5. Miradas

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Cuando te miro, tengo la sensación de estar viendo una estrella lejana. Es muy brillante. Pero la luz que veo fue emitida hace decenas de años. Y ahora la estrella tal vez ya no exista. No obstante, a veces esa luz me parece más real que cualquier otra cosa en el mundo.

Haruki Murakami [Al sur de la frontera, al oeste del sol]

Kyungsoo

Abandonó el apartamento de Junmyeon con el único deseo de no querer volver jamás. En la tierra ni siquiera había un sitio para él y la única persona que Kyungsoo llegó a apreciar ya no vivía en ese mundo. 

Kyungsoo se sintió más solo que nunca, sin ningún sitio al que llamar hogar.

En ese momento, el tiempo que Kyungsoo pasó como humano le parecía una nimiedad en comparación a todos los recuerdos que tenía de él siendo ángel. Ya no se trataba de años, Kyungsoo pasó siglos y siglos vagando por el cielo y por la tierra con esas alas que cargaba en su espalda. Alas que le pertenecían desde el principio, alas que luego fueron de Jongin pero al final fueron devueltos a su auténtico dueño.

¿Qué lo había llevado a la situación actual? ¿Acaso era posible que todas las desiciones que tomó en su momento fueran erróneas?

Kyungsoo estaba harto de equivocarse. Sentía que cada vez que cometía un error, alguien tenía que pagar un precio, y nunca era él.

Sabía que nada podría hacer ahora para sentirse menos culpable, pero tenía en mente una idea de cómo podría vengar a su amigo. Ya que eso era lo único que podría hacer en ese momento, eso era lo único que podría borrar una mínima parte de su dolor.

Sintió su espada pesada en su costado.

Por el estado en el que se encontraba el cuerpo de Junmyeon, Kyungsoo podía intuir que había muerto hace varios días atrás, no obstante algo le decía que los demonios que habían matado a su amigo se encontraban en su mismo barrio. Era raro que demonios de otra región lejana causaran desgracias en algún territorio que no era el suyo, más por el hecho de que no era bien visto que entre ellos se quitaran el trabajo.

Sabía a quién acudir. De la misma manera que los demonios tenían su distribución de territorios, los ángeles también seguían más o menos ese orden. Cada grupo de ángeles tenía asignado su propia región a la que mantener el orden y gracias a que en el pasado Kyungsoo también tenía la función de controlar la tierra, conocía casi a la mayoría de los ángeles protectores de los alrededores. Y por suerte para él, conocía bien al ángel quién se encargaba de esa región a la perfección.

Sonrió amargamente ante la idea de verle. Se preguntó si aún lo recordaría. Al fin y al cabo eran viejos amigos. Aunque habían pasado ya tiempo desde la última vez en la que se vieron, Kyungsoo sabía que Jongdae iba a recordarle.

*****

—¿A qué le debo el placer de tu visita?

Jongdae siempre tenía una sonrisa gatuna, de hecho, a Kyungsoo su rostro siempre le había recordado a la de un felino, sobretodo cuando sonreía. Se le empequeñecían los ojos y sus labios formaban la forma perfecta de una sonrisa amable y cálida. No obstante, aunque Jongdae pudiera engañar a otros con esa cálida bienvenida, Kyungsoo sabía lo que ésta escondía, y no se trataba precisamente de historias de cuentos de hadas.

Si uno investigaba más a fondo, podía perfectamente imaginarse la espada de Jongdae chorreando sangre.

—Veo que aún te acuerdas de mí—cerró la puerta tras él.

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⏰ Última actualización: Jun 12, 2020 ⏰

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Chaos (Angelus II) [Kaisoo]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora