J O E L
Me tome unos segundos para respirar, seguía tendido en el piso, acostado sobre los vidrios penetrantes que lastiman mi abdomen, viendo cómo las filas de soldados retrocedían, y el patio principal seguía con aquel fuego abrasador, el cuál enardecía todas las flores y jardines perfectamente cuidados, hasta que el último soldado cayó, y un silencio sepulcral invadió toda la avenida, para que segundos después, los llantos reclamaran su territorio, gente abrazaba a los caídos, y lloraban en sus cadáveres, gritos desgarradores se escuchan a medida que el tiempo pasaba, y pronto sentí una mano en mi hombro, pero al voltear no había nadie, y sólo escuché una voz en el viento:
«Tienes que hacerlo... Por ellos... Por ella... Y por tí»
Mis oídos escucharon claramente esas palabras... Y me comencé a incorporar con todo el cansancio y la pesadez que llevaba desde el inicio de la pelea.
Subí las escaleras poco a poco... no sin antes tomar una pistola 9mm que encontré en la bota de Cedric, y comencé a subir. Eran gigantes, hasta que llegué al último piso, estaba delante de las puertas que conectaban a la oficina del hombre, y con apenas fuerza, las rompí de una patada.
Marianne estaba en una esquina llorando, estaba atada de pies y manos, y tenía una cinta aislante en la boca, tenía un aspecto realmente demacrado... Su cara estaba bañada en sangre, su ropa estaba sucia y maltratada, su cabello estaba descuidado, en fin, un aspecto deplorable... Nunca había imaginado verla así... Pero la voz de aquel hombre me sacó del trance.
—Bien Joel... Has llegado hasta aquí... Lograste vencer a todos mis hombres... Incluso al más fuerte... Eso merece un reconocimiento...–.
Dijo para después darse la vuelta, y desenfundar un revolver plateado demasiado brillante... Logrando disparar a mi hombro... Mi cuerpo retrocedió mientras un quejido salió de mi boca, apreté los dientes y me recargue contra la pared colocando mi mano en el hombro herido.
—Carajo...–, me quejé, dió un segundo disparo, y logré esquivarlo por muy poco, moviendo mi cabeza hacia la derecha, y haciendo que la bala roce... Pero aún así consiguiendo hacer sangrar mi oreja. —¿Qué pasa?–, dijo riendo mientras caminaba hacia ella, —¿Dónde quedó la fortaleza con la que lograste vencer a casi 500 hombres? ¿Acaso no eres nada sin tus amigos? ¿Sin tu poder?–, dijo riendo cínicamente para después dar una patada al rostro de Marianne, y haciéndola caer al piso. En ese momento no pude evitar llorar, la tristeza y la impotencia me estaban invadiendo, para que después el hombre se dispusiera a pisar su cabeza.
—¡Déjala en paz maldito!–, logré gritar con apenas fuerza, para que su mirada se dirigiera a mí, y me diera un disparo en la pierna. Caí con fuerza al piso, y miré cómo el hombre seguía pisando a Marianne... Así que comencé a dirigir mi mano hacia la bolsa trasera de mi pantalón, y comencé a desenfundar la 9mm como podía, mientras el hombre se acercaba a mí, volteó mi cuerpo y me puso boca arriba con una patada, para después subirse encima de mí y comenzar a golpearme.
La sangre volaba, mis labios cedían, al igual que mi nariz, entre vistas borrosas, logré ver a Marianne lastimada, lo que me hizo tener una impotencia que me hizo llorar aún más profundo, ya no me importaba lo que me hiciera aquel hombre, sólo estaba concentrado en Marianne... Por lo que en un arranque de ira, y con la última reserva de fuerza acumulada, detuve el brazo con el que me golpeaba, y saqué la mano del pantalón, para dirigr el cañón de la 9mm a su boca, y vaciar el cargador rápidamente, una vez tras otra hasta incluso romper el gatillo, mientras de mí salía un grito de desgarrador dolor.
El hombre cayó hacia atrás, muerto, y justo después mi padre entró a la sala, viéndome en el piso al borde de la muerte, con una perdida inmensa de sangre, pero sólo se dispuso a quitar al hombre de encima mío, y tomarme de los hombros. —Joel... Ésta es tu pelea... Ve y salva a la chica–, dijo sonriendo, y yo, entre mi vista opacada por la sangre, logré ver su silueta, y conforme me arrastraba hacia ella, escuché a mi padre darme alientos, «Vamos Joel... Vamos!» gritaba, hasta que por fin llegué y comencé a quitar los nudos de sus manos, posteriormente el de sus pies, y retiré la cinta de su boca cuidadosamente...
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El Infierno de Joel
ActionJoel, un chico de preparatoria, contando con 17 años, es invitado a una fiesta, en donde acontece un suceso que lo inspirará a meterse en una academia de lucha, donde aprende a pelear, pero cuando está a punto de efectuar su venganza una noticia par...