Capítulo 11 Insistente

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«Las mentiras traen más mentiras—recuerdo—y forman una cadena que no hace más que crecer y crecer, se convierten en una bola, en una maraña, que te envuelve y te obliga a seguir mintiendo, hasta el momento en que decidas parar, darle un alto o seguir undiendote  lo cual implica y hace que continúes a seguir mintiendo. Así durante el resto de tu vida hasta que no logres reunir el valor, decir la verdad y enfrentarte a la maraña de mentiras que tu mismo formaste, será siempre así. Hasta el momento en que la culpa te carcoma por dentro y... Ya no aguantes más.»—me dijo Carol, mi hermana, unos cuantos días antes de su desaparición.

Siento el aliento caliente de una persona en mi oreja derecha.

— Así que... Verónica, ¿no?.—me susurra al oido el chico nuevo. Mi cuerpo responde tensandose.

— E-espacio p-ersonal— le respondo.

— Si...claro—se aparta y frunce el ceño—¿Porque mentiste?—dice con tono acusador.

—No... No lose—respondo y en verdad no estoy segura de porqué le mentí ni porqué siento temor de él sin tener alguna razón. No tengo razones para dudar de él sin embargo tampoco tengo alguna para confiar.

Niego lentamente con la cabeza, fijo la mirada en el suelo, se me sale una risa del fondo de la garganta, suena cómo el gruñido de algún animal no como una risa mas bien como un bufido—Es ridículo— susurro para mi misma.

—Lo sé—responde, al igual que yo en un susurro.

Pensé que no me escuchó.

—¿Porque es ridículo para ti?—le pregunto

—Porque le tienes temor o al menos eso parece, a un chico de 15 años que acabas de conocer hace menos de 2 horas.... ¿No te parece un poco extraño?, es decir no te hizo nada, al menos el nose dio cuenta si es que lo hizo.—dice él refiriéndose a sí mismo.

—¿Porque haces un drama por no haberte dicho mi nombre real?

Hace un bufido con su boca, se apunta con el dedo índice a el mismo.

—¿Yo soy el que hace drama?—dice con ironía. Tiene razón, soy yo la que esta imaginando cosas, convirtiendo esto es un drama.

Pero soy demasiado orgullosa, algo que muchas veces me ha perjudicado mucho, para admitir que estoy equivocada. Un defecto que quisiera erradicar de mi ser, pero que, al mismo tiempo, forma parte de mi.

—Que más dá, si de todas formas tu ya lo sabes.

—Dios mío eres tan....—echa un grito exasperado. Alzo una ceja— frustrante.—lo dice en voz baja.—Que. Te. Cuesta. Volver. A. Decirlo—dice agarrándose con una mano la cabeza como si hablar conmigo le causaría jaqueca.

¡Este chico me saca de mis casillas, si ya sabe mi nombre porque demonios sigue insistiendo en que yo se lo diga!

Me trago el enfado y le digo: — ¡Que te den!—y me siento con la mirada a la pizarra.

El echa un grito de frustración.

—Sabes, soy nuevo. Deberías ser amable ¿no crees?

—No dejaras de insistir ¿no es cierto?

—Nop —dice con énfasis en la p.

—Esta bien, esta bien—me doy la vuelta dándole la espalda a la pizarra; hacemos contacto visual. No me he rendido, solo quiero terminar esta pelea tonta. —Mi nombre es Victoria Craig.

—Bonito apellido, Victoria.

—Gracias, y ahora que te dije mi nombre supongo que me debes decir el tuyo.

—Supones mal mi querida Victoria. Estuve a punto de ganarme una jaqueca solo por conseguir que me digeras tu nombre. No me parece justo que lo consigas fácilmente.—termina de hablar y me saca la lengua.

—Infantil

—Aburrida

Nos miramos mutuamente. Un duelo de miradas. Ojos grises versus marrones.

Después de un momento, él se rinde.

—Dime tu nombre, ¿okaaaay?

—Alec, Alec Withman.

Le doy una mirada; el supo interpretarla.

—Soy ingles, de Londres para ser más exactos.

—Lo sospeché, por tu acento.

—Y dime, ¿De dónde eres tu?.

—Soy de Chicago.

—Interesante.

—Lo mismo debo decir.

De un momento a otro ya no tengo ese sentimiento extraño hacia el. Ahora solo es un chiquillo en su primer día de clases, y seguramente en la ciudad también debe ser nuevo. Quizá yo sea su primer amigo. Quizá.

Ambos nos damos cuenta que estamos perdiendo tiempo para completar ese practico de historia.

El es muy bueno, se sabe las historias de cada una de las guerras mas importantes del mundo entero y nombres de personas que participaron en ellas.

De repente Alec decide hablar después del largo silencio. Ambos estábamos concentrados en cada pregunta del práctico.

—Eh, eres linda.—se le ocurre decir a Alec con una sonrisa, no me puedo ver, pero si puedo sentir como la sangre que se expande por mis mejillas va calentándome la cara, me delata.

El está mirándome, levanto la cabeza y examino su expresión al igual que él hace conmigo.

No se me ocurre que responder, mas que decir gracias.

—Gracias.

Juntos completamos el práctico en silencio.

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Hey...criaturitas ¿disfrutaron el capitulo? Ps espero que si :)

No sé olviden de votar y comentar. ¿Okay? :D

Beshos <3

       —Lucianiwis

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