Respirar. Tan solo queda respirar y recordar aquellos momentos que no volverán. Aquellos deseos que se quedaron atrás.
Respirar y ser. Ser aquella esencia que una vez fue, que una vez navegó libre por las aguas claras del mar. Ser aquello que se podrá recuperar.
Volver y dejar en el infierno aquello que no será más.
Oh, querido tiempo, si tan solo te hubiera valorado más, ahora no estaría anheládote e implorando en regresar en aquel momento que no vendrá jamás.
Respiro y espero de forma paciente que regreses a mi, que respondas mis llamados, que acudas a mí para poder emprender mi viaje al más allá; el más allá de todo lo mundano, la cual ni tú ni yo pertenecemos.
Oh no, por supuesto que no. Mi pequeño ángel merece estar en el sublime firmamento y no en este averno .
Regresa, regresa pronto que mi corazón te anhela antes de emigrar.
