Capítulo 04

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La alegre peliazul estaba más que emocionada por volver a ver a sus tíos después de mucho tiempo

- ¿Estás lista Nat?

Preguntó el peliverde cerrando la última maleta

- Si papi. Realmente me alegra que hayan aceptado ir a ver a mis tíos y a mi madrina

El rubio llegó a dónde se encontraban Shun y su pequeña, abrazando por la cintura al peliverde, lo cual provocó un ligero sonrojo en él

- Nosotros también estamos emocionados de verlos de nuevo

Shun jugó un poco con sus manos, pues cada vez que Hyoga se le acercaba de esa manera, lo ponía muy nervioso al sentirlo tan cerca y sentir el miembro del mayor

- Ya dense un beso, es más, no los veo

La pequeña peliazul se tapó los ojos con las manos, pero entre abriendo sus dedos, por otra parte el rubio obedeció la petición de su hija y sin más, besó al lindo y ya bastante sonrojado peliverde

- Hy-Hyoga... No hagas eso
- ¿Por qué no?
- Pu-pues porque me pone algo nervioso

Bien sabía el peliverde que eso no era lo único que causaba en él, pero evidentemente no lo diría frente a su hija, así que trato de zafarse del agarre del rubio, lo que causó que lo abrazara más fuerte, pegándolo más a su cuerpo

- Shun, tengo algo que decirte
- Claro, dime

Shun permanecía con la mirada en el suelo y jugueteando con sus manos, pues le gustaba aquella forma en la que el rubio se imponía ante él y a la vez lo ponía nervioso

- Nat, ahora volvemos
- Sip, vayan

La peliazul se quedó mirando un poco la TV y solo hizo un gesto con las manos para indicar que podían retirarse

- Ven Shun, acompáñame

Hyoga tomó de la mano a Shun y lo dirigió a su habitación, el peliverde solo optó por seguirlo y sonreír nervioso

EN EL CUARTO DE SHUN

- Shun...
- ¿Sí?

El peliverde miraba atento al alto y fuerte rubio parado delante de él

- Hace mucho tiempo que no lo hacemos

La declaración de aquel hombre, hizo a Shun sonrojar, agachando la mirada y luego buscando con la mirada en la habitación algo que lo hiciera dejar de sentir ese nerviosismo

- Sabes que no podemos hacerlo... La niña a veces entra a nuestra habitación sin tocar la puerta y sería un poco vergonzoso que nos viera de esa forma
- Yo sé que ella comprenderá si un día le decimos que estaremos algo “ocupados”

Dijo aquel rubio haciendo comillas con sus dedos

- Pu-pues tal vez podamos hacerlo hoy... Natasha se duerme temprano y no despierta hasta el día siguiente si está emocionada

El tierno chico jugueteaba con sus manitas entre sus piernas, buscando una buena respuesta para el rubio

¿Qué te parece?
- Me parece perfecto, entonces esperaré hasta esta noche

Hyoga se acercó lentamente hacia Shun y beso su cuello, mordiendolo un poco, lo cual hizo a Shun soltar un pequeño gemido tapando inmediatamente su boca, pues temía que su hija los escuchará

- No sabes con cuántas ansias esperaré está noche, lindo

Hyoga sabía que al tocar el cabello de la parte trasera de la cabeza de Shun lo hacía estremecer, más cuando tiraba un poco de él

- Ah~

Shun lo miró un poco molesto y avergonzado, pues el rubio sabía a la perfección sus puntos sensibles y le gustaba hacerlo cuando estaban limitados de tiempo o espacio, incluso cuando estaban en lugares públicos, pues eso excitaba a Hyoga y obviamente a Shun también, por lo que terminaba rogando que lo follara ya fuera en algún baño o tenía que soportar llegar a casa

- Nos vemos esta noche

Hyoga salió dejando un beso apasionado en los labios del peliverde, quién presionó su parte baja para evitar que se levantará

- ¡Papá Shun! ¡Papá Hyoga!
- S-si... Voy Nati

Shun fue escaleras abajo y se acercó a Natasha

- ¿Qué pasa princesa?
- Es que ya tengo hambre y me quiero dormir temprano para no esperar tanto tiempo
- ¿Qué se te antoja comer?
- Mmm... ¡Ah ya sé!
- ¿Qué es?
- Tus deliciosas bolitas de arroz, papá
- Está bien, apuesto a que a tu papá Hyoga también le encantará
- Más bien le encanta verte cocinar

La peliazul le dedicó una sonrisa pícara, lo cual hizo a Shun sonrojarse un poco y negando con la cabeza repetidas ocasiones

- ¡Nat! Ja

El peliverde rodó los ojos, tratando de desviar su nerviosismo

- ¿Acaso me equivoco?... Tengo a los mejores papás del mundo

La idea de estar con alguien que le hiciera tan feliz a Natasha cómo sus papás lo eran, le provocaba cierta tristeza, pues ni siquiera tenía amigos con quién platicar y esa tristeza se reflejaba en su carita

- Y nosotros tenemos a la mejor hija del universo. Yo sé que algún día llegará ese chico o chica especial a tu vida princesa, no desesperes

Shun le dió un pequeño beso en la cabeza a Natasha y se dirigió a la cocina

EN LA COCINA

Hyoga entro buscando algo en su celular y al verlo muy entretenido el peliverde pregunto que sucedía

- ¿Hyoga? ¿Por qué traes tu celular? Casi nunca veo que lo utilices
- Estoy buscando algo que quería mostrarte
- ¿A si? ¿Y qué es?
- Espera... Es una... Deja voy por algo

El rubio salió corriendo y encendió una bocina, poniendo la canción que tanto amaba Shun en secreto

- jaja, ¿Qué te pasa, cariño?

Al peliverde se le hacía divertido ver lo tierno que podía llegar a ser alguien tan rudo como Hyoga

- ¿Hyoga?

Shun reconoció al instante de que canción se trataba con tan sólo escuchar los primeros tres segundos de esta, así que volteo al escuchar la voz del rubio comenzar a cantar la canción de su amado peliverde

- Pero... ¿Cómo sabías qué...?
- Amo todo de ti Shun, siempre estoy atento a lo que te gusta y a lo que no, por eso sé que amas esta canción en secreto

A Shun se le iluminó la mirada, pues jamás se había sentido así de amado y atendido por alguien más

- Oh Hyoga, muchas gracias, bebé
- No tienes que agradecerme nada, la prepare con mucho amor para ti, incluso me la aprendí de memoria
- De verdad aprecio todo lo que haces para verme feliz mi querido cisne

Shun se abrazó con tanto cariño a Hyoga y cada vez que lo hacía, se sentía tan en paz y a salvo

- Vamos a comer, te ayudo a servir. Llama a Natasha y siéntense
- Okey

La canción se quedó de fondo, pues era un pecado para Shun quitar i wanna be yours

- Nena, ya vamos a comer, anda a lavarte las manitas
- Si papá

La pequeña salió corriendo hacia el lavamanos y después corrió al comedor, causando una leve sonrisita en su padre quien la miraba con ternura

- ¿Ya tienes listas tus maletas hija?
- Sip
- Bueno comamos, nos daremos una ducha y a dormir

La mano de aquel travieso rubio resbaló hasta la pierna del peliverde, lo cual hizo que se sobresaltara un poco y lo mirara de reojo

- S-si~

Agachó la mirada sonrojado en cuanto sintió como amazaba su muslo y luego lo dejaba comer tranquilo

¿Mi Familia? Mi TodoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora