Mr.Orange x Mr.White One shots

Let's get a taco

Mr.Orange y Mr.White estaban en el coche delante del hablando sobre cómo iba a ser el robo de los diamantes. Estaba todo preparado a la perfección. Mr.Orange lo tenía todo pensado. Mr.White asentía con la cabeza, aunque realmente estaba pensando en lo mucho que le gustaba ver a su novio tan concentrado. Mr.Orange lo notó y para que volviera a la realidad le puso una mano en la rodilla.
—¿Me estás escuchando?
—Sí, sí—Mr.White asintió aún ensimismado.
Mr.Orange deslizó la mano hasta la entrepierna de Mr.White y la apretó. Mr.White dio un respingo y miró Mr.Orange. Su novio lo estaba mirando con una ceja levantada.
—¿Y te parece bien la parte en la que me follas duro en la parte de atrás del coche?
Mr.White tragó saliva. Después salió y cogió unas cortinas que puso en las ventanas de delante y atrás mientras Mr.Orange movía el asiento del copiloto hacia adelante. Freddy cogió un pequeño bote de lubricante que había en la guantera. Larry se sentó en el asiento de atrás y se bajó los pantalones hasta los tobillos. Mr.Orange se quitó los vaqueros y los calzoncillos y se sentó sobre el regazo de Mr.Orange. Los dos se besaron durante un rato mientras movían las caderas para hacer fricción entre sus miembros, haciendo que estos se pusieran duros. Mr.Orange puso lubricante en el pene de Mr.White y lo masturbó un poco. Levantó un poco la pelvis para que Mr.White se introdujera dentro de él. Empezó a moverse dentro con movimientos lentos que progresaron a fuertes embestidas. En el coche tan solo se escuchaba el ruido de sus caderas chocando entre sí y sus gemidos entrecortados. Mr. Orange se agarraba a la espalda de su novio con fuerza y la frente Mr.White brillaba a causa del esfuerzo de levantar y bajar las caderas de Mr.Orange. El climax llegó y ambos se corrieron. Mr.White dentro de Freddy y Mr.Orange sobre el abdomen de Larry. Freddy se quedó abrazando  a Larry durante unos segundos mientras los dos recuperaban la respiración. Mr.Orange repartía besos por la cara de Mr.White con cariño mientras le decía lo mucho que le quería.
—Tengo hambre. Vamos a por tacos.