Las aventuras de Carolin Hutson

Las 12 copas desaparecidas

Parte 1
La desaparición de las copas

- Carolin, teléfono, para vos - dijo Babe abriendo la puerta de la habitación de la joven.
Babe era el ama de llaves de la casa y trabajaba allí desde que Carolin tenía 3 años.
- ¿Quién es? - pregunto ella levantándose de la cama. Ella era una adolescente de 18 años, alta, rubia, hermosa e inteligente.
Babe le explicó que era el señor Mortimer, el director del Museo Italiano y que quería hablar inmediatamente sobre un robo ocurrido la noche anterior.
Carolin fue rápidamente a informarle a Mortimer que estaría allí enseguida, luego volvió a su habitación para cambiarse y cuando hubo terminado fue corriendo a telefonear a su mejor amiga y acompañante Lisa Scotti para pedirle que la acompañe al Museo Italiano esa misma mañana para hablar con el señor Mortimer.
Una hora y media después las jóvenes detectives estaban en el automovil yendo hacia la escena del crimen.
Cuando llegaron al museo, el director las recibió muy entusiasmado.
- Buenos días señoritas - las saludó Mortimer en la puerta del museo. - Pasen, pasen -
- Buenos días señor director, nos gustaría poder entrevistarlo para saber más sobre el robo - le dijo Lisa.
Cuando hubieron entrado al museo, el hombre les presentó a su fiel secretario, el señor Abilio. Él trabajaba en el museo hace unos 7 años y acompañó al señor Mortimer durante los buenos y malos tiempos del museo.
- ¿Bueno, señor, podemos empezar? - le pregunto Caro.
- Pues claro...
Ayer contratamos a un nuevo guía, puesto que necesitabamos a alguien que nos ayude, el joven, el joven...
- El joven Rodrick, señor - le recordó Abilio.
- Ah sí...
El joven Rodrick, así era su nombre, él llego ayer por la tarde y lo pusimos a trabajar de inmediato. Sus primeros clientes llegaron a las siete en punto y estaban muy interesados en "Las 12 copas de Israel"...
- Un momento Mortimer- lo interrumpió Lisa intrigada - ¿Qué son esas copas? -
- Son las copas pertenecientes a los viejos reyes de las 12 tribus de Israel, que fueron fundadas cuando los 12 hijos de Josué se separaron - le contestó Abilio.
- Prosiga señor -
Bueno, estaban muy interesados en las 12 copas de Israel y le pidieron a Rodrick que los llevase para allá y les contara la historia y los informara. Claro como todo director, mandé a Abilio para que supervisara el trabajo del nuevo guía...
- Y cuando llegué a la sala de las copas, el hombre estaba tirado en el piso con un fuerte golpe en la cabeza y este estaba sangrando. Lo único que se me ocurrió fue llamar a la ambulancia y cuando corté el teléfono me di cuenta de que las copas no estaban - prosiguió nervioso el secretario.
- Muchas gracias por su tiempo, ahora si nos permiten nos gustaría ir a interrogar a Rodrick - les dijo una de las detectives.
Las dos jóvenes se despidieron y se dirijieron hacia el hospital donde estaba siendo atendido el guía.

Parte 2
Una charla con el joven herido

A las cuatro de la tarde, las dos jóvenes detectives estaban en el hospital pidiendo el número de cuarto de Rodrick, pero claro, no sabían el apellido, pero la recepcionista se dio cuenta inmediatamente de quién estaban hablando.
- El joven Rodrick Cafaleto, llegó ayer a las 21:30, tenía un agujero muy profundo en la cabeza y había perdido demasiada sangre. - dijo la recepcionista adivinando - Cuarto piso a la derecha habitación 135.
- Muchas gracias - le contestaron las dos al unísono.
Inmediatamente Caro y Lisa se dirigieron al ascensor. Cuando bajaron doblaron a la derecha y se dirigieron hacia el cuarto que les había indicado la amable recepcionista.
Llegaron y tocaron la puerta, les abrió una enfermera poetiza y algo regordeta y bajo el umbral de la puerta le explicaron para que venían.
- Rodrick, estas dos hermosas niñas quieren hablar con vos sobre el robo que ocurrió ayer por la noche -
- Claro, que pasen. - le contestó con una voz muy frágil - ¿Nos dejarías un rato solos? -
Cuando la enfermera hubo salido, el herido empezó con su relato...
" Ayer fue mi primer día de trabajo en el Museo Italiano. Mis primeros clientes fueron 3 hombres robustos y con barba negra, creo que eran franceses por la manera en que hablaban; estos estaban muy interesados en las 12 copas de Israel y me pidieron que los llevase a la sala y les contase su historia. Yo les conté sobre su origen y porque eran tan importantes pero a ellos les interesó más el valor; yo no puedo no contestar a un cliente, entonces les dije que seguro cada copa valdría más o menos 500.000.000 dólares y ellos me dijeron - Eso es lo que nos interesaba, ya cumpliste con tu trabajo - Y luego me pegaron con un palo de fierro, luego de eso no recuerdo nada más, lo único q se es que cuando desperté estaba con la cabeza vendada y una enfermera cuidando que estuviese bien."
- ¿Dijiste qué fue con un fierro? - le preguntó intrigada Lisa.
- ¿Por qué preguntas? - le preguntó Caro.
- Saqué una conclusión acerca de esto. Estuve pensando, que tal vez no sólo querían desmayarlo, sino que querían matarlo.
- ¿Por qué dices eso? - le pregunto Rodrick.
- Eso es fácil, cualquiera se daría cuenta; sí te hubiesen querido desmayar, te habrían pegado una piña bien fuerte. - le dijo Caro.
- En cambio, te pegaron con un fierro, eso quiere decir que no querían que sobrevivieras al golpe, de manera que no hubiese un testigo que los pudiese describir. Pero algo salió mal y por suerte solo te lastimaron la cabeza. - completó Lisa.
- Bueno, muchas gracias Rodrick por tu tiempo, ahora te dejamos para que descanses. - lo saludó Caro.
- No, muchas gracias a ustedes y espero que puedan encontrar a los culpables - les contestó Rodrick - Antes de que se vallan, antes de desmayarme creó haber visto que a uno de los ladrones se le calló algo del bolsillo; no estoy muy seguro. -
- Muchas gracias por el dato - le contestaron las dos jóvenes mientras salían de la habitación.