3.

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-De-dejeme curarle...

Horacio miraba como la mano de Volkov intentaba alcanzar la suya lastimada. Retiró la mano sin dejar que Volkov le tocara mirando a éste.
Si las miradas pudieran hablar, la mirada de Horacio tenia demasiado dolor y no era por los multiples cortes que tenía.

-No hace falta que se haga el caballeroso. -dijo levantandose del suelo.
-Ultimamente ha quedado bastante claro que no le agrada mi presencia, si me disculpa, comisario. -se dio la vuelta para entrar en casa.

Sus propias palabras le estaban doliendo, no le gustaba tratar así a Volkov. Seguramente solo se estaba haciéndo responsable de su caida no era porque éste se preocupara de su bien estar, solo era falsa amabilidad, un superior ayudando, ya está.

-Horacio estaba apunto de entrar en casa cuando sintió un tirón de su camiseta, miró hacia atras. Volkov le estaba agarrando sin mirarlo.

-¿Comisario? -dijo Horacio intentando entablar miradas con Volkov. -¿Qué hace? -señaló la mano que sujetaba su camiseta.

-¿Sinceramente? No lo sé...

Ahí estaban, Volkov sujetando la camiseta de Horacio y Horacio no teniendo la voluntad suficiente para apartarle la mano otra vez, solo le miraba, le parecía un cachorrito que no quería separarse.
-suspiró. De verdad que ese hombre no le podia confundir mas, unos dias antes le estaba echando la bronca y diciendole cosas crueles y hoy que venia porra en mano parecia desarmado y mas triste de lo normal.

-Pase... cuidado con los cristales.

Volkov no le miraba simplemente procedió a seguirle y a preguntar por el botiquín y un cepillo para recoger los cristales y que no hubiese mas desastre. Horacio le indicó donde estaba todo y se sentó en el sofá.

-No tengo remedio... -se tocó la cara medio tapandosela intentando no derramar la lagrima de impotencia que tenía por no poder mantenerse firme.

-¿Horacio? -Volkov se sentó en la mesa de café, quedandose enfrente de un Horacio que parecia querer llorar.

/me deja el medikit al lado.

-Es normal que quiera llorar... los cortes duelen bastante. -dijo Volkov sacando las cosas del medikit.

-No sabe usted cuanto... Veo los cortes...-miró a Volkov. -Y pienso que es normal que ahora duela... está el daño reciente, se-seguramete me cueste dormir algunas noches, esté llorando porque el dolor me supere. -Volkov estaba retirando los cristales y viendo si alguno habia quedado en las heridas, procediendo a desinfectar las heridas.

-miró hacia abajo volviendo a taparse un poco la cara limpiandose una lagrima que le recorria por la mejilla. -Pero... me curaré... y espero que no quede cicatriz. -sonrió con otras lsgrimas cayendo.

-Volkov terminó colocandole unas bandas, no eran heridas muy profundas, no necesitaria puntos seguramente. -Si se reabre... -Volkov le acarició suavemente el dorso de la mano. -Digamelo... si puedo... me haré cargo.

Los dos levantaron la mirada en el mismo justo momento quedandose mirando. Horacio aprovechó la caricia furtiva de Volkov para cogerle la mano, ahora mismo no estaba pensando con claridad, solo estaba muy cerca de la persona a la que amaba y que quería olvidar, aprovechó para mirar con todo detalle de su cara, paseando con sus ojos por cada milímetro de la piel del hombre que tenia delante. Instintivamente acortando distancia, sintiendo su corazon apunto de salir por su boca, seguro que Volkov podia sentir su pulso en su mano. Mirando esas ojeras y esos labios cortados de seguramente no parar de beber vodka.

Metió uno de sus muslos entre los muslos del comisario sin parar de mirarse, apoyando una de sus manos en la mesa acortando mas distancia. Soltó la mano de Volkov y fue subiendola mientras recorria su brazo delicadamente hasta llegar al cuello, sintió la piel erizada de Volkov y siguió hasta la mejilla de este acercandose mas a tal punto de sentir el aliento de Volkov. Solo unos cm los separaban...

-No... -Volkov rompió el silencio mirando a Horacio.

-Horacio sonrió mirando a Volkov con tristeza sin acortar distancia. -Gracias por la cura. -le dió un beso en la parte superior de la mejilla levantandose dejandole espacio al comisario.

Un gesto demasiado tierno, un beso inocente, un beso de despedida, un beso a su Volkov.

-Volkov miró hacia el ventanal cogiendose la camiseta por el pecho mirando con gesto de dolor a las vistas. - ¿Por qué eres asi...? -miró a Horacio que estaba intentando recoger los cristales. -¿Por qué joder...?

?

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"El hilo que nos ahoga"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora