Capítulo Cuatro

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Craig estaba un poco sorprendido, a decir verdad, es decir, no es como que conociera al Tweek que estaba frente a él, pero la impresión que se había llevado era todo sonrisas y demasiado amable, llegó a ser un poco terrorífico, es como si aplicara las mismas técnicas que su padre. Así que cuando tuvo aquel pequeño arrebato, a pesar de sorprender a Craig lo alivió, se parecía un poco más al Tweek que él conocía.

El rubio también parecía un poco incomodo viendo demasiado hacia el coche de afuera, quien sea que lo había traído no quería que se supiera y eso sólo ocasionaba sospechas al moreno, que pronto lo olvido al ver la gran casa que estaba pisando.

—Lamento lo de antes —la voz del famoso interrumpió sus pensamientos, parecía realmente mal por ello.

—Descuida —trató de aliviar, tenía que ser más amable y tomar otra estrategia si quería que respondiese sus preguntas—, a decir verdad, me alivió un poco, sonaba más a ti.

—¿Sonar más a mí? —preguntó el rubio encarnando una ceja. Craig por su parte optó sentarse en la sala, la decoración se basaba en el blanco y el color chocolate, de una manera totalmente minimalista que hacía sentir que había mucho más espacio a la ya de por si gran propiedad.

Demasiado grande para una sola persona...

—Más bien sonaba a ti, solías sobre saltarte con facilidad —el moreno no pudo evitar esbozar una sonrisa a medias—. Te estresabas rápido.

Tweek bufó era bastante obvio que estaba tratando de contener una sonrisa, esa expresión a pesar de que el moreno nunca la vio en el chico que conoció, se sentía genuina, más como él.

—South Park era un lugar fácil para estresarte, además de mis padres, pero nuevamente, eso ya lo sabías. ¿Te apetece que encargué comida china?

—¿Eh?

—Era el trato ¿no? —sonrió burlón— desayunas conmigo, charlamos como viejos conocidos y después contesto tus preguntas.

—Cierto— murmuró Craig— comida china está bien.

Mientras esperaban el rubio preparó café, había hábitos que no cambiaban o eso supuso el moreno, mientras él hacía aquello Craig trataba de escanearlo todo, premios, discos, y fotos... era curioso Tweek era una persona muy sonriente cuando eran niños, sin embargo, en las fotos donde salía el solo siempre tenía una expresión seria (y quizá un poco coqueta y seductora... no olvida eso, simplemente seria, si, así es, nada coqueto), excepto en fotos donde salía con una castaña, había una donde Tweek era particularmente joven y la chica también, sonriendo de oreja a oreja con pureza.

—¿Ella es la infame Lola Stewart? —preguntó el moreno al ver a Tweek llegar con el rabillo del ojo.

—No es infame y si es ella— respondió cortante, Craig anotó eso mentalmente, al parecer su ex era un tema delicado, optó sólo por preguntar una cosilla más.

—Se ven realmente jóvenes, en la foto quiero decir.

—La conozco desde hace nueve años, estábamos en la misma disquera —cortó—, no hay detalles por ahora ¿recuerdas?

—Oh, sí, no estaba en modo periodista, sólo tenía curiosidad— admitió, tomó la taza de café y dio un sorbo—. Esta bueno, gracias.

—Tarde o temprano te iba a gustar el café Craig Tucker —se burló el artista, para después mirarlo fijamente, el moreno trataba de no sonrojarse ¿Por qué lo miraba tan insistentemente? Era incómodo— ¿Siempre te vistes así? Es surrealista verte en traje.

Craig sabía que no debía bajar la guardia, estaba trabajando, aunque el rubio insistiese en que no, no quería que la incomodidad inicial que había tenido desapareciera, no quería bajar la guardia y sobre todo no quería sentirse cómodo con él, estaba ocultando algo y no obstante, era tan fácil simplemente reírse porque Tweek parecía estar bajando la guardia también.

The JournalistDonde viven las historias. Descúbrelo ahora