Capítulo lll

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Sus labios recorrían la piel blanca del cuello del joven príncipe, la voz que salia de su boca era musica para sus oídos.

Esto estaba mal, eso pasaba por la mente del menor ¿por qué iba tener sexo con alguien que hace poco acaba de conocer? El nunca tuvo la libertad de explorar mas allá del castillo y conocer a más personas, su crianza fue estricta y con la única que hablaba era con su hermana mayor mediante cartas. Tal vez podía romper la linea de lo prohibido, tal vez podía pecar, tal vez podía por fin ser un poco libre, miles de pensamientos inundaron su mente, pero al final se dejo llevar por las caricias de su destinado.

Sus brazos se enrollaron en el cuello del cenizo, no tenia ni la menor idea del sexo entre hombres, sus deseo lo estaba consumiendo se estaba dejando llevar por primera vez en su vida, la lengua del mayor recorría toda su clavícula, sus hombros estaban llenos de chupetones.

El ojos rubí llevo al heterocramico a su cama, retiro la toalla molesta de su cuerpo y el menor tuvo el placer de recorrer con su mirada al cenizo hombros anchos, abdomen marcado, bajo su mirada topándose el erecto miembro expuesto se sonrojo rápidamente, no sabia que se podía tener ese tamaño; por instinto tapó su cara con sus manos.

—No seas tímido también puedes tocar —habia tomado sus manos y las llevo a sus pene.

Automáticamente retiró sus manos.
—Lo siento, soy nuevo en esto.

—Ya verás que por el tiempo tomarás experiencia —mordió el lóbulo de la oreja del bicolor.

Empezó a besar todo a su alcancé mientras dejaba uno que otro chupetón en hombros y pechos del bicolor. Se detuvo en su pezón y lo succiono todo lo posible dejándolo todo rojo e hizo lo mismo con el otro.

Las manos del rubio recorrían sin vergüenza alguna el cuerpo del menor, sus largas piernas blancas y suaves las empezó a besar, llego a sus muslos los lamió y dejo alguna que otra mordida, la excitación había dejado aparte el dolor, las caricias ardientes le había nublado la cabeza.

En eso siente como una mano toma su miembro y empieza a masturbarlo lentamente, sonidos obscensos salían de su boca, su respiración estaba entrecortada y fue en ese momento que se vino manchando todo su abdomen.
Miro al cenizo y vio como este empezaba a lamer su abdomen tragando su semen.

—No hagas eso, es sucio.
—Ya verás a que sabe — sentó al bicolor en la orilla de la cama dejando a su vista su pene ya erecto —Metelo a tu boca, lamelo y succiona lo mas que puedas pero sin morder.

El menor con cuidado lo tomo entre sus manos, con sus dedos paso sobre este las venas del miembro ya erecto, le había dado curiosidad miro a arriba y encontró al cenizo sonrojado y con una mueca en la boca.

Esto lo hizo sonreír dibujo en su rostro una inocente y fue que por primera vez en su vida metió un pene en su boca, ni cabía en esta lo saco un poco y con su lengua delineó cada parte de este para así después con su boca empezó a succionar y lamerlo torpemente. 

El mayor se sentía tan jodidamente bien, ver al mocoso como hacia lo suyo torpemente lo enloquecía, de instinto empezó a follar la boca del bicolor.

Sentir su pene en su garganta lo estaba ahogando pero escuchar los gemidos del mayor lo complacía.
Después de un par de segundo el mayor se vino en su boca, trago lo mas posible dejando escurrir semen de las comisuras de su boca.

Sus ojos estaban dilatados, sus mejillas y orejas llenas de un tono carmesí y el líquido blanco que escurre ahora de su boca fue una gran escena frente los ojos del rubio. Nunca en su vida habría imaginado Bakugou que terminaría viendo esa imagen del futuro rey.

Destinados del mismo hilo. (BakuTodo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora