XXXV

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Observe el techo por quinta vez desde que estoy sentado en este lugar. Cruce mis brazos sobre mi pecho incómodo.
Odio las salas de espera, nunca suelo pasarla muy bien en ellas. Llegue a esa conclusión ya que la primera vez, en el spa cuando estaba con Robert, estuve muy incómodo y me sentí acosado visualmente, sin mencionar que eso casi provoca una discusión entre Perrie y yo.
Pero esta ya es la segunda vez, y puedo jurar que es peor que la primera.

Hay alrededor de 7 mujeres sentadas en este lugar. La mayoría me observan coquetamente, algunas muerden su labio con descaro y yo sigo manteniendo firme mi forma de pensar: odio ser el centro de atención.
Lo peor de la situación es que tres de ellas tienen embarazo visible, dos de las embarazadas vinieron con sus esposos.
Uno de ellos se encuentra dormido en la silla junto a su mujer mientras ella me acosa con la mirada, el otro sujeto se encuentra hablando por llamada. Observe a su esposa. Ella me guiña un ojo.

Desvíe la mirada hacia el suelo. Se que aparento más edad, los tatuajes suelen darme un par de años de más. Pero es muy grosero observar tanto a una persona.
Todas las mujere en este lugar son jóvenes, me arriesgaría a decir que la mayor tiene 25 años como mucho.

Moví mi pierna ansioso y observe la puerta del baño esperanzado de que Perrie salga de allí rápido y me salve de esta situación.
Todo esto lo vale, venir al ginecólogo con tu novia para que le reciten anticonceptivos con la intención de que jamás sea necesario utilizar condones sin correr el riesgo de un posible embarazo hace que valga la pena cada segundo de incomodidad.
Le dieron increíblemente rápido la cita en este lugar y lo agradezco en serio, luego de que comience a tomar los anticonceptivos pienso recompensárselo deliciosamente, una y otra vez.

Quiero fumar un cigarro.
La ansiedad me fastidia. Observe el pequeño balcón y toque la caja de cigarros sobre mi bolsillo. ¿Debería...?

La puerta del baño se abre y Perrie sale a la vista. Suspire aliviado.
Ella me regala una sonrisa que no tarda en disminuir al ver que la atención de toda la población femenina en este lugar está sobre mi. La observe pidiendo auxilio.

Se acerca a mi y besa mis labios deliciosamente antes de sentarse a mi lado. Cuando lo hace coloca una mano sobre mi muslo y recuesta su cabeza en mi hombro.
Adoro como marca territorio.

Las mujeres al verla concentran su atención en otro lado. Sonreí aliviado.
Tal vez Rob si tenga razón, es un repelente para chicas .-.

- Sin duda alguna no pienso dejarte solo en salas de espera en un futuro. - susurra divertida

Reí sabiendo a que se refiere.

- si... las salas de espera no son lo mío - bromeé

- No, si son lo tuyo. Ese es el verdadero problema - me sigue la broma

Ambos reímos. Tome su mano y la bese.
Por alguna razón la noto nerviosa. Observe su rostro y me derretí cuando sus preciosos ojos hicieron contacto con los míos.
Observe sus carnosos labios. Esta chica es perfecta ¿que hice para merecerla?

- ¿Todo bien? - pregunte con atención

Asiente

- si. Solo... - sonríe levemente - creó que no debí venir ya sabes... en mi periodo. Seguramente deban chequearme. No pensé en eso antes.

- oh... - mordí mi labio nervioso - De igual manera esperemos que la doctora nos informe si puede recitarte las pastillas o si debe hacerte otra cita.

Permanece pensativa analizando mis palabras

- tienes razón. - asiente - y... sobre eso... no es una doctora... es un...

Prohibido Enamorarse [•Zayn Malik•]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora