°Destino Atormentado° [Okane ga nai ]

Capítulo 7: °|| Boda ||°

♥♥♥

Era el día. El día que para muchos sería un día perfecto, hermoso y lleno de ilusión, pero no para Ayase.

El chofer vino a recogerlo a él, y su familia temprano. Pues todos debían alistarse y coordinar todo muy bien, para que todo estuviera perfecto.
La boda daría inicio dentro de unas 5 horas, algunos dirán es mucho tiempo pero no tenían muchas cosas que hacer y más bien esperaban que les diera el tiempo.

Ayase miraba desde una gran ventana del segundo piso en uno de los cuartos, como en el enorme jardín toda la servidumbre iban y venían con cosas decorando el jardín con las cosas que él y Someya habían escogido con anterioridad.

Dio un suspiro triste, cuanto odiaba eso. Sintió sus ojos picar y cristalizarse al sólo pensar lo que estaba por venir. Cuanto desea que no pasará, lo deseaba con toda su alma.

— ¡Deja de hacer esa maldita cara! — Le regaño su tía fastidiada con la expresión mediocre que tenía el rubio. Se levantó del sofá en que estaba sentada y se acercó al Omega.

— No entiendo porque no comprendes lo bueno que es esto. — Le dijo con enfado — De verdad que eres un imbécil, nunca tendrás una oportunidad como esta. Un Omega asqueroso, patético y horrible como tú, nunca podrá tener nada, deberías estar agradeció que un alfa como Kanou quiera estar contigo. —

Ayase bajó la mirada triste, sus ganas de llorar se intensificaron, se sentía lamentable.
Su tía tomó su mentón y lo subió bruscamente para verse fijamente.

— Escuchame Ayase, el día de hoy vas a ir a ese altar y vas a poner tu mejor cara, me vale una mierda lo que sientas, te lo guardas. — Escupió apretando fuerte su agarre. — También quiero que hagas que Kanou se sienta bien, si está noche el quiero tomarte, te vas a dejar como buen Omega que eres —

Ayase abrió los ojos horrorizado, no había pensado en eso, probablemente esa noche Kanou querría acostarse con él y marcarle. No, él no quería eso, era lo que le faltaba para estallar, rompió a llorar.

— Por favor tía, no quiero — Dijo suave derramando lágrimas. En lo profundo de su corazón sabía que no escucharía pero tenía esperanzas, tal vez está vez su tía ablandaría su corazón.

— Sólo sirves para eso y es lo mínimo que puedes hacer. Tu harás que Kanou te disfruté. Sí lo arruinas, te juro, te juro Ayase que lo lamentarás. — Soltó con brusquedad su rostro. Y se alejó de él para sentarse nuevamente.

— Más te vale — Advirtió por último.

Ayase no entendía porque su tía lo trataba de esa forma, él siempre fue un buen niño para nunca darle problemas y así tal vez conseguir un poco de su amor, pero por más que se esforzaba, más bien parecía que lo detestaba más.
Siguió derramando lágrimas completamente asustado y dolido.

Lo que el rubio no sabía es que Kanou que veía a verlo, había escuchado todo tras la puerta. Dio un último jalón a su cigarro, lo tiró al piso y lo piso con fuerza.

Malditos

Eso fue lo único que pasó por su cabeza al pensar esa gente. Unos desgraciados, que usaban a los inocente para su beneficio. Pero muy pronto, muy pronto Ayase dejaría esa gente y podría gozar de una vida plena.