- No quiero interrumpir - ambos nos quitamos la mirada del otro, que habían mantenido allí durante un largo tiempo -, pero ya sabéis como se pone la profesora de matemática si no llegamos temprano a su clase - Lucía rodó los ojos recordando a esa docente y sus métodos de castigos hacia los alumnos cuando alguno no seguía su estricto reglamento.
- Vale, vale, tienes razón - rió Rubén mientras me miraba con una expresión tierna -. ¿Vienes, Fran?
- Claro - le sonreí y me levanté, para posteriormente ponerme a su lado y caminar junto a él y a mi amiga. Ella me hizo unas señas que no logré entender del todo pero, como supuse que era algo referido a Rubén, sólo negué sonriendo. Sí que la amaba.
Mientras caminábamos, divisé a lo lejos a la ya anteriormente mencionada profesora, observándonos con una mirada asesina. Debe pensar que haciendo eso, apuraremos nuestro paso, lo cual no sucederá.
En el camino, no podía evitar mirar al castaño de vez en cuando, cosa que él también hacía. En el momento en el que ambos coincidimos, y sonreímos embobados, fue cuando me di cuenta de lo que me estaba pasando con este chico. No hizo falta ni un día para saber de mi nuevo enamoramiento. A mi amiga, en cambio, no le hicieron falta ni cinco minutos, al verme reaccionar ante las miradas de aquél chico de los bancos del fondo.
- García, Doblas y Santander, llegan tarde - dijo cortante Marina, la profesora.
- Que sí, que sí - Rubén rió sin siquiera mirarla a los ojos, lo que la hizo enfurecer.
- No se pase de listo, jovencito.
- Sí, sí - se notaba el sarcasmo en su tono, y Lucía y yo estábamos a punto de estallar de la risa. Casi nadie se atrevía a hacerle frente a aquella señora.
- Que conste que es la última vez que entran tarde sin sanción - alcanzamos a escuchar mientras nos alejábamos, ya hartos de sus retos.
- Suerte - me susurró suavemente mi amiga al oído, refiriéndose a Rubén y a este trabajo que nos esperaba a ambos.
- Gracias Lu - le sonreí levemente y seguí a Ruben a uno de los bancos del medio de la clase y nos sentamos juntos. Noté la mirada de su grupito de amigos clavada en mí, y también algunos comentarios que no fui capaz de escuchar.
- No escuches a mis amigos, sólo quieren molestarte - susurró mientras se acomodaba y dejaba su mochila a un lado del banco.
- No pasa nada - le dije tranquila -. ¿Cómo te va en matemática?
- Uff, pues... - rascó su nuca - Si te digo bien, te mentiría - rió mirando hacia abajo y me pareció la cosa más tierna del mundo -. Últimamente no entiendo nada de las explicaciones y tampoco me interesa mucho, la verdad.
- Está bien, vamos a cambiar eso.
- No lo creo, pero si tú lo dices...
- Bueno, podría ayudarte con tus notas y eso. Sólo si tú quieres.
- Por mí sería genial. Puedes venir a mi casa o yo a la tuya y así estudiar mejor - noté una segunda intención en su comentario.
- Vale. Empecemos por prestar atención en la explicación del trabajo o no vamos a saber ni qué presentar.
Asintió sin dejar de mirarme y se giró un poco en dirección a la pizarra, donde estaban explicando el proyecto y los pasos a seguir que debíamos aplicar para realizarlo. Hablando resumidamente, había que hacer un juego en el que apliquemos los temas trabajados hasta el momento, con cientos y cientos de condiciones que el mismo debía poseer.
Me encontraba pensando en algún juego que podamos inventar, cuando me tocó el hombro suavemente y me di vuelta a verlo.
- Debo avisarte desde este momento que no sé si pueda serte de mucha ayuda - dijo -. ¿Qué vamos a hacer?
- Tranquilo, algo se nos va a ocurrir. ¿Quieres que organicemos para que vayas a mi casa luego de la clase que viene y charlarlo? ¿O vamos a la tuya?
- Si quieres vamos a la mía, pero déjame preguntarle a mi mamá a ver qué opina - sacó su teléfono de la mochila y comenzó a escribir un mensaje. Pocos segundos después obtuvo una respuesta -. Dice que sí, así que avisa que el jueves vienes conmigo - sonrió, acción la cual repetí, para luego enviarle un mensaje a mi mamá pidiéndole permiso para ir a casa de Rubén. Cuando me dijo que sí, se lo comenté a mi amigo y continuamos proponiendo ideas para el trabajo.
LUCÍA💞
en líneaOYE
VOY A LA CASA DE
RUBÉN EL JUEVES LUEGO DE CLASES
AAAAAASSDFFGHJKKILÑKE
EN SERIO?Mi mejor amiga y yo intercambiamos miradas de asombro y, afortunadamente, Rubén no nos vio.
SIIIII
GENIAL
BÉSALO😳
Ni lo sueñesPOR FAVOR
SÓLO INTÉNTALOYa veremos...
Me giré hacia ella observándola con una expresión algo divertida, obteniendo un puchero como respuesta de su parte.
- ¿Me besarás? - preguntó el morocho de repente.
- ¿Perdón? - lo miré sorprendida y con algo de temor de que haya leído la conversación.
- Lo que le decías a Lucía. ¿Quieres besarme?
- Eso no te incumbe - dirigí mi mirada al pizarrón, con unos nervios increíbles recorriendo mi cuerpo.
- ¿Cómo que no me incumbe? Estamos hablando de tus labios y de los míos. Claro que me incumbe - dijo con un tono bastante humorístico, riéndose de mi situación.
- Presta atención a lo que dice la profesora, es importante.
- Ya, claro - largó una carcajada y yo solo traté de contenerme porque la verdad es que me hacía mucha gracia pero no quería demostrar mi derrota.
Se acercó un poco a mi oído y en un tono muy bajo, susurró:
- Luego en mi cuarto lo solucionamos.
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P.💕
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Polos opuestos - Rubén Doblas ♡
FanfictionFrancesca tenía el mejor promedio de toda su clase. Destacaba en baile, yendo al grupo avanzado de su academia; y en canto, siendo una de las voces principales de su coro. Era simpática, graciosa y tierna. Algo así como la chica perfecta. A pesar d...