Ella es mi Leona.

Capítulo 1

ASIA ADAMS.

Lunes. Y mi cabello es en desastre. Este es el problema de tener el cabello largo y chino, se enreda demasiado y es algo complicado de tratar ya que es mucho más delicado. Me levanto como puedo y tropiezo al sentir en mis pies una bolsa amarilla, provocando que caíga al suelo. ¡Que lindo día! Y no lo digo con sarcasmo, lo digo en cerio, que mejor manera que comenzar el día con errores.

El baño bien caliente me relaja bastante ¿A quien no?. Cuando ya estoy con una toalla a mi alrededor y salgo del baño, me encuentro con algunas cajas donde se encuentra la mayoría de mi ropa. Llevan ahí una semana. Abro una y lo primero que veo es una blusa corta blanca con unos botones amarillos y un pantalón amarillo pastel, voy a la parte de abajo de mi cama donde están unos converse blancos con negro pero los hago a un lado para tomar mis viejos pero bien cuidados tennis amarillo pastel. Estar bien cambiada y con un olor refrescante me hace sonreír.

—¡Linda! ¿Vienes ya?, —Grita mi madre desde el piso de abajo y luego se escucha la carcajada de mi hermano- ¡se te va a enfriar cariño!.

—¡En un momento ma!.

Mi cabello ya bien lavado se ve fabuloso, con su brillo habitual y con esos chinos bien echos que se ven espectaculares. Me miró al espejo una vez más y tomó mi mochila blanca con una variedad caritas felices amarillas.

Creo que se han dado cuenta que me gusta el amarillo ¿No es así?. Creo que podría decir que estoy tan obsesionada con ese color, ¿Por qué? No lo sé.

Bajando las escaleras pero también sube mi hermano a toda velocidad y me empuja un poco diciendo buenos días y se encierra en su cuarto.

—¡Buenos días! —Digo con una sonrisa, mi padre pasa a un lado mío para darme un beso en la frente, mientras que mi madre en la cocina responde que me siente a comer.

La fruta fresca con yogurth natural con un poco de azúcar es delicioso. Despues de mi fruta me da unas quesadillas de queso deliciosas.

—Hola cariño. ¿Has dormido bien? ¿Preparaste tu mochila? ¿Lavaste tu cara?—Está nerviosa, sus ojos no me miran así que esta lo bastante nerviosa.

—Estoy bien mamá, eh echo todo, todo saldrá bien, estaré bien mamá, sabes que siempre lo estoy.

—Sí mujer, relajate un poco y ayuda al niño por que se ha quedado trabado con la camisa de la escuela.—no puedo evitar reír un poco al comentario de mi papá.

Me levanto de la mesa junto con mi plato y me dirijo al fregadero para lavarlo de una vez. Salgo de la cocina casi corriendo para lavarme los dientes pero Pantera se cruza en el camino.
Pantera es mi perrito... Bueno chiquito no es, ya que es un Gran Danés, ya es bastante grande.

—¡Pantera! —Este al oír su nombre voltea a mi dirección—. Ve con cuidado, no vayas a tirar a alguien. —Solo ladra—. Bien.

¿Soy la única que entra al baño mientras que su hermano este haciendo sus necesidades? Bueno pues es justo lo que hago, me estoy lavando los dientes, mientras que mi hermano se encuentra haciendo quien sabe que.

—¡Vámonos ya! —Grita mi padre—. ¡Llegaremos tarde todos!.

Mi hermano se sube el cierre mientras sale corriendo del baño, se ve tan gracioso como va bajando las escaleras mientras que sigue batallando con subirse el cierre.

La camioneta es cómoda y está fría, mamá siempre prende el aire tan fuerte que esta camioneta enfría más que nuestro congelador. Los cuatros ya estando en la camioneta, mí padre enciende la radio y la pone en los 80's, 90's y más.
Primero deja mi hermano a su primaria. Luego a mi mamá en su trabajo.