CINCO

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Luego de una hora y media de charla, risas y pocos aportes para el proyecto, la campana sonó indicando la finalización del día escolar. Me la pasé genial con él; realmente es muy gracioso y me encanta su forma de ser. Algo más que agregar a la lista de cosas que me gustan del moreno. La profesora saludó, tomó su maletín y su abrigo y se retiró, acción la cual todos repetimos. Antes de salir saqué la mitad del sándwich que me quedó, para no morir de hambre. Mi estómago rugía exigiendo comida lo antes posible.

Estaba un poco triste, ya que sabía que después de esta clase no tendría excusa para sentarme con Rubén. Seguramente él quiera volver con sus amigos, y yo no me voy a interponer.

Al día siguiente, llegué al colegio y llevé a mi hermanita a su salón. En el camino a mi clase, me crucé con Doblas. Me plantó un beso en la mejilla, a lo que yo le sonreí y continuamos caminando un poco rápido, ya que íbamos tarde. Tuvimos historia en la primer hora. Estábamos divididos en grupos formados por el profesor, y su grupo estaba sentado en otro lado, a unas 5 o 6 mesas de la mía. Cada tanto lo miraba, disimuladamente, y he de decir que su cara de concentración es de las cosas que más me gustan.

En el receso, Lucía se me acercó abrazada de Rogel, o "Mangel", como ella y sus amigos lo llaman. Es como una mezcla entre la primer letra de su primer nombre junto con el segundo. Y mal no le queda.

- Hola Fran - saludó el primero, ofreciendo una tierna sonrisa, haciendo que se levantaran un poco sus gafas.

- Hola tortolita - dijo Lucía justo cuando Rubén se acercaba. Muy oportuna.

- Hola chicos - le lancé una mirada asesina a mi mejor amiga, quien sonreía conteniéndose la risa -. Hola Rubén - lo miré y golpeé levemente el lado vacío de mi banco, indicándole que lo use. Él me entendió y asintió en respuesta. Mangel y Lucía se sentaron del lado opuesto, y todos comenzamos a comer juntos.

- ¿Qué tal váih con el proyecto de matemática vosotroh?

- Bastante bien, gracias a mi amiga genia - me rodeó el cuello con su brazo, y me incliné un poco para corresponder su abrazo. Permanecimos así por unos segundos y luego nos separamos suavemente.

- Nosotros también vamos bien, por si les interesa - comentó la morocha con aires de diva debido a nuestra atención en el abrazo y no en el grupo.

- Vale, perdón. Me alegro y lo sabes - contesté con una leve sonrisa y ella me imitó -. Por cierto, ¿qué sigue ahora?

- Ingléh - respondió con mala cara Mangel, debido a su desinterés en dicha asignatura.

- Yo me siento contigo y te ayudo - ella tomó su brazo -. Claro, siempre y cuando a tu mejor amigo no le moleste - dirigió su mirada a Doblas, quién levantó las manos en señal de aprobación.

- Entonces, ¿te sientas conmigo? - me miró con ojos de perrito y no pude rechazarlo.

- Claro, hombre - comí lo último que quedaba de mi sándwich y, aunque no lo demostrara, por dentro estaba feliz por compartir banco nuevamente con mi nuevo amigo.

- ¿Vosotras iréis a la fiesta? - preguntó el moreno mirándome espectrante.

- Yo seguro, y ella creería que también - Lucía me señaló con la cabeza y asentí.

- Espero que vayas entonces - me sonrió tiernamente, y hablo en serio cuando digo que lo hubiera besado en ese mismo instante. Pero no podía.

La campana sonó, interrumpiendo por segunda vez nuestro momento juntos. Los cuatro nos levantamos, recogimos nuestras cosas y nos dirigimos al curso recorriendo todo el patio exterior.

De repente sentí algo abrazando mi cintura. Me giré y vi a mi pequeña hermana llorando en mi camisa, rodeándome con sus finos bracitos.

- ¿Qué pasa hermosa? - me agaché un poco y noté a Mangel, Rubén y Lucía mirando la situación, sin entender mucho de lo que estaba pasando.

- Hay unas ni...ñas que me insul...taron - dijo mientras trataba de calmarse, pero aún lloraba.

- ¿Qué? ¿De qué hablas? - me arrodillé en el piso para estar a su altura y así hablar mejor con ella.

- Por mis manchitas en los brazos - agachó la cabeza triste.

Mi hermana padecía una enfermedad llamada "Vitiligo", la cual hace que partes de la piel pierdan pigmentación, y se vean un poco más blancas que el resto del cuerpo. Ella tenía la piel de un color que no llegaba a ser blanco, pero tampoco era tostado. Era un tono bastante claro, sin embargo las manchas que comenzaron a aparecer fueron mucho más blancas y, si la mirabas con detalle las notabas. Si tuviera la piel un poco más oscura, se notaría mucho más.

- Ay, amor, ven aquí - la abracé y ella reposó su cabeza en mi cuello, ya más tranquila.

- ¿Todo bien? - Doblas se acercó y posó suavemente una mano en mi hombro.

- Si, tranquilos, todo está bien - miré a mis amigos -. Vayan a clase, no quiero que se atrasen.

- Vale, si necesitas algo avisa, ¿sí? - respondió mi mejor amiga abrazando a Rogel. Asentí en respuesta y ellos dos se fueron.

- Yo me quedo - dijo el castaño.

- No, ve, en serio.

- Mmm - pensó un poco -. No. No me iré.

- Bien, si luego te ponen una amonestación por llegar tarde yo no te defenderé.

- Una mancha más al tigre... - rió y se arrodilló igual que nosotras. Florencia estaba mejor, pero aún seguía abrazándome - ¿Puedo abrazaros yo también? Estoy aquí solito.

- Ven, tontito - ambos sonreímos, abrí mi brazo y el se unió, permaneciendo así por unos segundos.

- ¿Mejor, princesa?

- Sip, te quiero mucho - me miró tiernamente y planté un beso en su rechoncha mejilla -. ¿Me acompañas a clase?

- Claro, ¿vamos? - le pregunté a mi amigo, y los tres nos levantamos para comenzar a caminar en dirección a el salón de mi hermana.

Aunque ella no lo notó, Rubén pasó su brazo por mi cuello, como lo había hecho en el receso. Dios, cada vez me enamoraba más, y eso que hoy comenzamos a charlar en serio. Alguna que otra vez habremos intercambiado algún diálogo, pero nunca nos habíamos sentado juntos. Seguimos caminando así un largo rato, ya que para llegar a nuestro destino había que recorrer gran parte del colegio. Nos mirábamos cada tanto, y luego de unos minutos decidí recargar mi cabeza en su hombro. Cualquiera que nos hubiese visto, podría pensar que somos pareja. Cosa que todavía no estaba para nada en mis planes. 

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- P💕

Polos opuestos - Rubén Doblas ♡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora