Ella es mi Leona.

Capítulo 2

ASIA ADAMS.

Mi padre me recoge una vez que he terminado mis clases, subo a la camioneta en el lado del copiloto y me dirijo a él para darle un beso en la mejilla.

—¿Cómo te ha ido en la escuela hija?—Pregunta mirando al frente, mientras va manejando.

—Muy bien padre, ha sido increíble, las materias y los profesores son excelentes, y me hice una amiga super linda.— Digo muy emocionada.

—Me alegro que te la pasaste de maravilla hija, eso es muy bueno, ves que no estuvo tan difícil.

—No tanto, después de que me hayan cambiado de escuela tantas veces, ya me sé todo lo que tengo que hacer.

—Me volte a ver y sonríe, fija su mirada de nuevo al frente—. Tu madre no llegará a comer, pero estaremos los tres juntos, así que podemos hacer varias cosas.

—Excelente, desde hace tiempo eh querido la revancha de la otra vez.

—¿Es que acaso no lo piensas olvidar? —Dice con una gran sonrisa.

—Fue trampa, no fue justa la partida.—Hago un puchero.

—Claro que fue justa la partida querida.—Dice burlándose de mi puchero—. Además cariño eso fue hace 4 años.

—Si, por que en ese tiempo no sabía jugar Mario papá, por eso te estoy reclamando de que no fue justa.

—Esta bien hija, tendrás tu revancha, pero ya te digo desde ahora que ganaré de nuevo.

—Bufo—. Eres un presumido.

Lo último que hace es reírse y prende la radio para escuchar un poco de música, ahora mismo se esta reproduciendo una de mis tantas canciones favoritas: Burn de Ellie Goulding.

—Padre, ¿Como te ha ido?.

—Salió bien hija, espero que todo salga esquisito.

—Ya veras que así será, te confianza padre.

Mientras seguía escuchando música y veía a través de la ventana, esas casa gigantes y hermosas, esos parques inmenso donde las familias van con sus hijos y mascotas a pasar un rato, esos niños en patines riendo, esos padres que van caminando tomados de la manos. Todo es muy bello por aquí. Cuando menos me lo espero, estamos frente la escuela de mi hermano, lo veo al fondo con su cabeza hacia abajo. Tan tímido como siempre. Levanta la cabeza para cuando nos ve sonríe y corre  hasta estar cerca de la camioneta y subir se en esta misma.

—Hola chango, —Le digo una vez que se coloca el cinturón — ¿como te ha ido?

—Bien, es diferente. —Dice apenas en un susurro.

—Ocurrió algo ¿verdad hijo? —Dice mi padre en un tono serio, mientras su mirada van hacia el retrovisor para verlo.

—¡Oh cielo no papá! Al contrario pasaron cosas increíbles, es solo que es tan diferente a casa.

Mi padre sonríe, se acomoda y maneja para esta vez ir a casa.
El transcurso va increíble como siempre, mi hermano y yo comentando cosas sin sentido y papá tratando de buscarle lógica.

—Última. ¿Por qué tarzan tiene melena pero no le ha crecido ni un poquito la barba en todos sus años perdido en la jungla?—preguntó mi hermano.

—¿Por qué tenemos ojos de gallo en los pies, y patas de gallo en los ojos? —pregunto.

—Esa es muy buena. —Me dice mi hermano.

—Lo de Tarzan, tal vez puede que sea lampiño. No tengo idea sobre tu pregunta Asia, no sé me viene nada a la mente.

—¿Qué hay que hacer si uno ve un animal en peligro de extinción comiendo una planta en peligro de extinción?