Capítulo Dos

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Craig se había quedado en blanco por unos minutos, hasta el momento a pesar de ser Tweek no le había recordado al Tweek que él solía conocer, era más bien TK el famoso artista, sin embargo, con aquella sonrisa que parecía ser tan genuina vio al chico del que había sido amigo, el chico que había conocido. Se dio cuenta que el rubio estuviera esperando que dijera algo.

—Umh, seré... tu entrevistador— dijo a duras penas, sin saber cómo iniciar una conversación, TK resopló divertido, claramente burlándose de él, pero sin malicia alguna.

—Lo supuse, no creí que fueras el chico del agua— bromeó—. A decir verdad, casi nunca aceptó entrevista y las pocas que he aceptado no fueron... así.

Craig decidió mirar su grabadora y configurarla en lugar de mirar a la persona frente a él, así podía concentrarse mejor y recordarse qué era lo que estaba haciendo, de hecho, pudo recuperar esa compostura y ese modo periodístico que lo caracterizaba.

—¿Así cómo? —preguntó encarnando una ceja mientras eliminaba grabaciones pasadas.

—Bueno ya sabes en una oficina, con este tipo de gente para la que todo lo que digas puede ser usado en tu contra.

—No haría eso— afirmó el moreno, él tenía ética, simplemente transportaba lo que había descubierto al editor, en su columna dónde era totalmente autónomo siempre buscó la verdad.

Craig dejó la grabadora para buscar la cámara, él también sería el encomendado a la sesión fotográfica de TK, el moreno no pudo evitar recordar cuando tuvo su primera cámara, casi todos sus retratos fueron de Tweek, el maldito era fotogénico nato, la cámara lo amaba. A decir verdad, eso explica muy bien porque no ha visto ninguna foto de TK en la que salga mal.

—No te ofendas, pero no puedo creer en eso, trabajas en Trey Magazine— bufó el rubio.

—¿Tiene algo de malo mi trabajo? —acusó Craig sin poder evitar poner los ojos en blanco—. Estás siendo tan paranoico como siempre, Tweek.

El rubio saltó ante esto, sus ojos se abrieron de par en par y un leve rosa surcó su cara, Craig no pudo dejar de ver el cámara prácticamente petrificado ¡Mierda! Lo había jodido, apuesto que sólo las personas cercanas a él le llamaban Tweek ¿Qué clase de falta de educación era esa? Además, mencionar paranoia que supuestamente no debía saber.

—Woh— jadeó Tweek para ver directamente al hombre—, yo... eso sonó terriblemente familiar hombre ¿Te conozco?

—¿Lo haces? —evitó la pregunta el moreno, por alguna razón que no quería decir en voz alta Craig no quería que Tweek supiese quien era él, ya era bastante incomodo y algo complicado mantenerse profesional para que encima el otro recordara.

—¿Cuál es tu nombre?

—¿Tengo que decírtelo? —Craig se mordió la lengua, sabía que solía sonar cortante, sin embargo, su objetivo era hacer sentir cómodo a su entrevistado, trató de arreglarlo como pudo—, no es que a muchos les importe quién les hace las preguntas ¿sabes? Eso es nuevo— mintió.

—Bueno tú sabes el mío— sonrió Tweek, el moreno creyó reconocer un brillo malicioso en él, el mismo brillo que tenía cuando fingía un ataque de ansiedad para sacar al moreno de detención—, es lo justo ¿no?

Craig bajó la mirada, sabiendo que no tenía escapatoria, el rubio no lo dejaría por la paz, así que simplemente respondió con rapidez.

—Craig Tucker.

Silencio.

El rubio lo miró tan fijamente que incomodo a Craig, entrecerró los ojos probablemente tratando de recordar, su nariz se arrugó de esa manera que solía ver cuando eran niños y Tweek estaba sumamente concentrado en algo banal de conspiración, el moreno no pudo evitar torcer los ojos ante el recuerdo, fue el detalle que el rubio necesito.

The JournalistDonde viven las historias. Descúbrelo ahora