Stitch

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Draco había quedado con Harry de ver una película en su apartamento, hace un tiempo eran amigos y a veces hacían esto, aunque eata era la primera de todas ellas que el rubio estaría a solas con el de lentes pues siempre invitaban a algún otro amigo. Eran las nueve y media de la noche cuando se encontraba frente al hogar de Harry, se pasó la mano por el pelo y toco el tiembre. No estaba nervioso ni nada por el estilo, pero pensaba que sería incómodo sin nadie más ahí.

Unos segundos después Harry abrió la puerta vistiendo solamente unos joggers grises. Draco estaba en shock y el peli azabache no sabía que estaba pasando hasta que vio la expresión de sorpresa del rubio que rápidamente se transformó en una sonrisa.
-¿así recibes a todos Potter? Wao, que gran servicio- dijo el oji plata con sorna
-solo pasa, voy a cambiarme, en la cocina hay comida- habló Harry mirando a todos lados menos a los ojos tormenta de su amigo, se apartó del camino y fue a su cuarto a cambiarse. Malfoy por otra parte fue directo a la cocina a ver qué habría de comer y encontró todo tipo de golosinas, pero no había comida como tal por ningún lado. Giró los ojos y llevó las cosas a la sala y las dejó en una mesa frente a un sillón lleno de almohadas y mantas. Encendió el televisor y puso cualquier cosa mientas Harry regresaba.

Después de unos minutos el ojiverde regresó a la sala vistiendo un kigurumi de stitch y Malfoy no pudo evitar soltar una carcajada, sacó su teléfono y le tomó una foto, Harry llegó a su lado y le sacó la lengua, tomó una almohada y se la tiró al rubio callando su risa, se sentó con las piernas cruzadas y puso la película, Draco se quejó mucho porque según él era una película para niños, probablemente jamás vio Coraline y la Puerta Secreta aunque Harry piensa que es la mejor película que jamás verá. El rubio trató de quitarle el control al moreno, pero acabaron tirados en el piso riéndose. Tal vez esto no sería tal incómodo como Draco pensaba.

Comieron palomitas y pidieron una pizza y todo estaba bien hasta que Harry se puso la capucha de su pijama y veía la película como si fuera la primera vez que la vio. Draco decidió sacarle otra foto "para futuros chantajes". El moreno lo notó y se le instaló una sonrisa en el rostro.
-¿te gusta?- preguntó el de lentes mirando al rubio
-no- respondió el pálido mirando la película con el tazón de palomitas entre las piernas.
-te gusta- sentenció Harry sonriendo
-que no- volvió a negar Draco frunciendo las cejas
-que si, no lo niegues- antes de que el platinado pudiera responder Harry lo estaba agarrando como un saco de papas y lo llevaba a su dormitorio, el rubio golpeaba y pateaba al moreno, pero a este parecía no afectarle en absoluto. Lo bajó en la cama y empezó a buscar entre su ropa hasta que encontró otro kigurumi, sólo que este era de Ángel (el Stitch rosa) y lo dejó solo en el cuarto y no lo dejó salir hasta que lo tuvo puesto y a penas salió del cuarto le tomó una foto para después tomarse una juntos.

Volvieron a la sala, pero la película ya había terminado igualmente decidieron poner otra. Unas horas después Draco estaba totalmente dormido y Harry había aprovechado para tomarle muchas más fotos. Cargó al rubio hasta su habitación y le tapó con unas mantas, él iría a dormir en el sillón, pero antes de irse el rubio tomó su mano, acercó sus rostros y le dio a Harry un beso en la mejilla para después decirle "hasta mañana" con una voz ronca y soñolienta y la idea del morenode de dormir s esfumó así que ahora estaba en el sillón mirando al techo sin siquiera poder cerrar los ojos.

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Día 11: usando kigurumis
Espero les haya gustado 😊💋

30 days of DrarryDonde viven las historias. Descúbrelo ahora