala. — Se escuchó decir a Doblas fuera del baño.
Luzu jaló la cadena del inodoro y comenzó a lavar las llaves cubiertas de sangre, una vez lo hizo salió del baño y fue a la sala, donde estaban los otros dos.
— Ten, Auron, tus llaves, por cierto, recién recuerdo que tengo unos cuantos sobres de té en la cocina, en un momento te preparo uno, aguarda aquí. — Dijo el de ojos color rojo con una sonrisa algo incómoda en el rostro.

Después, el castaño y el híbrido fueron a la cocina.
— ¿Tas bien? — Preguntó Rubius a Luzu en susurro.
—Sí, solo me arde un poco la garganta — Le respondió de la misma forma a el de pelo blanco.
Sin más que decir, comenzó a preparar el té, después lo metió en un termo.

Fue hasta dónde estaba el de miel y se lo entregó. — ¿Puedes irte?, Luego me entregas el termo, no te preocupes — Dijo y lo acompaño hasta la salida, dónde Raúl decidió preguntarle.
— Oye, desde el día pasado te noto algo raro, ¿Qué es lo que ocurre? — Fue lo que dijo.
— Nada, Auroncito, no te preocupes que estaré bien — Dijo con una sonrisa triste en el rostro, después regresó adentro.

—¿Qué ha pasao en el baño?— Preguntó el de orejas de oso.
— Tú ya lo sabes, algunos pétalos y sangre... — Luzu desvío la mirada.

Auron estaba escondido del otro lado de la puerta,escuchando la conversación.
Al escuchar esa ultima frase los ojos del de miel se abrieron tan grandes como fue posible, decidió no escuchar mas platica y salir, así que se dirigió lo más sigilosamente posible a la puerta principal.

Luzu, a quién le ardía la garganta no pudo evitar soltarse en lágrimas y abrazar a el peliblanco.
— Es imposible no dejar de pensar que moriré tarde o temprano — Habló algo bajo. — Y Auron lo empeora cuando está cerca, su simple presencia me hace mal — Se desahogo.

Auron finalmente salio del patio de la casa ajena, encontrando a Vegetta encima de su Chocobo fuera de esta.
— ¡Hola, hombre! ¿Qué haces por aquí? — Saludo Raúl.
— Solamente traje a Doblas a hablar con Luzu, ya sabes, soy como su chófer — Bromeo el azabache y el de miel rió.
— Ya veo, ¿No te molestaría llevarme hasta mi casa? — Preguntó.
— Pues no tengo nada mejor que hacer, así que está bien, vamos— Vegetta señalo el lugar vacío, en el cual Auron tomó asiento.

Ambos chicos se dirigieron a casa del de sudadera blanca, donde el nombrado quedaría con bastantes dudas en mente.
Auron bajó finalmente del chocobo, entró a su casa y cerro la puerta en cara de Vegetta, sin siquiera despedirse, el azabache simplemente regresó a casa de Luzu para esperar a su novio.

Dentro la casa de Raúl esperaba un invitado no deseado.

Ok, pensaba en hacerlo mas largo,peeero me quede seca de imaginación.

Full of love (Luzplay) (Concluído)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora