El divertido pero aún sorpresivo ¿incidente? ¿encuentro? de esa otra noche de sábado estaba ahora enterrado bajo hojas matizadas de varios tonos amarillos, anaranjados, rojos y marrones que han caído en el lapso de las últimas dos semanas.
Aún lo hacía reír, el recordar todo lo que había sucedido.
Mientras caminaba entre escritorios desbordados de papeles importantes y carpetas y el audible taco de zapatos negros contra el suelo y trajes y corbatas, las comisuras de sus labios aún se curvaban levemente hacia sus pestañas al encontrarse en medio del día pensando en aquel mensaje ilegible.
Parecía una locura, el simple hecho de recordar aquello que le había pasado. Pero— es que— él no esperaba que eso sucediera. Nada de eso. En absoluto. Él se iba a ir a acostar; después de terminar de lavar los platos esa noche, ya estaba pensando en su suave almohada y su sabanas calentitas. Planeaba cambiarse de ropa y dormir; no sacarle las zapatillas al maldito de Louis Tomlinson y cubrir con una manta su cuerpo borracho durmiendo en un sofá.
Fue completamente inesperado que le pidiera a Harry que lo llevara a su casa y que, una vez que estuviera a salvo, le cambiara la ropa. Tranquilamente podría haberse dormido con la ropa mojada, podría haberle enviado el mensaje a alguien más, incluso se podría haber echado a correr en la dirección opuesta cuando vio a Harry caminando hacia él.
Pero no fue así, no salió corriendo. No le envió su ubicación a alguien más. No se negó a levantar los brazos para que Harry pudiera sacar fácilmente la húmeda y apestosa polera de su pálido pecho y afiladas clavículas. Ni siquiera se resistió en lo más mínimo.
La parte del mensaje podría haber sido un simple accidente o el destino divirtiéndose con ellos y el bien de Harry, eso era verdad. Pero el resto no. Louis había tomado aquellas decisiones, incluso tan borracho como estaba.
Había sido surreal. Pero al mismo tiempo había sido la cosa más común y corriente del mundo.
Un par de semanas habían pasado desde los mensajes a la defensiva de Louis y todo el asunto aún lo divertía; aún daba vueltas por su cabeza y le robaba una carcajada en el colectivo de regreso a casa o en la cola del cajero automático.
O justo ahora.
Mientras estaba en camino al parque donde iba a reunirse con algunos compañeros de trabajo para tener un encantador picnic (todo en la canasta que llevaba era hecho por sus propias manos), dejó salir uno de esos— ahora familiares— bufidos divertidos al aire y a cualquiera que estuviera escuchando.
Le gustan los picnics. Le gusta todo al respecto; la reunión de personas en otro lugar que no sea un lugar techado, comer en un espacio abierto y verde, los perros de desconocidos corriendo detrás de una pelota o una rama por al lado del grupo de amigos, toda la estética que lo constituye de manteles rojos y blancos a cuadrille o simplemente cualquier mantel o manta grande y colorida y la canasta de mimbre sobre el césped, recostarse con la panza llena con amigos y simplemente relajarse— tal vez escuchar música— bajo el cálido sol.
Ha pasado un tiempo desde su último picnic, para decir verdad. Así que cuando se levantó temprano esa mañana negado a tener un domingo aburrido y deprimente, les escribió a algunos compañeros de trabajo que se estaban volviendo amigos e hizo su trabajo; organizó una reunión. Pero esta era mucho mejor porque no incluía una oficina aburrida ni tacos altos ni el sonido constante de los teléfonos, sino aire fresco, césped verde, música y tarta de limón.
Sus botas marrones marcaban pasos sobre el duro y gris pavimento al ritmo de alguna canción pop aleatoria que su lista de reproducción le hacía escuchar cuando recibió una llamada telefónica que detuvo la música. Uno de sus compañeros comenzó a contarle que acababan de llegar a la estación y que en los carteles de led anunciaban que no había trenes saliendo para el centro porque aparentemente había una falla en el sistema.
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The Moon Can Love The Sun (I know it thanks to you)
Fanfiction"... 𝒆𝒕 𝒔𝒂𝒄𝒉𝒆𝒔 𝒍𝒆 𝒃𝒊𝒆𝒏 𝒒𝒖𝒆 𝒑𝒍𝒖𝒔 𝒋'𝒚 𝒓𝒆𝒇𝒍𝒆𝒄𝒉𝒊𝒔 𝒑𝒍𝒖𝒔 𝒋𝒆 𝒔𝒆𝒏𝒔 𝒒𝒖'𝒊𝒍 𝒏'𝒚 𝒂 𝒓𝒊𝒆𝒏 𝒅𝒆 𝒑𝒍𝒖𝒔 𝒓𝒆𝒆𝒍𝒍𝒆𝒎𝒆𝒏𝒕 𝒂𝒓𝒕𝒊𝒔𝒕𝒊𝒒𝒖𝒆 𝒒𝒖𝒆 𝒅'𝒂𝒊𝒎𝒆𝒓 𝒍𝒆𝒔 𝒈𝒆𝒏𝒔". Lettre 682 de Vincent à s...