"Todos terminan cayendo, los humanos son tan fáciles y frágiles que siempre caen, tú no serás la excepción mi pequeño"
Sookai.
Tiene final medio raro así que no me culpen.
¡Nya, Ichi, Nii, San!
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-¿Son novios?- pregunta beomgyu al momento en que me acerqué a él. -Podria jurar que lo son -
-No, no somos novios y nunca lo seremos- respondí rodando los ojos.
-Nunca digas nunca Kai- me tomó de la mano y nos dirigimos a nuestros casilleros, que por obra del destino, estaban juntos. -A veces suceden cosas inevitables y no podemos cambiarlas, sin importar la persona que sea -
-Lo dices como si tú hubieras hecho algo parecido- lo mire y el desvío la mirada a su casillero -Choi beomgyu si me ocultas algo yo lo sabré por otras personas.
Beomgyu asintió, susurrándole un "te lo diré luego" y se fué, no sin antes darme un abrazo y decirme la clase que le toca.
Suspiré, no quiero que se meta en problemas de nuevo, alisté mis libros, sacando los que me llevé y metiendo libros para las próximas 3 clases.
Me dispuse a ir a la clase, Matemáticas por cierto, subir los malditos escalones, no tenía ánimos de ver a la gente, por lo cual bajé mi miraba, sin exagerar.
14,15,16,17,18,19,20,... Un par de zapatos se interpusieron en mi camino, justamente en el escalón número 21.
-Hola - saludó y me dió un beso en la mejilla, para mí no fue algo raro, pero para los demás estudiantes sí, los ignoré y junto con Yeonjun seguí contando escalones con la vista baja y respondiendo y comentando a cada cosa que decía yeonjun.
-Oye ¿Por qué cuentas escalones?- pregunto
-No me agrada mucho ver la cara de las personas, me es ostigoso - respondí
-Ah, ¿En qué número vas?- pregunta de nuevo
-35 - di un paso más y voltee, quedando más alto que yeonjun - bueno, ahora 36
Sonrió, pero poco a poco su sonrisa se fué desvaneciendo, yo no entendía, pronto me dí cuenta de que ya no me estaba mirando a mi, sino atrás de mi, siento como alguien posa su cabeza en mi hombro.
-Soobin- dije rodando los ojos y el sonrió- ¿Qué te trae por acá?
Pregunté y fuí donde yeonjun, que enroscó su brazo con el mío, yo solo lo mire confundido.
- Quería verte,lindura -me dijo.
-Bueno, ya me viste ahora me voy- dije jalando a Yeonjun para que caminara, subimos unos cuantos escalones, hasta que Yeonjun se giró
- Déjalo en paz, soobin- el mencionado sólo esbozó una sonrisa y se encogió de hombros.
Seguimos subiendo, llegamos a nuestra clase justamente cuando sonó la campana y nos sentamos.
Tomamos las clases que necesitaba tomar, estaba tan cansado que fuí a tomar aire fresco cuando pude, el patio de la escuela era en realidad muy grande, traté de no adentrarme mucho y con mi suéter me senté al pie de un árbol.
