Would you be my soulmate? [JiCheol]

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El joven castaño recostó su pequeño cuerpo sobre la fría pared de la facultad, su respiración y pulso estaban acelerados por la repentina carrera.

Quién le diría que, de entre los miles de estudiantes del campus, Choi SeungCheol sería su soulmate.

Tal vez estaba equivocado, aunque las probabilidades de ello eran bastante reducidas.

Golpeó irritado la superficie de la pared y miró su muñeca, sobresaltándose al contemplar que el número regresaba a su característica cuenta regresiva.

—¿Viene a buscarme? Que desesperado.-dijo irritado mientras comenzaba a caminar al lado opuesto de la facultad.

Era consciente de que terminaría por llegar tarde si continuaba alejándose del edificio, pero lo prefería antes que enamorarse del arrogante y popular Choi SeungCheol.

No creía en que, con tan solo mirarlo a los ojos, terminaría atrapado en ese molesto y confuso sentimiento, pero prefería ser precavido.

Después de todo, ¿quién sabe que es verdad y qué no?

—¿No va a rendirse nunca?-murmuró exhausto mientras contemplaba como el negro número descendía y ascendía continuamente.

Se volteó con lentitud y pudo visualizar al pelinegro a la salida del pabellón, mirando a su alrededor nervioso tratando de localizarlo.

Avanzó algunos metros más hasta esconderse tras unos arbustos.
Era consciente de que no le serviría de nada, pues tarde o temprano, teniendo en cuenta la insistencia del mayor, el contador llegaría a cero.

El número en su muñeca era como un chaleco explosivo.

No podía quitárselo e independientemente de lo que sucediera la cuenta regresiva llegaría a cero, provocando un caos irreparable.

Dirigió su vista al pequeño número estampado en su muñeca izquierda, el cual volvía a descender.

En un suspiro de cansancio comenzó a caminar más lejos para evitar encontrarse con el pelinegro.

Cuanto más lo evadiera mayor sería el tiempo que tendría para pensar que hacer en caso de que se encontraran.

—¿Y si tan solo le digo que no quiero salir con nadie? ¿Funcionará?-se detuvo bruscamente en el camino pensativo, lo cual ocasionó que el mayor tuviera la oportunidad de acortar la distancia sin que esta creciera cada vez más.

—¿O tal vez...?-murmuró ladeando su cabeza.

—Disculpa.-la voz de un joven se escuchó tras él, estremeciendo cada parte de su pequeño cuerpo.

—Oh no, JiHoon eres tonto, ¿por qué tuviste que pararte?-maldijo en su interior una y otra vez sin voltearse y, discretamente, contempló su muñeca.

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—¿Podrías enseñarme tu muñeca por favor?-dijo el pelinegro.

JiHoon ignoró el comentario del mayor, pero finalmente cedió a su insistencia. Remangó la camisa y le enseño su fina y pálida muñeca derecha, en la cual el número no se encontraba.

¿De verdad pensaba que SeungCheol sería tan tonto como para no saber que la marca de los soulmates se localizaba en la izquierda?

—Oh, parece que me equivoqué. Perdón.-dijo desanimado.

—¿Espera qué? ¿Tan tonto eres?-se volteó sorprendido sin darse cuenta y contempló al mayor fijamente, el cual sonreía triunfante, haciendo notar sus lindos hoyuelos.

—Las mentiras tienen las patas cortas.-burló mientras enseñaba el redondo cero que se encontraba en su brazo.

JiHoon sintió como su corazón se aceleraba con brusquedad y una extraña sensación recorría su cuerpo.

—¿No vas a enseñarme tu muñeca? Pues tendré que hacerlo yo.-dijo riendo antes de agarrar sin previo aviso el brazo del menor y remangar la camiseta.

Una sonrisa se estampó en su rostro al ver que en el contador del castaño también se encontraba en cero.

—¿Cúal es tu nombre? Yo soy SeungCheol.-habló.

JiHoon apenas pudo reaccionar. Sentía su corazón golpear con brusquedad la superficie de su pecho. Trato de tranquilizarse y respondió sin mirar al mayor.

—No necesitas saber mi nombre. Me voy, adiós.-se zafó del agarre del pelinegro y comenzó a avanzar del vuelta a la facultad, bajo la sorprendida y fija mirada de SeungCheol.