🌻 Capítulo V: Verdecillo

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Todos aquellos llantos, tanto como los de el moomintroll como los del mumrik, hicieron que el felino se diera cuenta de la realidad. Que el vaquero tenía razón, que lo que pensaba el vagabundo de sí mismo, no era una mentira; era un egoísta y un cobarde. Moomintroll no merecía pasar por algo así, Moomintroll no merecía TENER a alguien así.

Moomintroll no merecía tener a Snufkin.

Así que él, tomó una decisión.

A la mañana siguiente de una noche tan turbulenta, Moomintroll subió las escaleras y entró a la habitación de su amigo invisible

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A la mañana siguiente de una noche tan turbulenta, Moomintroll subió las escaleras y entró a la habitación de su amigo invisible. De la nada había desaparecido, y le preocupaba, pero asumía que simplemente había regresado a su hogar, tomó una siesta y ya tenía su día hecho.

Pero para su sorpresa, no fue así.
Cuando de inmediato había llegado Moomin, notó que había una carta sobre la cama. La criatura se acercó y agarró el frágil papel amarillento entre sus garras. Era una nota de Snusmumriken.

Dicha carta decía lo siguiente:
"Moomintroll, gracias por tus ayudas, no solamente tuyas, pero también las de tu familia. Lamentablemente, debo irme. Gracias por todo.

Siempre agradecido.
     —Snusmumriken. "

Unas lágrimas cayeron al papel, acompañando a las viejas lágrimas que habían en el papel que no eran del moomin. Los ojos del chico color porcelana temblaban.

No, no otra vez.
No podía perder a otro amigo. ¿Acaso es él? ¿Está haciendo algo mal? ¿Habrá cambiado de una forma negativa? Todas estas y más dudas sobre su ser atormentaban su mente.

Seguía contemplando la nota, dándose cuenta de que la letra de esta carta, era muy similar a la letra de Snufkin de las cartas que siempre enviaba, pero eso sonaba a una locura. Moomin pensaba que tal vez por extrañar demasiado a Snufkin, veía cosas que no eran.

Moomintroll suspiró y agarró con fuerza la nota en una de sus manos, arrugándola. Iba a buscar a su madre para darle la noticia, así que bajó a la cocina... Demasiado rápido que digamos, mientras llamaba a la dama, se tropezó con uno de los escalones, cayendo al suelo.

—¡Mamá! —Exclamó para terminar rodando por las escaleras gracias a su gran torpeza—

Little My desayunaba con Moominpapa, la chica tuvo un par de risitas al ver la grandiosa caída del troll.

—Mira por dónde pisas, Moomintroll. —Reía—

Moominpapa tuvo la reacción de estar preocupado, notando un poco las arrugas de sus ojos.

—Hijo, ¿estás bien?

Moomin asintió y se sacudió la "tierra" de encima, palmeando sus muslos. Miró a su alrededor en busca de señales que indicasen que su madre estuviera alrededor, pero no había nada. Solo el delicioso y dulce aroma del desayuno que estaban comiendo ellos dos.

No Soy el Único... 🌙  [Snufmin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora