Capítulo 2

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Para encargarse de Shōgo Amakusa el Sr. Yutani buscó a Chō Sawagejō, un hombre temerario y arrogante, su cabellera rubia con su peinado parado no le parecía ser una buena elección, pero si era parte del Juppongatana, el grupo élite de Makoto Shishio, quien intentara dominar Japón hace tiempo, es porque sabía luchar.

—Ya veo por qué le dicen «el cazador de espadas»— dice Yutani mientras ve algunas de las espadas que tiene colgadas en la pared.

—Mi meta es usar todas las clases de espadas del mundo. —le responde Chō.

—Yo tengo en posesión una espada maldita de Muramasa.

—¿En serio? no es que desconfíe de usted, pero es el espadero con más falsificaciones de Japón.

—Ya la mandé a revisar, y sí es auténtica.

—Bueno, sí estoy interesado en ayudarle con ese revoltoso, Sr. Yutani.

—Muy bien, me gustaría que contactara a otros del Juppongatana para tener refuerzos.

—De acuerdo, es un trato.

Pasararon unos días y Chō logró reunir a Kamatari Honjō, Kariwa Henya e Iwanbō. Enviados a la península de Shimabara, fueron encargados no solo a acabar con Amakusa, si no acabar con los campesinos rebeldes.

—¿No pudiste conseguir más?— pregunta Kamatari a Chō, mientras caminan por el bosque.

—Es todo— responde Chō

—La mayoría murieron en la batalla de Tokio, otros como Sōjirō están prófugos o encarcelados como Anji— responde Kariwa.

 —Oigan, ¿les confieso algo? Iwanbō no me genera confianza, siempre ha sido muy silencioso, aparte de que se ríe como loco a veces. —dice Kamatari al grupo

—Es un retrasado mental, violento e impredecible— responde Kariwa.

—Solo por eso Shishio lo aceptó como parte del Juppongatana.

—De acuerdo, pero igual no me da confianza que le hayan armado con una ametralladora Gatling.

El grupo logra ver una aldea, se esconden entre la vegetación, miran detenidamente, como 30 aldenaos, y en medio de la aldea está una gran cruz.

—Son cristianos —dice Chō en voz baja, hay que atacarlos por sorpresa.

Arriba entre las ramas, un ser los veía a través de su visión térmica, enfocando a los 4 sujetos, marcados con un triángulo.

Kariwa se sube al árbol más alto, en la punta de este estira su capa para revelar que eran unas alas dobladas, la señal de Chō empieza el ataque.

Kariwa usa su traje aéreo para saltar del árbol y planear encima de la aldea, mientras suelta un poco de dinamita. Las pequeñas casas de madera eran detruídas por la dinamita.

—¡Buuum!— dice Iwanbō.

Los aldeanos sacaron sus armas, Chō y Kamatari llegaron y empezaron a destajar a quienes se le acercaban; Un aldeano está por dispararle a Chō con un fusil pero Kamatari logró decapitarlo con su guadaña.

—Cuidado, Chō— Kamatari le guiña el ojo.

—¡Trituuuren!— dice Iwanbō quién bajó hacia la aldea y de puso a descargar su ametralladora gatling a la gente, sin importarle si eran enemigos o mujeres y niños que huían.

Al terminar el asedio. Chō decidió colgar algunos tipos en la gran cruz que estaba en medio de la aldea. Henya estaba en la cima de la cruz, contemplando el suceso, cuando de repente vió un resplandor rojo, se cubre los ojos con su brazo, y  se da cuenta que hay 3 puntos rojos en su pecho, un objeto parecido a un disco, del cuál salieron unas hojas filosas, que le dieron la apariencia de un shuriken, Henya inenta reaccionar pero es inútil, las navajas de esa shuriken logran cortarle un brazo que levanto para cubrirse, así como le rebanó el cuello.

La cabeza cae primero y después el cuerpo, la shuriken regresa a donde los árboles.

—¿Qué demonios?— Chō desenvainó la espada, mientras que Kamatari se había asustado.

Iwanbō volteó hacia los árboles, volviendo a disparar su gatling, algunos árboles se partieron y cayeron al suelo; una luz azul se acerca y le dispara a Iwambō, le destroza el brazo donde traía al gatling, Iwanbō solo alcanza a reirse como loco antes que otro disparo le de en la cabeza.

Kamatari voltea, logra ver una figura transparente arriba de los árboles

—¡Es un demonio!— Kamatari señala hacia un árbol en específico.

—¡Vamos! ¡baja y pelea!— le grita Chō a aquél ser, y este baja del árbol. Kamatari y Chō se qeudaron atónicos viendo como aquella figura empezaba a tomar forma, aquél ser medía más de 2 metros. Lleva puesto una coraza metálica y una máscara que cubría el rostro. Chō empieza a atacar, y el depredador saca una espada, su hoja era recta, y carecía de guarda, empieza a defenderse, Kamatari también se mete en la pelea y empieza girar su guadaña; el depredador entonces logra darle con la espada en la pierna a Chō, este cae al suelo.

—¿Te encuentras bien?— Kamatari va a auxiliar a Chō, y en eso el depredador saca un arma que lanza una red, atrapando a Kamatari, y ahora es Chō quien intenta sacar a Kamatari.

—¡Maldición!— Chō entonces junta sus dos espadas, las cuáles tenían cada una media empuñadura para juntar las mitades en una sola empuñuadora, una espada doble; Las espadas de ambos chocan, Chō trata de clavarle la espada al pecho y el depredador esquiva el ataque y da un giro para dejarle un corte en la espalda, Chō se aguanta el dolor y sigue peleando. Kamatari seguía intentando cortar la red que lo tenía atrapado.

Chō logra darle una patada al depredador que lo desbalancea y este aprovecha para darle un corte, logrando que unas líneas de líquido fosforescentes salieran del brazo. Kamatari ya empezaba a salir de la red mientras veía la pelea. El depredador voltea a ver su brazo y con un dedo toca la sustancia fosforescente.

—¿Tú sangras? pues te haré sangrar más— Chō ahora se había vuelto más confiado.

El depredador entonces ataca las piernas de Chō, dándole una patada que le provoca uan fractura de tibia y el peroné y cayendo de sentón al suelo. Chō empieza a gritar mientras intenta alejarse, pero el depredador toma su espada, Kamatari logra escapar para ayudar a Chō a levantarse

—Kamatari...

—Chō, yo lo distraeré, quiero que huyas

—¿Qué? no puedes hablar en serio

—Voy en serio. No estoy mintiendo. Para ser homosexual se tieen que ser muy serio.soy un ser extraño que no pudo ser el mejor para Sishio, ni como hombre ni como mujer. 

—Kamatari...— dice Chō que entonces intenta gatear hacia el, Kamatari se inclina hacia Chō y lo besa

—Ahora lo único que puedo es usar toda mi fuerza y amor para que puedas vivir.

Kamatari se pone en posición de ataque frente al oni, subiendo la guadaña —la cual tiene una cadena con una bola de hierro— sobre su cabeza, haciendola girar repetidamente.

—¡Huye!

Chō empieza a huir, el oni se quedó viendo todo este tiempo, tal vez se conmovió que quiso ayudar a un ser que ama aún hasta en sus últimos momentos, o tal vez solo estaba estudiando el comportamiento para poder hacer tácticas de cacería.

Kamatari se va acercando al oni, su técnica es tanto ofensiva como defensiva, el oni no puede atacar sus partes vitales, así que saca su shuriken y lo lanza, partiendo la guadaña, la cadena con la bola y la hoja afilada caen al suelo.

El oni se lanza contra Kamatari, a quien le clava las cuchillas de su brazalete en el cuerpo, para luego levantarlo, mientras que clava su espada en el abdomen, subiendo en línea vertical hasta el pecho; saca su espada y con fuerza haca un corte horizontal que parte a Kamatari en dos, con las piernas cayendo al suelo, mientras que de la cintura para arriba estaba colgaldo, hasta que las cuchillas se retraen y la otra mitad de Kamatari cae al suelo.

Después de acabar con Kamatari, este se aleja, aunque logra ver de lejos a Chō, ve que está muy herido y no hay honor en matarlo de ese modo. El oni se vuelve invisible y desaparece.

Rurouni Kenshin vs. DepredadorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora