Happy Birthday Malfoy

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Draco estaba cansado, había pasado ya todo el día metido en un centro comercial muggle llevando bolsas de aquí para allá y visitando todas las tiendas que veían ¿cómo quedó nuestro querido rubio metido en esto? Fácil, su pequeño novio Harry lo había arrastrado hasta aquí por que "quería remodelar su armario". Draco estaba realmente cansado, las bolsas pesaban y tenía mucha hambre. Quería regresar a casa y tirarse a la cama y no levantarse jamás. No iba a negar que ver a su novio probandose ropa nueva era ciertamente adorable, le enacantaba como hablaba de cada prenda que se ponía, pero había estado aquí encerrado desde las nueve de la mañana y ya iban a ser las siete de la noche. De hecho Harry estaba tan emocionado que solo pararon para ir a almorzar.
-Harry, amor ¿no crees que ya es tarde y hora de regresar a casa?- habló Draco con notable cansancio en la voz. Harry hizo un puchero, pero también estaba agotado y quería regresar a casa igual que su novio.

En unos minutos habían aparecido en la casa de Harry. Vivían juntos, pero no en la Malfoy Manor pues a ambos les traía malos recuerdos. El rubio fue directo a la habitación que compartía con su novio mientras el oji verde se iba a dar un baño, pensó en bañarse con él pero estaba demasiado cansado para tan siquira levantarse de la cama, por otra parte Harry estaba sentado en la ducha sintiendo el agua fria llevarse su cansancio, el moreno no podía dejar de pensar en el regalo de cumpleaños que le daría a su rubio. Era algo muy elaborado, pero sabía que valdría la pena. Mucho.

Dos meses después
Estos dos meses que habían pasado Draco sentía a Harry muy distante y nervioso, casi nunca estaba en casa y cuando estaba cerca de él se ponía muy nervioso. Hoy era su día de cumpleaños y realmente pensó que hoy podría hablar con Harry de su comportamiento, pero al levantarse en la mañana solo sintió un vacío enorme a su lado en la cama. Eso lo deprimió, el moreno no se apareció por su casa en todo el día, trató de llamar a Pansy y Blaise, pero ninguno contesto. Eso lo puso de un humor aún peor, no tenía ganas de nada. A las siete de la noche a Draco le llega un mensaje de Harry diciendo que fuera a un bar que había abierto hace poco para darle su regalo de cumpleaños, el rubio estaba furioso. Primero parece que ya no lo quiere y aparentemente lo engaña, segundo el día de su cumpleaños lo deja olvidado todo el día y tercero le dice que vaya a buscar su regalo porque ni siquiera podía dárselo en persona. Después de una hora de pensar de más en la situación decidió ir pues Harry seguía insistiendo.

Llegó al bar y todo estaba oscuro excepto por un escenario en el centro del lugar, no había nadie ahí, no había sillas, nada, pero avanzó un poco más y vio un pequeño sillón de cuero negro frente al escenario que, hasta ahora, no había notado que tenía un pole. Esto debía ser una broma de muy mal gusto, pero al parecer no fue así pues unos segundos después una luz roja iluminó el lugar alrededor del tubo y un chico empezó a subir a la tarima. Tenía puestas unas botas de látex de un tacón muy alto y que le llegaban a la mitad del muslo y un diminuto conjunto del mismo material que se ceñía perfectamente a su cuerpo, no había reconocido al misterioso hombre hasta que, al terminar la presentación, salió corriendo del escenario y llegó de nuevo a él aventándose a sus brazos. Draco reconoció el olor de Harry. Estaba en un muy visible shock, eso estaba de más decirlo.
-¿te gustó?- dijo el moreno agitado y aún con los brazos alrededor del cuello del rubio. Draco no tenía palabras.
-me encantó, pero ¿cuándo aprendiste a bailar así?- habló el pálido cuando finalmente encontró las palabras
-los últimos meses, además, tú compraste estas botas- ahora muchas cosas tenían sentido para Draco, pero ¿en serio el había comprado esas botas?

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Día 8:de compras
Espero les haya gustado 😊💋

30 days of DrarryDonde viven las historias. Descúbrelo ahora