Capítulo 5

14 4 0
                                    


Puertas que se abren 

Hoy vuelvo a levantarme con mucha alegría, pues empezó un nuevo día, en el cual me propongo a darlo todo y disfrutar de su compañía, me refiero  a la voz que me guía.

Vuelvo al lugar Eyen Grol, a ver si encuentro a los muchachos que vi aquel día, de tanto buscar y  buscar, no pude, no los hallé  pensé que tal vez no vinieron este día, para calmarme un poco y liberar adrenalina, comencé hacer parkour y luego de haber terminado, me dirigía a la casa y justo en el momento que decidí marcharme, vi a un niño llorando desconsolado.

Le pase por el lado, me arrodille y le dije: - Me marcó tu llanto y cuando dices que ya no aguantas más una inyección, descuida pronto terminará el dolor, así que sonríe y deja que lata y brille tu corazón.

El niño con lágrimas me  contestó:- No puedes saber cuál es mi situación, tu gozas de la vida y es más, te vi saltar y ejercitar, yo no puedo tengo SIDA, se me acaba el tiempo y sólo me queda un mes de vida ¿cómo quieres que sonría, si ya no tengo oportunidad en esta vida?

Con asombro le respondí:- Tal vez no esté en tu posición, pero déjame decirte que yo también he pasado por cosas difíciles, es más, peor de las que te puedas imaginar y te lo voy a demostrar.

El niño: -¿Cómo crees que puedes estar peor que yo? Si estas bien de salud y todo se te ve bien, hasta pareciera, que en ti hubiera una luz. ¿Qué planeas, herirme más de lo que estoy?

Breiker: -No, ven acompáñame, te mostraré algo maravilloso.

El niño:-¿A dónde me llevas, quieres hacerme daño? Pero, ¿quién dijo miedo? Está bien, te acompañó .

Fuimos a un orfanato y ahí ,  le pregunté; - ¿Qué es lo que ves?

El niño me respondió: - Wow, nunca había visto o pensado que existían niños con vacíos más grandes que los míos.

- Príncipe, no eres el único con problemas o situaciones difíciles, sólo basta con mirar al lado y saber que con lo que te tocó vivir, puedes ser ese motor que impulse aquellos que perdieron el deseo de existir.

Camina con la cabeza erguida y enséñale a la gente ésta lección de vida, que sepan que eso malos momentos y esos detestables argumentos, se acabaran algún día. 

Tú solo has salido de ésto y me has enseñado, que cualquier persona puede superarlo y que puede ganarlo, vamos ánimo, sé que podrás tener victoria, pero debes darle la gloria a aquel que no puedes ver, pero que siempre estará contigo y recuerda, él es tú mejor amigo.

Sé que con ese gran coraje, saldrás adelante, no me importa lo que digan llegaras a cualquier parte que te propongas, y por cierto del amigo del cual te hablo es Jesucristo.

Me despedí del niño y me regresé a la casa, quedamos que el tomaría sus terapias y eso me dejo tranquilo y muy feliz, ya que podría verlo sonreír.

Cuando pasó el tiempo, voy al hospital, ya deberían haberlo dado de alta, y de repente veo a un niño muy similar, aunque este era algo diferente, tenía cabello y en su rostro veía una sonrisa muy profunda, cuando el niño me vio, con lágrimas en los ojos y entrecortada voz, me saltó encima y me dijo:- ¿Te acuerdas de mi? Soy aquel niño que llevaste a ver, a los niños en el orfanato.

Ese día conocí a sus padres y me preguntaron: El niño no paraba de hablar de ti, ¿qué le dijiste o qué le enseñaste?

- Bueno, sólo le recordé que no importa que tan mal se nos vea la vida, siempre sale el sol, y aunque todo parezca sin salida, Jesucristo, nos da esas puertas que se abren.

Sólo Dios, puede abrir esa puerta, que tanto estamos esperando, recuerda que él tiene el control.


Mi vida como mar en calma. #KAS2020Donde viven las historias. Descúbrelo ahora