Capítulo 9

337 53 2
                                    

Nunca espero quedarse dormida debajo del árbol, abrió los ojos y notó la cabeza de Hidan recargada en su pierna izquierda boca arriba.

De inmediato hizo caso al impulso de separarse, apenas se movió vio como la mano de Hidan tomó su brazo y se lo impidió.

No estaba mirándola, seguia con los ojos cerrados cuando habló molesto.

—¿A dónde mierda crees que vas?, estoy cómodo así que quédate así —cuando abrió los ojos Tenten vio su mirada severa— o voy a matarte de nuevo.

Él volvió a cerrar los ojos y quitó su agarre.

Tenten desvío la mirada, definitivamente morir no era una sensación que quería revivir de nuevo.

—Creí haber dicho que te fueras —Tenten cerró los ojos quería estar sola en esos momentos, la presencia de Hidan empezaba a molestarla.

—No recibo órdenes de nadie —frunció el ceño con los ojos cerrados todavía— voy a ir y venir cuando me plazca.

Tenten guardó silencio y reflexionó que aquel sentimiento fantasma de molestia solo era algo pasajero, en unos días o incluso horas volvería a permanecer sin que le importara nada, ni siquiera la presencia de Hidan.

Cerró los ojos permaneciendo en silencio. Preguntándose si así serían el resto de sus días o si algún día Hidan se cansaría y se iría.

—Puedes... ¿puedes prometerme algo? —Tenten miró el rostro de Hidan y como este mostró una sonrisa burlona sin abrir los ojos.

—¿Ah?, ¿quién mierda crees que soy?, ¿alguien que concede deseos a cualquier niña tonta?

—Eres el único que puede darme lo que quiero... no dejes que pase... no dejes que pierda la cordura por favor no creo que sea lo suficientemente fuerte para mantenerme firme por mucho tiempo...

Cuando Hidan se levantó en ese momento la miró con seriedad mientras ella sonreía amable, observó las lágrimas en sus ojos cayendo.

—Te daré lo que pidas a cambio... así que por favor... no dejes que cruce por mi mente el ir a matarlo...

—Te equivocas, ¿por qué haría tal cosa? —la miró con molestia, levantó su mano y la dirigió al pecho de la chica, justo en medio dónde clavó la aguja— si me aburro de ti no me importaría verte matando lo único por lo que diste todo —le sonrió satisfecho bajando la mano— ¿decidiste aceptar el cuánto me necesitas o solo estás pensando en nuevas formas de destrozarte por él?, ¿que pasó con aquella mirada decisiva a no arrodillarte frente a mi como te lo pedí antes de matarte?... verte rogar de esta manera tan débil me molesta —se levantó y le dio la espalda— si vas a rogarme que sea porque solo piensas en mi al hacerlo... seré paciente hasta que eso suceda así que ya para de llorar de esa manera es decepcionante, deberías de estar mirando con odio al que te mató hace unas horas y no rogándole para que salve a tu estúpido enamorado —la miró con reojo con una mirada severa, Tenten lo miraba sorprendida— porque si lo tuviera a él frente a mi en ese momento lo mataría sin dudarlo solo para que sintieras el dolor de esas lágrimas falsas que derramas ahora en un momento de debilidad en la que te arrepientes de todo lo que hiciste —volvio a voltearse y antes de irse habló furioso— ¿quieres que sienta lástima por ti y te consuele? hablas con la persona equivocada porque no me interesa, deja de subestimarte a ti misma, incluso estando muerta en vida no eres tan débil como crees.

Tenten jamás espero esas palabras de parte de alguien como Hidan que le hizo darse cuenta de lo equivocada que estaba al flaquear de su decisión.

Por un momento olvidó que todo lo que hizo fue por una razón y que no debía arrepentirse de nada, no debía dejar caer a la primera oportunidad que tenía el peso de su decisión en los hombros de otra persona nada más que ella.

Porque si bien todos habían siempre considerado lo débil que era ella no se iba a detener en su camino solo para demostrarles lo contrario, bastaba con que ella misma lo supiera.

Había sacrificado todo por amor y eso la definía de muchas maneras como lo que ella era en realidad y a eso debía aferrarse para no perder la cordura, Hidan tenía razón lo último que necesitaba era la lástima de los demás.

El precio de una vida.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora