°Destino Atormentado° [Okane ga nai ]

Capítulo 13: || Regalo ||

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Someya le pasó al rubio dos tableta de pastillas con diez pastillas en cada una. Ayase un poco confundido las tomó. Se preguntó si era algún nuevo vitamínico de parte de Kanou para su tratamiento.

La omega hablo al ver su expresión:

— Tu celo llegará pronto. Estos son supresores, debes tomarte una de cada una, juntas — Ayase entendió y miró. Una tableta tenía pastillas amarillas y el otro blancas — Esta — Someya Señalo las amarillas — Son para suprimir tu celo y tus feromonas — Tocó ahora las blancas — Y estas son anticonceptivos —

Ayase asintió comprendiendo perfectamente, aunque dudo un poco de la última ¿Estaría bien que tomara anticonceptivos? ¿Eso le parecería  correcto a su alfa?
Estaba bien la primera, ayudaría con sus malestares del celo y sus olores, Kanou trabaja y no dejaría que otros alfas lo huelan mientras no esté y quisieran marcarlo. Pero ¿los planificadores? Es muy normal que un alfa quiera dejar descendencia y Kanou no era la excepción.

— ¿Kanou está bien con esta decisión? — Dijo señalando las pastillas blancas. Someya fue la confundida ahora, pero luego sonrió.

— Esta bien. Él mismo me pidió que las comprara para ti. Me dijo que probablemente tu celo llegaría pronto y debías protegerte —

Se sintió aliviado. Que no se malinterprete, no es que no le gustara tener hijos, pero aún no se sentía listo, tiene 18 años. No quiere cargar con una responsabilidad tan grande y trabajada aún. Además le aterraba la idea ¿Que tal si no era buena madre o padre? Como quiera llamarlo su futuro bebé.
Mejor así. Al menos por ahora.

— ¿Tienes alguna duda? —

— No. Estoy bien — Dijo con una sonrisa. Era bueno al fin tener medicamento más eficaz para sus celos. Estaba agradecido con Kanou y Someya por esto.

— ¡Genial! — Juntó sus manos satisfecha — Ven vamos a dar una vuelta, ya casi tengo que marcharme — Tomó su muñeca y lo llevo por el jardín.

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Ayase se sentó en una de las bancas del jardín, luego que Someya se fuera, plantó algunas semillas de naranjas en el huerto, los niños le ayudaron. Ahora estaba dibujando algunas cosas en su cuaderno entre ellos flores que veía del mismo paisaje.

En ello, sintió una presencia enorme a su lado, que lo saco de su concentración. Kanou se sentó a su lado, no lo miró y al principio no dijo nada.

Ayase dejó su dibujo de lado.

— ¿Qué estas dibujando? — Menciono lugar de segundo en silencio. Ayase pareció sorprendido por su pregunta.

— No es nada. Unas simples flores —

— ¿Puedo mirar? — Ayase  se sintió algo temeroso, pero le pasó su cuaderno.
Kanou paso suavemente las hojas observando cada dibujo perfectamente trazado que parecía real. Era fantástico, era increíble el talento que poseía.

— Esto es muy bueno. Eres un artista —  Halagó, dijo la verdad. Eran excelentes trazos y hermosos dibujos.

— No, claro que no. Son sólo dibujos —  No creía que fuera un artista. Llamarlo artista era demasiado para alguien que hace simples dibujillos.