13. NUEVA CITA

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—Hola, Peter. ¿Puedo?

Apenas estaba asimilando el enfado de Quentin, quien hasta entonces había sido la alegría personificada, cuando ya tenía al culpable de su marcha ante él y señalando la silla.

Tragó saliva con disimulo y asintió, viéndole ocuparla y acomodarse sobre el asiento.

—Qué pequeño es el mundo, ¿verdad?—Miró el cócktel que tenía ante sus narices—. ¿Lo ha probado?

Peter cerró un momento los ojos y negó con la cabeza.

—Bien. Así lo aprovecho—respondió, cerrando los labios alrededor de la pajita para sorber un poco del contenido, de sabores cítricos.

Miró entonces al muchacho, que permanecía mudo mientras le observaba.

—Siento meterme, Peter, ¿pero te ha hecho algo malo Beck?

Pensaba estrangularle con sus propias manos si la respuesta era afirmativa.
Tony no le había dejado a su empleado el camino libre hacia el chico, renunciando a sus deseos, para ver cómo lo lastimaba.

—Más bien al contrario—respondió Peter, que lo imitó y bebió de su vaso. Stark le devolvió una mirada confusa—. Sí, verás... Es que, desde que te vi entrar, nuestra cita se ha ido al traste. No podía dejar de hablar de ti, así que se ha molestado y se ha largado. Y tiene motivos para hacerlo, la verdad.

Volvió a beber, dando un par de largos tragos al cócktel. El alcohol quemó ligeramente su garganta.

—Seguro que es algo que podéis arreglar—le dijo Stark.
—No. No se puede arreglar—El mayor sintió, en su fuero interno, un gran alivio al escuchar aquello—. No dejo de pensar en ti, y en lo duro que es que no puedas corresponderme.

Miró hacia la mesa, mordiéndose la cara interna de las mejillas y sabiendo que ya no podía quedarse callado:

—No estabas preparado para una relación conmigo, pero sí para tenerla con otra persona.
—No es lo que parece—respondió él, ligeramente nervioso por la molestia de Peter.
—¿No?—Descansó la espalda contra la silla y se cruzó de brazos—. Yo he visto a una mujer despampanante entrar contigo en este sitio. ¿Es que acaso estoy ciego?
—No, Peter, tus ojos ha visto correctamente, pero tu raciocinio ha fallado. No estoy saliendo con ella.
—Ah, ya veo—Frunció el ceño.

La versión chill out de Umbrella era preciosa y relajante, pero en aquellos momentos no parecía haber nada que desenojara al muchacho, que seguía en actitud defensiva con los brazos cruzados sobre su pecho.

—¿Sabes qué, Peter? Pensaba pedirte la cita a ti, pero en estas últimas semanas te he visto muy unido a Beck. No quería romper lo que fuera que tuvieseis si luego no iba a estar a la altura contigo. Morgan quería una nueva mamá, así que decidí intentar conocer gente nueva.
—No puedes hacer todo lo que te pida tu hija, Tony.
—Nunca fui el padre del año—Se encogió de hombros.

Peter intentó no sonreír, pero el hombre frente a él acababa de soltar una de sus frases, pronunciada con ese tono suyo que hacía graciosa la situación, aunque no hablara entre risas.

Finalmente, su boca se torció hacia arriba, y dejó escapar su risa a través de una especie de jadeo.

—Idiota—musitó.

Stark le devolvió la sonrisa.

—¿Puedo preguntarte si tienes algo serio con Beck?—le pidió.
—Somos amigos—Se descruzó de brazos, menos tenso, y se apoyó en la mesa—. Bueno, quedamos los viernes y nos acostamos, pero no somos pareja.
—Eso me tranquiliza—respondió sin rodeos.
—¿Por qué?
—Porque Beck es un capullo.

El ex novio de tía May (Starker)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora