❝¡Voy a conquistarte!❞ ー KookTae

¡¿Estás Loco?!

Faltaba tan sólo un minuto para que el reloj dé las 9 A.M.. Se aseguró de tener su celular bien escondido en el bolsillo trasero el cual contenía la información que necesitaría para llevar a cabo su plan. Su reloj de muñeca anunció el cambio de hora con un pitido que de inmediato apagó para que el profesor no lo escuchase. Ok, todo preparado.

- ¡Profesor! -levantó la mano para llamar su atención.- Necesito ir al baño.

El hombre en seguida dejó de copiar en la pizarra para voltear hacia el azabache con una expresión de fastidio.

- ¿Me recuerda la cantidad de veces que ya me lo pidió hoy, Jeon?

- Es que... Estoy estreñido -respondió sin mas, haciendo que el hombre se frotara el puente de la nariz.

- ¿En serio tienes que ir de nuevo?

- Si no quiere tener una limpieza urgente en el pasillo 4 salón 5A, si.

- Qué asco -bufó, dándose la vuelta para continuar escribiendo como si nada.- Bien, que sea rápido.

Ni siquiera acabó de darle el permiso para cuando JungKook se paró de golpe de su asiento, saliendo casi al trote del salón como si el tiempo corriera en contra de su suerte, aunque seamos sinceros, él no pensaba volver a clases en menos de una hora.

En esos días se las había ingeniado para stalkear de manera sigilosa al castañito así no ser atrapado fuera de su salón, anotando de a poco en su agenda los distintos horarios que recolectaba hasta el momento. Ahora mismo TaeHyung debería estar en hora libre por la falta de su profesor de química, así que se dirigió con cuidado hasta el patio de la escuela y buscó la ventana de su clase. Estaba situada en un primer piso, pero no quería arriesgarse a intentar cruzar los pasillos y ser descubierto por algún directivo en su camino, así que optó por utilizar el plan B.

Y el árbol que se encontraba a un lado de la ventana era parte del mismo.

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Se tomó un corto tiempo para quitar la mirada del bendito manual de contabilidad y se frotó las cienes, por mas que todos en el salón estuviesen charlando animadamente, escuchando música y aprovechando para tomar una corta siesta, él no podía despegarse de los estudios. Tenía un importante examen dentro de dos días y debía estar bien preparado si quería sacar la nota más alta. Habían veces en las que se saturaba de tanta información junta, pero al pasar de los años aprendió a lidiar con el estrés y a canalizarlo para que no se viera reflejado en sus notas. No querría ver el estrés de su padre por un tonto examen para el cual no se preparó adecuadamente, claro que no.

Una vez se sintió listo para continuar volvió a abrir el libro en la página donde lo dejó, sin embargo un sonido golpeante desvió su atención, parecía provenir de la ventana.

Casi le da un infarto cuando vio a Jeon sentado sobre un tronco del árbol que daba con la ventana del salón, haciéndole señas para que le abriera ¡¿Pero cómo rayos llegó hasta allá arriba?!

Al parecer nadie mas se había dado cuenta por estar tan sumidos en sus cosas. Decidió pararse de su pupitre y correr hacia el ventanal así deslizar el vidrio, mostrando a un azabache con su tonta sonrisa irritante de siempre.

- ¿Pero qué carajos haces aquí? ¡Tienes que bajarte ahora mismo! -lo regañó más que enfadado, haciendo que el menor rodara los ojos.

- Yo estoy bien ¿Y tú? -chistó, restándole importancia al hecho de que estaba encima de un árbol de más de cuatro metros de dudosa seguridad.