Capítulo 32

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-Hablas... hablas en serio Jungkook?... -Preguntó el rubio en shock pensando que había escuchado mal o estaba alucinando

- Nunca había hablado tan serio en mi vida Jimin... Dijo el pelinegro mirándolo a los ojos con seriedad

- Yo... bueno yo... Jeon esto es... –El rubio no sabía qué decir, era tan repentino e inesperado

El pelinegro solo lo abrazó y le dio un beso en los labios acompañado de una bella sonrisa

- No me des una respuesta ahora, la propuesta está hecha, yo esperaré por ti... -Le dijo el joven magnate con mucho amor y ambos se acostaron nuevamente para intentar dormir

Jimin creyó que no podría conciliar el sueño nuevamente, pero sus párpados cedieron de repente haciéndolo caer en un profundo sueño

Caminaba por una calle vacía, era de noche, nevaba y el frío calaba sus huesos, se encontraba completamente solo, tenía el corazón desgarrado y las lágrimas no cesaban de sus verdes ojos...

-Nunca más nos volveremos a ver... está bien ... así tiene que ser ... adiós Jungkook...-Decía dentro de su mente mientras cada vez se alejaba de aquel edificio donde se había quedado gran parte de su corazón, no quería voltearse, sabía que el pelinegro lo miraba desde una ventana...

-Por qué había ocurrido? Por qué el destino había decidido ser cruel con ellos? Después de todo lo habían hecho para reencontrarse y ahora ambos tenían que separarse para siempre.

Abrió los ojos de golpe con el corazón encogido de dolor, se llevó una mano a su mejilla y se percató que había estado llorando mientras dormía, miró a su lado y ahí estaba ese hermoso hombre durmiendo pacíficamente

- Jeon despierta! Jeon!... Lo llamó algo desesperado

-mmm? Qué ocurre? Estás bien? Por qué lloras?...Preguntó el pelinegro asustado

- Acepto Jungkook! Si quiero casarme contigo! No tengo nada que pensar, te amo y quiero estar a tu lado todos los días de mi vida... -Dijo el rubio entre lágrimas y una gran sonrisa lanzándose al cuello de Jungkook

- Es en serio Jimin?...- Preguntó el joven magnate sorprendido

- Claro que sí! Solo me tomaste desprevenido, soy una tonto, no tenía nada que pensar...- Dijo el rubio llorando y aferrándose con fuerza al cuerpo de su novio

Jungkook comenzó a besarlo con pasión, se colocó sobre él y empezó a amarlo nuevamente hasta el amanecer, aquella noche se entregaron con especial ternura, ambos corazones sabían que serían el uno para el otro por el resto de sus vidas

Pasaron un par de días, Jimin y Jungkook llevaban unas grandes sonrisas en el rostro pero mantuvieron su compromiso en secreto, hasta encontrar el día indicado para hablar con sus respectivos padres

A dónde vamos?...- Preguntó Jimin una noche que salían del trabajo juntos y notaba que Jungkook conducía hacia otra dirección

- Ya verás... no seas curioso...- Dijo el pelinegro sonriente

Cada vez el lugar le parecía más conocido al rubio, llegaron hasta Hasay Manard un bello lugar rodeado de vegetación y que contaba con un gran lago, se encontraba a un par de horas a las afueras de la ciudad de Nueva York

- Gracias por haberme traído hasta aquí...- Dijo Jimin con nostalgia mirando el bello lugar, iluminado por sus acogedores luces, el rubio le había contado al pelinegro que de niños, su Padre solía llevarlos allí a acampar durante las vacaciones

EL PRACTICANTEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora