Recuerdos (Las crónicas de Narnia y el viajero del Alba) #3

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-Kay- escuché como alguien me llamaba
-Kayssa, despierta. Tienes que ver esto- Volví a escuchar y esta vez reconocí la voz de Lucy
Me estire perezosa y parpadee varias veces para poder ver con detalle lo que la pequeña me estaba señalando en dirección al cielo
-¡Ahí está! Al fin apareció- exclamó y cuando la vi me quede maravillada
-La estrella- susurré mientras me levantaba
-No tenemos tiempo, debemos seguirla ahora- Ordenó Caspian y todos nos dispusimos a abordar el barco
-Supongo que nos seguirás en el aire- le dije a Eustace y el asintió
-Yo lo acompañaré- comentó Reep subiendo a su lomo -Perfecto, así no te sentirás solo, tranquilo, guardaré tu libreta en un lugar seguro- agregué sonriendo.

Llevábamos dos días siguiendo a la estrella, la cual no importaba lo soleado que estaba, ella brillaba mucho más
-"El Río Congelado baja hasta fusionarse con el Gran Río, también llamado Río de Beruna, que nace de la cordillera norte de Archenland. Este va al Oriente y se une a la altura del Vado de Beruna (lugar que después se llamó Puente de Beruna), con el Río del Torrente, para después bajar hacia el Mar Oriental. En su desembocadura se encuentra Cair Paravel." Yo creo que te gustaría la biblioteca de Cair Paravel, hay libros muy curiosos- dije mientras marcaba la página del libro de geografía que Eustace había empezado a leer antes de que tuviera garras en lugar de manos y me acomode bien entre los picos del lomo del dragón
-seguro volveremos todos a Narnia y te daré un recorrido- dijo Reepecheep.

-Voy a bajar- le dije intentando acercándome lo más posible al oído del dragón. Eustace se acercó lo más que pudo a la cabeza del dragón de madera del barco para que pudiera bajar, me deslice por las escamas y baje a cubierta
-¡Kay, llegó una carta!- gritó Einar desde el otro lado del barco mientras agitaba él sobre en su mano. Corrí hasta el camarote y ambos nos sentamos en el largo sofá del fondo
-¿Acaba de llegar?- pregunté mientras quitaba el sello y abría la carta
-Si, el águila la entregó en mi mano- Einar se escuchaba emocionado
-"Queridos hermanos.
Hemos recibido la carta de Edmund contándonos lo sucedido, esperamos que estén bien y nos contesten en cuanto les llegue esta carta contándonos como se sienten, nos preocupamos mucho por todos en ese barco.
Fue lindo poder leer a Edmund y me entusiasma que estén en esta aventura con ustedes. Aquí todo esta normal, el verano no es tan caluroso como otros pero eso no impide que todas las terceras noches de las semanas vayamos a las hogueras de los faunos y nos deleiten con sus bailes y cantos, nos encantaría que estuvieran aquí con nosotros. Envíen saludos a Caspian, Edmund y Lucy, y qué Aslan los bendiga
Con amor Sur" - terminé de leer y un aire de nostalgia me invadió, las hogueras con los faunos... Tummus. Hace mucho que no pensaba en mi viejo amigo
-Espero y aún podemos ir a alguna hoguera de los faunos- comenté mientras me levantaba para escribir la respuesta
-Claro que nos tocarán, si no, llegaremos a tiempo para los banquetes de otoño- dijo Einar mientras se acercaba -¿Qué dicen de los banquetes de otoño?- preguntó Caspian entrando al camarote
-Nos envían saludos desde Narnia- dije con la mirada concentrada en no regar la tinta con la que les narraba lo último que había pasado, omitiendo el rasguño en la mejilla de Ed.
-El mar es increíble, pero extraño vagar por los pasillos del castillo- comentó el rey sentando en frente mío, en eso Lucy entró acompañada de la pequeña Gale
-¿De que hablan?- preguntó mientras se acomodaban en el sillón
-Solo comentábamos lo que extrañamos de Narnia- respondió Einar
-Las hogueras de los faunos- contestó Lucy sin titubeos -Espero estar en una cuando lleguemos a Narnia- agregó
-Yo extraño cabalgar en las mañanas- dijo Einar -Y mi cama- agregó provocando unas pequeñas risas
-¿Y tu Kay?- preguntó Lucy. Deposite la pluma en el tintero y metí la carta en un sobre
-El aroma del bosque- contesté recordando el crujir de mis pisadas sobre las hojas secas y el susurro del viento atravesando por las ramas
-¿Quieres escribirles algo a Sur y Este, Lu?- pregunté y ella se acercó emocionada, le cedí mi asiento y empezó a escribir
-¿Cómo es Narnia?- preguntó Gale  tímidamente y nosotros nos pasamos toda la tarde describiéndole todos los rincones de Narnia, en un punto también se unió Edmund a la conversación y también la narramos todas las aventuras, Einar y yo les contamos de los orígenes de Narnia, los Pevensie le narraron la primera vez que llegaron y Caspian contó cómo recuperó Narnia con ayuda de los demás. Fue de las tardes más amenas y tranquilas que habíamos tenido en mucho tiempo.
Al día siguiente fue cuando comenzaron los problemas. Las corrientes de aire nos había abandonado y los días siguientes a ese todos los marineros; incluyendo también a los reyes y Einar, se turnaban para remar, la comida había empezado a escasear a tal punto que teníamos que repartir una naranja y media taza de granos entre cinco personas, haciendo que pasáramos dolores de estómago por el hambre. Y así como el hambre incrementó, también el calor.
-Si no encontramos nada de comer pronto, voy a tener que comer dragón- soltó un marinero al aire, mirando a Eustace
-Tranquilo amigo, tendrán que pasar por mi primero- dijo Reepecheep molesto
Me dirigí al camarote donde ya estaban los reyes, el capitán y mi hermano esperándome. Cuando pase por donde estaba el marinero, no dude en chocar mi hombro un poco más abajo del suyo
-Tal vez sea a ti a quien debamos comer- susurré mientras pasaba
-¿Qué dijiste?- preguntó el marinero sosteniendo con fuerza mi brazo
-Qué tal vez sea a ti a quien debamos comer- repetí más alto mientras colocaba mi mano libre en la empuñadura de mi espada
-¿Está sugiriendo canibalismo? Su majestad- preguntó escupiendo la última frase mientras veía como su mano bajaba a su espada
-Te recuerdo que ese dragón que sugeriste comer es un muchacho- dije, los demás marineros veían discretos la discusión
-¡Kayssa!- gritó Caspian desde la puerta, me intente soltar pero el marinero era más fuerte
-¿Todo bien?- escuché la voz de Edmund detrás mía y sentí como me soltaba
-Si su alteza- susurro el marinero para retirarse
-¿Estas bien?- me preguntó Ed mientras caminábamos al camarote
-Si, gracias- dije mientras con mi otra mano tapaba donde el marinero me había sujetado, había dejado una marca roja de su mano y de sus uñas hundidas en mi piel
-El mar nos está afectando a todos- agregué antes de entrar.

-Creo que la decisión más inteligente en este punto sería regresar su majestad- comentó el Capitán.
Estábamos reunidos en el sofá a excepción de Caspian, quien se encontraba en el pequeño espacio de la ventana que era una especie de balcón
-No, no estando tan cerca- comenté
-Le recuerdo capitán que una niña está buscando a su madre- agregó Einar
-Si, la misma niña que pronto sufrirá de de una terrible hambre porque también le vamos a tener que racionar su comida- dijo el capitán
-El viento nos abandonó, pronto la tripulación empezará a enloquecer...- cuando dijo eso lleve mi mano al brazo instintivamente y sentí la preocupada mirada de Edmund en el mismo punto
-...No sabemos que tanto nos falta, sin embargo si sabemos las distancia de nuestra posición a la isla volcánica y a la de Coriakin- explicó
-Seguiremos...- y antes de que Caspian pudiera decir algo más, un brusco movimiento nos azoto
-Ahora que- escuché susurrar al capitán mientras nos apresurábamos a salir, miramos por la borda pero no había nada
-¡Eustace eres un genio!- escuché gritar a Lucy y todos elevamos la vista al dragón, quien había sujetado la punta del barco con su cola y lo estaba llevando
-Continuaremos con esto- Ordenó Caspian al capitán el cual asintió inconforme. Y en menos de un día ya habíamos llegado a la isla de Ramandu.