ONCE

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Valentina despertaba como hacia mucho tiempo no lo hacia, ilusionada con la vida.  Decir que Juliana no había estado toda la noche en su pensamiento seria mentir.  Era temprano, la mañana estaba fría pero la calidez de su cuerpo para Valentina era suficiente.  Se moría de ganas por ver a Juliana de nuevo, no le importaba si era en la universidad, simplemente quería verla.  Sin darse cuenta, la chica se había convertido en un constante vicio para ella.

En tan poco tiempo la estaba haciendo sentir plena, feliz y completa.  Cada mínimo detalle sin querer, la enamoraba.  Sentada en el borde de su cama, ojeo el celular para ponerse al día en notificaciones y noticias, se mordió el labio pensativa al ver un mensaje de su madre pero decidió ignorarlo.

La relación con sus papás era más que complicada, los trataba solo cuando era estrictamente necesario.  Ni siquiera le afectaba que Lucas no pasara tiempo con sus abuelos porque sin saberlo, le estaba haciendo un favor al no tenerlos cerca.

Su padre siempre fue un hombre noble que rayaba en lo ingenuo, toda la vida se dejo manipular por su esposa y eso afecto la relación directa con su hija y nieto.  Ignorando el mensaje de su madre, dejo a un lado el celular para dirigirse al baño e iniciar su rutina de aseo matutino.  En cada mínima cosa que hacia Juliana estaba metida en sus pensamientos y se sentía extraña, extraña de haberle permitido a esa mujer meterse en su vida.

"Wey, tengo que verme contigo...por favor...no puede esperar".  Al otro lado del celular, se escuchaba a una Lina ansiosa y nerviosa por verse con su prima.  Parecía casi susurrar sus palabras, llamando la atención de Valentina.

"¿Que tienes? ¿Que pasa? ¿Esta todo bien?".  Valentina abría la caja del cereal favorito de Lucas para que su desayuno estuviera listo para cuando el terminara de arreglarse.

"Preferiría hablarlo en persona.  Es...importante y quiero que por favor me acompañes.  Pero te pido que no hagas preguntas ahora". 

"Lina...si me dices eso más intrigada me vas a dejar.  Pero si quieres puedes pasar por la Universidad y almorzamos.  Yo también tengo algo que contarte".  Sin saberlo, sus ojos brillaban, su sonrisa se hacia gigante y su cuerpo irradiaba luz.

"Nos vemos en la tarde".  Sin darle tiempo a Valentina para que contestara, corto la llamada.  

Un nuevo mensaje de whatsapp invadió la pantalla de su celular e ignorándolo de nuevo Valentina lo apagó.

"No insistas mamá, no me vas a arruinar el día".  Su café estaba cargado y oscuro, como le gustaba.  Se había vestido con uno de sus mejores outfits para lucir hermosa para Juliana, quería gustarle, que se fijara en ella y que la mirara una y otra vez.

Distraída, Valentina jugaba con los mechones de su largo cabello pero se detuvo de repente para observar con asombro a su hijo que ese día definitivamente se veía diferente.  Seguro de si mismo, el chico había peinado su cabello completamente hacia atrás tratando de aplanar sus risos, su camisa de deporte con un ligero doblez en las mangas pero lo que mas le llamo la atención a Valentina fue su aroma.

"Wow...por lo que veo alguien se aplico medio frasco de colonia".  Dijo Valentina irónica al ver la actitud de su hijo, que lucía aun mas guapo que de costumbre.

"¿Tu crees? ¿Que tal me veo? ¿Estoy bien peinado?"  Pregunto el chico preocupado por su aspecto.

Valentina frunció el ceño al ver la extraña actitud de su hijo, siempre lucía impecable, pero ese día tenia algo diferente, algo que un hombre hace cuando una chica le gusta.

"Acá la pregunta es...¿para quien te quieres ver así de guapo?".  Pregunto Valentina intentando que el chico le contara un poco su cambio de actitud.

Entre imposibles - Juliantina G!PDonde viven las historias. Descúbrelo ahora