🌻Capítulo II: La Tormenta

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A Snufkin se le paralizó el corazón, sus pelos se hicieron de punta al darse cuenta de lo que estaba viendo. El chico rápidamente mete sus manos dentro de su abrigo y se levanta de la silla.

—Gracias por la sopa. —Dijo abruptamente para rápido caminar a la salida—

Moomin lo miraba con ojos grandes y llenos de preguntas.

—¿A dónde vas?

—Iré a dar un paseo. —Respondió rápidamente—

—¿No quieres que te acompañe? 

Snufkin estaba de espaldas de Moomin, este suspira y baja la cabeza.

—No.

Después de eso, Snufkin salió de la casa. Moomin fruncía su ceño en tristeza, sus pupilas se movían y sus ojos se aguaban un poco.

—No te preocupes por eso, Moomin. —Too-Ticky dejó su mano sobre el hombro del troll— Tal vez lo abrumamos mucho y necesitaba su espacio. Regresará muy pronto.

Snufkin caminaba rápidamente hacia el puente, con la nieve cayendo y molestando a su frente, aunque de todas las cosas, esto era lo mínimo que le molestaba

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Snufkin caminaba rápidamente hacia el puente, con la nieve cayendo y molestando a su frente, aunque de todas las cosas, esto era lo mínimo que le molestaba. Nada importaba en este momento, su cabeza dolía terriblemente, sus ojos ardían como si quisieran ser explosivos. El mumrik cerraba fuertemente sus ojos, pero nada salía, nada. Ha sido tanto el tiempo que ha aguantado tantas cosas dañinas, que ya no es posible para él llorar y esto es algo malo, faltaría esa pequeña pieza para ocasionar una gran llovizna a los ojos marrones del joven.

El chico se sienta sobre una de las barandas del puente y su mano se aferró fuertemente a la madera, casi sintiendo la madera rozar con su piel, deseando ser astillas. Snufkin se quita su sombrero para agarrarlo y dejarlo sobre su boca. Este procedió a mirar el cielo con ojos de tristeza. El ardor aumentaba y salió la primera gota de primavera en invierno; caliente, salada. 

“Soy una terrible persona, lo siento Moomin.” Pensó mientras miraba al cielo oscuro de aquel día y sentía un cosquilleo molesto en sus brazos, ya para sus codos, el mumrik no era visible.

“No lo quiero hacer, pero siempre juego con tus sentimientos para ocultar los míos, soy un egoísta.”

Snufkin se dobla un poco hacia al frente y daba respiros involuntarios con su boca, parecía tener una jaqueca. Era una especie de llanto, pero sin lágrimas aun si con nudos subiendo y bajando por su garganta tratando de escapar en gritos mudos. El dolor del ataque era tan fuerte por todas las partes de su cuerpo, cabeza, ojos, pecho, estómago... que su cuerpo ya no sentía la sensación de la invisibilidad.

No Soy el Único... 🌙  [Snufmin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora