Capítulo 8

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Estás sonriendo.

Entonces valió la pena todo.

Es un día ocupado y estás cansado, pero cuando recibiste aquella noticia te olvidaste del agotamiento físico.

Aunque a veces sientas estremecimiento en ti hay momentos de paz, puedo verlo.

Puedo verte imaginar que dentro de unos meses estarás cargando a ese bebé que será tu sobrino y no querrás soltarlo.

Me alegro.

Aunque me gustaría estar ahí para ti no puedo hacerlo.

Algo no me deja quedarme, tengo que regresar, no puedo recordar bien que es pero cuando despierte tampoco recordaré nada de esto.

Me aferraré a lo que sé que dentro de mi defendí en todo momento.

A la idea de amarte y que nunca había amado a alguien como para que no quedara nada de mi al momento de hacerlo.

Igual estoy sonriendo, como me gustaría que lo supieras, porque a pesar del dolor yo todavía sonreiría para ti.

Así que vive, vive por mí.

¿Qué esperaba al despertar?

¿Qué todo acabara?

¿Qué el dolor siguiera?

Lo único que notó fue su mirada nublada, pasó su mano por su rostro limpiando las lágrimas que no podía sentir mojando su piel.

Se sentó, observó su pecho y ropa lleno de sangre.

Debía de oler horrible en esos momentos.

Al menos ahora tenía una excusa para bañarse.

Y agradeció no ver a Hidan cuando despertó.

Todas las aldeas debían tener acceso a ríos o lagunas para dar agua, las aldeas abandonadas por la guerra no eran la excepción.

Incluso si no podía sentir el agua al menos podía asegurarse de limpiar su piel. al ver su pecho vio la cicatriz que había formado la aguja de Hidan al ser enterrada, al igual que las heridas de su mano estás cerraban como si llevarán meses sanándose.

La bodega de sus armas estaba en un lugar escondido a las afueras de Konoha, se había encargado de sellarla y antes de eso llevar suficiente ahí ropa que le pertenecía antes de irse para siempre de la aldea.

Después de terminar quiso permanecer en el exterior, donde apreció como el aire movía las ramas del gran árbol en el que estaba recargada, se había quedado en ese lugar luego de vagar sin rumbo por que el bosque que lo rodeaba le recordaba a su aldea natal.

Puso atención a su cabello que suelto que era arrastrado por el viento, aun seguía siendo un desastre, tuvo la esperanza que al menos el mal olor se hubiera ido.

"Deberías llevarlo suelto más seguido"

Recordó las palabras de Neji una tarde mientras se preparaba para entrenar y se hacia su característico peinado.

"Imposible, estorbaría en una pelea"

Y después recordó haber fruncido el ceño hacia el avergonzada mientras escuchaba una pequeña risa burlona.

Así que solo por ese momento dejó su cabello completamente suelto mientras cerraba los ojos y trataba de recordar como se sentía el viento golpeando su piel.

"...te destrozaste en pedazos por él y no eres nada"

Recordó las palabras de Hidan mientras cerraba los ojos y recargaba su cabeza en la madera el árbol.

―Lo haría de nuevo... me destrozaría las veces que fueran suficientes por él ―susurró para ella misma.

Así era, desde que despertó estaba más segura de eso por alguna razón.

Porque lo único que tenía y necesitaba era estar segura de eso, de no retractarse de nada incluso si no le quedaba cordura en unos años, porque su amor era a lo que se aferraba para mantenerse de pie. Porque mataría por respirar el mismo aire que él una vez más y tal vez algún día podría hacerlo de nuevo.

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El festival de las almas perdidas se celebraba cada año en Konoha, desde la guerra se volvió una tradición más importante, linternas elaboradas de papel adornaban el paisaje a donde quiera que Neji levantara la vista.

Elaborar una era un acto de respeto y amor a los muertos, Neji sabía que todas las personas cercanas a él habían hecho una cuando murió, y es que cuando llegaba la media noche de ese día de verano en especial se creía que levantaba el velo del más allá, al entregar una de esas linternas para que vagara por el río que atravesaba la aldea era la forma de guiar las almas perdidas a una mejor vida.

―Neji-sama, Hanabi y lo hemos estado buscando ―miro a una de las amigas cercanas de su prima menor, la chica no lo miraba a los ojos desviaba la mirada sonrojada― el padre de Hanabi quiso que te recordáramos de la cena en la mansión Hyuga después del festival.

―Estaré ahí, gracias.

―¿Puedo acompañarlo?

Neji miro una de las linternas colgadas en un alambre iluminando un árbol.

―Lo lamento quiero estar solo, gracias por tu amabilidad.

No esperó a que la chica contestara, solo se alejó caminando a uno de los muelles donde ya se veían las primeras linternas vagar llevándose la corriente del rio, le llamo la atención una de ellas en particular que había quedado atorada por una rama que le impedía el paso, la pequeña vela dentro de ella ya se había extinguido.

Si saber porque precisamente se acercó a la orilla y levantó la linterna, ya estaba maltratada por la corriente del agua, estaba prácticamente inservible.

Quizás el alma de alguien estaba lo suficientemente perdida para encontrar el camino de regreso.

―¡Neji! ¡ahí estás! ―Lee bajó corriendo hasta donde estaba― al fin te encuentro, vamos estamos a punto de liberar las linternas en grupo, ¿Qué es lo que haces aquí solo?, ¿sucedió algo?

Neji negó con la cabeza ligeramente, dejó la linterna inservible a la orilla del río.

―¿No es tuya o sí? ―Lee le miró preocupado― aun estas a tiempo para arreglarla, ¡Te ayudaré! ―sonrió entusiasmado― ¡el camino de del alma de Tenten estará completamente iluminado!

―Lee

El chico miró al Hyuga con atención mientras él no apartaba la vista de la linterna rota frente a él.

―El alma de Tenten... ―miró su mano, la sensación de que ese cuerpo no era el suyo no se había quitado incluso después de meses― no está perdida, sigue aquí...

―Por supuesto que esta con nosotros ―Lee sonrió limpiando sus ojos llorosos― está cuidándonos.

Neji miró a Lee y comprendió que ni él mismo sabia a lo que se estaba refiriendo con esas palabras, simplemente había dicho lo que sentía sin pensarlo, no era común en él.

Finalmente acompañó a su amigo donde se encontraban los demás, todos tenían a alguien a quien recordar y ofrecer linternas.

Observó a su prima que aun con su reciente embarazo ayudada a Naruto a empujar linternas al río.

Fue el único que solo observó como un espectador y en silencio.

Estaba seguro de que no serviría ofrecer una linterna por ella, porque para él Tenten no estaba muerta.

¿Entonces que era esa extraña sensación de que ella se encontraba en un lugar tan oscuro que no podía alcanzarla nadie y a la vez siempre con él?

"...vive por mi"

En sus pensamientos recordó las palabras de la nota mientras miraba las linternas de sus amigos ser arrastradas por la corriente tranquila del río.

"¿Cómo imaginaste siquiera que podría vivir sin que estés realmente a mi lado, Tenten?"

El precio de una vida.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora