❝¡Voy a conquistarte!❞ ー KookTae

El Inicio de la Pesadilla

Como acostumbraba hacer en todos los días de semana, TaeHyung comenzó con su patrulleo matutino en los pasillos de la preparatoria para asegurarse de que nadie estuviese rondando por allí realizando actividades no relacionadas con los estudios. Solía llevar a cabo aquella tarea como favor a su padre antes de entrar a sus clases, y justamente por esto era temido entre sus compañeros por miedo a ser descubiertos fuera de sus salones. El castaño no tenía especial reputación por ser piadoso con las sanciones que aplicaba. Por suerte los pasillos se encontraban despoblados ya que en unos pocos minutos iniciarían las clases, así que se dio media vuelta una vez acabada su labor para dirigirse a su respectivo salón.

Al apenas cruzar la esquina que daba justo con el camino a su clase, notó a una persona no muy de lejos que estaba apoyando su espalda en contra de la pared de manera despreocupada mientras mordía el palillo de plástico de un ya inexistente dulce. TaeHyung frunció el ceño al darse cuenta de que se trataba de Jeon JungKook otra vez. Incluso su apariencia era descuidada, llevaba la camisa fuera del pantalón, las mangas arremangadas hasta los codos para dejar ver sus brazos algo fornidos y pálidos, su corbata siempre iba mal puesta, y para colmo su actitud encajaba a la perfección con tales pintas ¿Qué se supone que hacía fuera de su salón?

- Jeon -llamó su atención de inmediato, acercándose a paso firme.- Se supone que no debes andar por los pasillos a estas horas.

- Lo sé -sonrió al percatarse de su presencia.

- ¿Y es que acaso te pone contento buscar sanciones?

- No -negó con la cabeza.- Me pone contento verte a ti.

TaeHyung parpadeó dos veces.

- ¿Perdona?

- En realidad me quedé afuera a propósito para encontrarte, y supuse que como estaría infringiendo las reglas de la preparatoria, el primero que vendría a mí sería el responsable hijo del director -agrandó su aconejada sonrisa, dejando perplejo al contrario.

- ¿Y por qué rayos pondrías en riesgo tu promedio por verme tan sólo unos segundos?

- Pensé que podríamos hablar por un rato.

- No, literalmente serán segundos porque ahora mismo estoy llevándote a dirección -se adelantó unos pasos, esperando a que el azabache lo siguiera.- Ven conmigo.

- Ni siquiera ha llegado el profesor ¿Por qué debería permanecer adentro?

- Porque es tu responsabilidad como estudiante estar al tanto de tus horarios. Ahora acompáñame.

- ¿Siquiera vas a perdonarme un minutito de retraso?

- Jeon... -bufó, cansado de repetirle las cosas.- No voy a decirlo de nuevo, o vienes o te agrego una falta extra por resistirte a la sanción.

Se decidió en ir y tomar de la muñeca al azabache para arrastrarlo con él de una buena vez por todas, no quería que por culpa de ese idiota sus clases se vieran afectadas por permanecer tanto tiempo fuera en una charla sin sentido, pero no se esperaba que aquel absurdo jueguito fuera la perfecta trampa para que JungKook diera vuelta las cosas y lo sujetara del brazo así dejarlo de golpe en contra de la pared, apoyando las manos a sus costados para evitar que se escapara.

- Y yo también voy a castigarte por evadir mis intentos de conquista ¿Lo sabes? -cambió completamente su expresión a una maliciosa y juguetona, provocándole un nuevo escalofrío en el cuerpo al castaño.

- ¿Pero q...? ¡No es evasión! ¡Estoy acatando las ordenes de la escuela! -intentó safarse del encierro, mas se volvía bastante costoso el intentar correr los brazos del menor con la superior fuerza que el mismo poseía.

- Está bien, entonces hagamos una cosa. Si me perdonas esta vez, voy directo a mi clase y hacemos como si nada hubiese ocurrido.

- Ni de bromas, irás a la dirección quieras o no.

- En ese caso, la segunda opción sería acompañarte, y allí me puedes colocar todas las sanciones que quieras -notó que TaeHyung estaba a punto de hablar, por lo que posó un dedo sobre sus labios.- pero será a cambio de un beso.

- ¡¿Qué?!

- Tranquilo, mi idea tampoco es ir tan rápido contigo, por lo que puede ser uno en la mejilla. Aunque si prefieres que sea en los labios no me quejo -alzó una ceja, coqueto.

TaeHyung no tenía ni la más mínima idea de cómo reaccionar. Claro que no besaría ni siquiera el aire que rodea a ese idiota por el simple hecho de haberlo apresado en medio de un pasillo despoblado cual acosador sexual, pero tampoco quería dejar ir la falta como si nada y menos si se estaba resistiendo, aunque poco tiempo tenía para pensar con el azabache mirándolo fijamente en espera de una pronta respuesta.

- Aah... ya veo ¿Te da pena decirme que prefieres el beso? -concluyó por su propia cuenta.- No te preocupes, no le contaré a nadie que el prestigioso Kim TaeHyung se estuvo besando con un compañero en horario de clases como todo un rebelde.

Aquello colmó la paciencia del castaño a tal punto de acabar creando una tercera opción por sí solo, o sea, golpear en el estómago al menor para liberarse y alejarse rápidamente de él. No lo hizo con tal fuerza como para lastimarlo, pero si para poder safarse y evitar que las cosas se fueran a mayores. Se alejó unos buenos metros de él por seguridad, mirándolo con enojo.

- ¡Ten por seguro que la próxima vez que te vea en los pasillos a estas horas te echo a patadas de la preparatoria! ¡Métete ahora en tu jodida clase!

Y dicho aquello, se alejó a los pisotones del lugar para dirigirse a su salón entre bufidos y maldiciones en voz bajita, ya ni siquiera quería volver a forzar a Jeon para que fuera a la dirección y lo intentara inducir a otra cosa extraña al acercarse. Estaba seguro de que a la próxima falta lo haría pagar por ello, claro que si. Pero por ahora... Más vale prevenir.

El azabache soltó una risita tras ver al castaño desaparecer de su vista. No estaba desilusionado, mejor dicho esperaba que reaccionara de aquella forma al tomarse tan en serio las normas de la escuela y también, cómo no, sus estándares románticos. La forma en que TaeHyung hacía verse tan imposible e inalcanzable para una persona como él lo volvía loco.

Lo haría suyo a toda costa. Ya lo tenía decidido.