- ¡Vamos Fran! ¡Otra vez llegaremos tarde por tu culpa! - gritó Florencia desde el comedor - ¡no quiero que mi maestra me rete de nuevo!
- ¡Que ya voy! - contesté tomando mi mochila y saliendo de mi habitación - Eres tan impaciente... - hice una mueca y ella bufó, pateando el suelo. Lo que más destaca de mi hermana es su carácter que, quizás es hasta más fuerte que el mío, aunque sólo tenga 6 años. Cerré la puerta y subimos al auto, en el que mi madre esperaba mientras leía una revista.
El viaje fue algo largo. Siempre lo era, en realidad. Sólo podía entretenerme contando las farolas de las veredas o las mochilas de los niños que iban camino al colegio. Los árboles carecían de hoja alguna y las nubes tapaban cualquier rayo de sol que quisiera asomarse.
Al llegar, el auto se estacionó en uno de los primeros lugares. La pequeña Flor y yo bajamos despidiéndonos de nuestra mamá, sacando las mochilas del baúl y algunos libros extra. Esperé pacientemente a Florencia mientras bajaba sus cosas y las acomodaba para transportarlas. Me miró, y tomé su manito.
Caminamos juntas, y observé el panorama del lugar. Me encantaba llegar con mi hermanita saltando a mi lado, mientras veía niños jugar en el pasto del exterior del colegio y otros jóvenes de mi edad y otros mayores caminando por ahí. Realmente me sentía cómoda; todos los estudiantes se veían felices al llegar, charlando con sus grupitos y comiendo algo antes de ingresar. Conozco el colegio entero, y a la mayoría de estudiantes de cursos cercanos al mío, ya que vengo desde los 4 años.
Mirar a los demás haciendo lo suyo también incluía mirar chicos más grandes. Lo siento. Siempre me gustaron los que tienen uno o dos años más que yo, a pesar de nunca haber tenido una relación, ni estar cerca de tenerla siquiera.
Sin embargo, no me gustaba nadie, sacando a un chico de mi clase que es bastante lindo. Se llama Rubén Doblas. Me encanta todo de él, pero nunca se fijaría en una chica como yo, y siempre lo veo con su grupo de amigos alrededor, así que yo tampoco podría hablarle. Sólo lo miro a veces en clase y ya está, para pasar el tiempo.
En la entrada me encontré con mi mejor amiga, Lucía. La conozco desde hace 8 años, cuando entró a mi clase, y nos hicimos inseparables. Ella sabe todo de mí y yo de ella. Lo único que no sabe es lo de Rubén, pero no me parece algo importante tampoco. Además ella tiene novio, Matías, otro de mis compañeros y amigo de Doblas, y se la pasa hablando de él y de lo enamorada que está.
Caminamos hasta la clase de mi hermana Flor, la dejé con sus amigas y fuimos a la cafetería. Vi a Rubén con sus amigos, riendo en una de las mesas, pero aparté la mirada pronto para que no lo notara ni él ni Lucía. Saluda a algunos de nuestros compañeros que nos cruzábamos en el camino hacia el mostrador y al llegar pedimos un café y un cupcake para cada una. El de mi amiga era de chocolate y el mío de vainilla. Buscamos un lugar donde sentarnos y, ¡oh, sorpresa! Lucía eligió justo la mesa de al lado del moreno. Me puse nerviosa de un momento a otro pero traté de concentrarme en la conversación y no en el chico que me hacía sentir de todo.
- ¿Te enteraste de la fiesta que va a hacer Delfina en su casa la semana que viene? - soltó de repente mientras agregaba azúcar a su café y lo removía suavemente.
- Algo vi en el grupo de WhatsApp. ¿Vas a ir?
- ¿Es una pregunta? ¡Obvio! Va a ir toda la clase, y un grupo de cuarto también - pensé en Raúl, mi mejor amigo, quien iba a ese año -. Y tú vas a ir.
- ¿Disculpa? - noté la mirada de Doblas clavada en mí, aumentando mis nervios - Debo pedirle permiso a mis padres primero.
- Siempre te dicen que sí. No voy a ir sola, y si tú no vas yo tampoco. Ya lo sabes. Así que VAMOS - recalcó esta última palabra - a ir. ¡Va a ser divertido!
- Vale, seguramente vaya. ¿Matías va?
- Claro.
- ¿Y sus amigos también van? - pregunté refiriéndome al grupo de Rubén, para saber si él también iría. Es lo más probable, nunca se perdería una fiesta.
- Creo que sí. Tengo que hablar con Miguel Ángel, a ver si va. Si es así, Rubén seguro que va - solté un suspiro de alivio -, Alex también y Samuel probablemente. No se si Guille vaya, quizás no lo dejen. Ojalá que si.
Asentí y seguí comiendo, mirando de vez en cuando a Doblas.
- Hey, bobo - Lucía se dio vuelta y golpeó la cabeza de su mejor amigo, haciendo que este y los demás la miren -. ¿Váis a ir a la fiesta en casa de Delfina?
- Sí, todoh vamo' a ih - comentó Miguel con su característico acento.
- ¿Tú también Guille?
- Espero que me dejen - rió marcando sus ojos chinos -. Yo creo que sí.
- Genial. Bueno, nos vemos en clase - se dio vuelta de nuevo y continuó tomando su café.
Estaba contenta, ¡vería a Rubén en la fiesta! Más tarde le contaré a Lucía sobre esto.
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- P💕
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Polos opuestos - Rubén Doblas ♡
أدب الهواةFrancesca tenía el mejor promedio de toda su clase. Destacaba en baile, yendo al grupo avanzado de su academia; y en canto, siendo una de las voces principales de su coro. Era simpática, graciosa y tierna. Algo así como la chica perfecta. A pesar d...