Sólo él,fue el único capaz de descongelar su corazón frío. Ayudarle en sus peores momentos,comprenderlo y hacerlo sentir como nadie jamás le había echo sentir.
Pero los sentimientos del albino estaban muy confusos. No los comprendía.
Ahora debe de a...
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Narrador omnisciente.
–Tu lansamiento no fue preciso. Por eso Valtricek no entró a la arena.
–Si,ya lo noté.–.Respondió el peliazul tomando a Vatrieck del suelo. Para luego serrar los ojos.–No comprendo...
–¿Tu lanzamiento erroneo? Tu brazo no estaba en el ángulo corre...
–No,no entiendo...¿Cómo es que puedes ser tan perfecto en todo?
–N-Nadie es perfecto en nada. Todos tenemos virtudes y defectos.–.Respondió Shu ocultando su sonrojo poniéndose en posición de lanzamiento.
–Pero...Tú pareces ser un chico que no falla en nada...
Shu abrió los ojos de par en par,para luego levantar la cabezs y ver al ojicafé a los ojos.
–...Ponte en posición...–.Le dijo Shu. Valt hiso lo pedido,algo dudoso,Shu fue hasta donde estaba,para luego colocarse atrás suyo.
–Al lanzar...Tu brazo tiene que estar en un ángulo perfecto,así cuando Valtrieck sea disparado,lo hará en perfecta sincronía para así llegar al estadio.–.Comentó,mientras ponía el brazo de Valt en una posición adecuada.–Ahora hazlo...
–¡Okey!
Shu soltó el brazo de Valt,para luego ponerse a unos metros de él. Que bueno que Valt estaba de espaldas a él,o se había dado cuenta del gran sonrojo ocacionado por la sercanía de sus cuerpos hase unos segundos.
–¡Tres...Dos...Uno...Let it trip..!–.Valt jaló del cordón del lanzador,para que,como comentó Shu,su bey callera perfectamente en el estadio.
–Bien. Ese era el esfuerzo que quería ver...
–¡Muchísimas gracias Shu!–.Expetó el peliazul,abrazando a su amigo,al hacerlo,el corazón del peliblanco empezó a later rapidamente.
Esa sensación,que jamás había sentido hacia nadie. Solo con Valt. Shu seguía preguntandose exactamente qué sentía hacia él. Pero no sabía cómo descubrirlo.
–N-No es nada Valt...
–Oye...¿Qué tal si vamos a comer pan bey a mí casa?–.Sonrió animado el menor.
–...Pues...–.Shu lo dudó un poco. Era obvio que quería pasar tiempo con el peliazul. Pero quería estar completamente seguro de lo que sentía hacia él primero.
–¡Vamos Shu!¿Qué te cuesta?
–Ya,ya. Iré.
–¡Si,vamos!–.Exclamó el peliazul tomando su lanzador y bey,para luego guardar ambas cosas en su mochila.
Shu le imitó,luego de que ambos estubieran preparados,se fueron en dirección a la casa del apedillado Aoi.
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Lo sé,lo sé. Corto,pero no tenía mucha imaginación. Y sé también que dije que actualizaría ayer,pero se me complicó.
