Capítulo 14

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Acacia

Fue deprimente

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Mi cuerpo está temblando, había empezado a sudar desde hace aproximadamente dos minutos, me siento tan vulnerable, tan expuesta, tan miedosa...

Siempre ha sido así. Las emociones fuertes me debilitan, lo único que hago es temblar y sentir como las probabilidades de derrumbarme aumentan con cada segundo que pasa. Me cuesta recuperarme de eso, es la peor sensación del mundo; en lugar de estar molesta y firme, solo luzco inestable.

—No entiendes nada —me dijo por fin

—¿Y es mi culpa? —arrebato— Dime, ¿Es mi culpa?

Él se tensa, y como si fuera una especie de luz divina veo como el entendimiento aclara su rostro. Sacude su cabeza, toma sus cosas torpemente y sale del lugar.

Huyendo

Bajo la cabeza, jadeando con mi corazón a mil por segundo. Para cuando vuelvo a alzarla solo consigo molestarme, disimuladamente todos tienen sus ojos puestos en mi.

Resoplo, sabia que este era un pésimo lugar pero exploté tan rápido que no recordaba dónde estábamos.

Tomo mis cosas y también salgo de la cafetería como alma que lleva el diablo.

°°°

—Entonces... ¿Te lo pidió así, sin más? Cuánto esfuerzo, Dios no quiera que se canse —murmura lo último— Felicidades

—Sí, hasta china sienten tu alegría, Daphne.

— Solo digo, que si alguien va a pedirle matrimonio al "amor de su vida" tiene que hacer más que llevarla a un puesto de hamburguesas y ofrecérselo como un negocio informal.

—¡Que envidiosa eres, no es mi culpa que tu seas una amargada solterona sin remedio! —le grita la rubia

—Al menos no voy a casarme detrás de un restaurante mexicano —le responde con rabia

—¿Quieren calmarse? —ambas me miran, dejó lo que estoy haciendo en el computador y las observo— Muchas felicidades, Calli. Estoy feliz si te hace feliz a ti, pero no deberías lanzar golpes bajos a alguien que solo se preocupa por ti y Daph, ella es quien va a casarse es su vida y muy su problema déjala ser feliz. Respétense

—Como sea —suelta Daphne y sale de la oficina.

—La has herido— le digo

—¡Y ella a mi!

—Lo sé. Pero sabes que Daphne es como una madre con carácter, supongo que no era lo que ella deseaba para ti. Piensa en eso.

Ella se pasa las manos por la cara y se levanta de su mesa en la otra esquina de la espaciosa oficina.

— Iré a hablar con ella —asiento— ¿Podrías encargarte de enviarle las fotos de los vestidos que conseguimos para la Señora Camello? Aclárale cualquier duda que tenga, una clienta feliz es una empresa feliz.

—Seguro —le respondo y ella sale.

Falta poco para que el día de trabajo termine, así que me apresuro a hablar con la cliente y una vez que termino tomo mis cosas.

Me pregunto si Calli y Daph ya están bien. Calli siempre ha sido muy espontánea, ella vive su vida de acuerdo a lo que se dé, no planea nada y solo se deja fluir. Y Daphne, es una mujer estricta que nos ha guiado para ser mejores asesoras, nos ha aconsejado y nos ha amoldado por lo que, es muy sobreprotectora con nosotras. A pesar de mostrarse como un tempano de hielo, sabemos que nos aprecia. Y nosotras a ella, sé que lo resolverán. Siempre lo hacemos.

AGRIDULCE ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora