P R Ó L O G O

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RAMÉ

"Palabra de origen balinés que se refiere a algo que es caótico y hermoso a la vez."

***

Ethan Evans - 2018 ( 20 años)

Lo sé.  Sé que ya se están haciendo una ligera idea de mí, pero sinceramente no me importa lo más mínimo.

No me importa una mierda.

Quizás estos imbéciles pensarán que soy un capullo de la peor calaña. Que soy un ser humano detestable, agresivo,  perverso, violento, repugnante... ¿sigo?

No, mejor no.

Observo atentamente a las cinco personas que están delante de mí, mirando con espanto lo que había hecho minutos antes.

No siento orgullo por lo que he hecho; pero, joder... hay algo dentro de mí que está saltando de alegría al ver a la persona a la que tanto odio tendido a mi lado.

Aún no he comprobado si está vivo, pero no me hace falta. Las miradas de terror y miedo de las personas a mi lado me hacen tener una idea de su estado, además, de aquellos comentarios como:

"¿Cómo es posible que siga con vida?".

Les cuento un poco el panorama para que entren en situación. Estoy de rodillas, con las manos esposadas y con varios golpes repartidos por mi cuerpo, debido a que no me quise detener aún cuando la policía intentaba frenarme. Hay algún que otro vecino asomado en la ventana o en el jardín, horrorizados. Y, por supuesto,  nunca falta esa persona toca pelotas que anda grabando todo. En total han venido tres patrullas y cinco policías.

Uno de ellos se acerca a paso lento, con la mirada clavada en mí y el ceño fruncido.

Está cabreado, lo sé.

— Ethan...—se apoya en una de sus rodillas para quedar a mi altura. Este me observa una vez más,  intentando averiguar las palabras adecuadas para hablarme. —Chaval, ¿por qué lo has hecho?

Patrick,  el policía, me mira preocupado; y no es para menos, llevo varios años estudiando y siendo el mejor amigo de su hijo. Supongo que en estos momentos, debido a lo sucedido,  no querrá que me acerque a Jack. No creo que un policía quiera que su hijo se junte con alguien como yo.

—Defensa propia.— mi voz sale más ronca y agitada de lo normal.  Esto es lo único que puedo pronunciar, pues no doy para más.

Él tampoco dice nada más,  simplemente se levanta y habla algo con su compañera que no logro escuchar.

Giro mi cabeza hacia donde yace el cuerpo del sujeto que acabo de atacar. Nada. No cae ni una lágrima de mis ojos. No hay arrepentimiento.  No hay dolor, no hay nada más que odio, rencor, decepción. Su rostro está hinchado y lleno de sangre debido a los golpes, éste permanece inmóvil pero ahora que me fijo más en él,  puedo percatarme de que aún respira.  Él no lleva camiseta, así que parte de su costado y estómago lucen igual que su rostro. Además, hay un poco de sangre a su alrededor. Subo la mirada con odio hasta sus ojos y me doy cuenta de que éste me observa. Una lágrima resbala por su mejilla pero este sigue sin causar en mí ningún tipo de arrepentimiento.

No soy malo, pero quizás muchas personas me vean como el villano de esta historia y es simple y exclusivamente porque nadie sabe una mierda de mi vida, de lo que me ha tocado vivir. A mí, a mi familia...

—Ethan...— me tenso al escuchar su voz detrás de mí. No me muevo, ni siquiera me atrevo a girar mi rostro hacia ella. —¡No, hijo! — llora y grita, derrumbándose junto al señor que está a mi lado.

Luce tan débil,  tan frágil,  que siento que con tan solo tocarla se convertirá en polvo. Mis ojos se fijan en ella, en su herida mejilla llena de lágrimas. Lo peor es que sé que esas lágrimas son por mi culpa.

— No, no, no ...—susurra una y otra vez. Su voz cada vez se escucha más quebrantada. Ésta cubre sus labios con sus manos para intentar calmar los sollozos. — Tú no, Ethan. ¡TÚ NO DEBÍAS HACERLO! —grita histérica, mirándome. Se acerca a mi y golpea mi mejilla con tanta fuerza, que de inmediato siento el lado afectado arder. En ese momento siento una lágrima arrastrarse por mi mejilla. Esa que tanto duele y quema. Pero, seguidamente,  ella se lanza hacia mí y me atrapa en sus brazos, como siempre lo ha hecho.—Mi niño... n-no... debiste hacerlo.

—Mamá...

—¡Él no deja de ser tu padre, Ethan!—se aparta y me mira fijamente,  pero no veo decepción de su parte hacia mí. Más bien miedo, miedo a... ¿perderme?—no debiste hacerlo, hijo, pero no dejaré que vayas a la cárcel injustamente.

***

Hola amores :)

Bueno, debido a que esta persona está obsesionada con inventar historias en su alocada cabeza, he decidido redactar una de tantas historias que tengo almacenadas.

Espero que les guste mucho, esto va con todo mi amor hacia las personas que lleguen a leerla.

Aviso:

CONTENIDO ADULTO (+18)

RAMÉ ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora