Destinados del mismo hilo. (BakuTodo)

Capítulo ll

Aquella escena que se armo en medio del salón principal impresionó a todos; el menor no sabia como reaccionar nunca creyó que su padre realizará esa acción frente todos.

—¡Shōto Todoroki! ¿Dónde demonios te encontrabas? — furioso reclamaba el gobernante de aquella nación.

No pudo contestar estaba asombrado.

—¡Shōto te pregunté ¿Dónde demonios estabas?!

—A ti que te importa — la voz indiferente del menor sorprendió a todos los invitados a excepción de los que trabajaban ahí, ya que tenían que soportar eso diario.

—¡Te largas a tu habitación, mañana hablamos!

El joven molesto se marcho a su habitción ignorando a todos, se acostó en su cama tratando de que las lágrimas no caigan por su rostro, en eso su marca empezó a doler se retorcía en su cama no sabia que pasaba.

Un joven que caminaba por el bosque, casi llegaba a su hogar pero de repente sintió su espalda baja un ardor, maldicio a la marca del destinado.

—Baboso príncipe, si no voy con el dolerá hasta que no me vuelva a encontrarlo ese bastardo.

Tuvo que cambiar su ruta, era muy bien sabido si tu destinado se encontraba mal tenias que consolarlo y si no lo hacías ardería hasta volver a tocarlo.
Llego al castillo, sabia burlar la guardia fue bastantes veces que entró al castillo a robar comida.

Subió a un balcón que le indicaba la jodida marca.

El joven Todoroki escuchó que alguien había entrado a su balcón, se sentó con todo ardiendo su espalda baja y se sorprendió encontrar al joven de ojos rubí.

Este se acerco lentamente y se abalanzó a sus labios, el bicolor no sabia como reaccionar, paso par de segundos y trato de seguir los besos del cenizo.

Besos tras besos, no se conocían pero su marca los obligaba a disfrutar del otro, las lenguas exploraban territorio ajeno, sintió como unas manos empezaban a subir su camisa, lo empujó.

—¿Qué te pasa? —sonrojado miro al cenizo.

—Tsk no tiene nada de malo tener sexo, eres mi destinado — la besos lo había excitado.

—Pero soy virgen.

—¿Cuantos años tiene el príncipe? — preguntó burlón.

—Acabo de cumplir 17 ¿y tu?

—¡¿Qué aun eres un mocoso?!

—Y eso que — avergonzado contestó.

—Yo tengo 23 soy demasiado mayor para ti.

Se paró sorprendido, dejando ver al bicolor la erección que había provocado, el rojo en su cara no se veía en la oscuridad. Mentalmente se decía lo hago o no.

—Se que viste la erección, ya me voy, veré con quien voy esta vez —el cenizo estaba dispuesto a irse, hasta que sintió una mano tomar con delicadeza su brazo.

—Bueno podría ayudarte pero con la condición que sea fuera de aquí —su sonrojo llegaba hasta las orejas pero eso no impedía que lo viera a los ojos.

No sabia que decía, un pequeño arranque le celos le había llegado de repente, al ser su destinado la marca era un tema tabú actualmente ya que te hacia hacer cosas egoísta.

La sonrisa socarrona del rubio se dio a relucir, acerco su boca al oído del menor y la mordió levemente a la vez paso su lengua por dicha zona. —Vamos, conozco un buen lugar para que grites hasta que te quedes sin voz.