Adara

Capitulo V

Muchas personas tienen problemas en reaccionar al momento de alguna situación peligrosa o por temor a un ser más fuerte, raro y pernicioso para así decirlo, la mayoría entra en una estado de shock (que puede ser claramente el cerebro tratando de "asimilar" situaciones en la cual no estaba expuesto de manera "casual").

En el caso de los héroes (semidioses) no podían desaprovechar el tiempo, tenían que reaccionar rápido porque algunas de las veces eso le podía costar la vida.

***

El sol se había escondido dando le pasó a la luna, noche oscura y fría. Estaban cansados del viaje y todavía faltaba una eternidad para llegar a Pilos, lo bueno era que todavía no los habían atacado.

- Creo que debemos acampar aquí, es un buen sitio -dijo Percy callando a aquella criatura locuaz.

- Estoy de acuerdo, descansen yo haré la primera guardia -comento la criatura, y así lo hicieron (claro que Percy estuvo en desacuerdo pues no le tenía confianza pero Adara se encargo de convercerle), después de unos minutos se encontraban dormidos, momento que Ares aprovechó para visitar los sueños de la semidiosa.

~El ambiente cambio drásticamente, lo que antes era valle de aguas cristalinas, con rosas alrededor, un aroma a paz y tranquilidad ahora era un campo de batalla, con personas sin vida alrededor, con un aroma a muerte y sangre. Adara supo de que se trataba, era una de las guerras que el dios había ganado, lo vió en su motocicleta, con su cazadora negra de cuero, guantes negros, gafa de sol, pantalón jean, y su típica personalidad de "chico malo" con tatuajes de serpientes, calaveras etc...

- ¡Adara! Estás más grande desde la última vez que te ví - dijo el dios caminando hacia ella.

- ¡Oh por los dioses! Ares, no creo que sea cierto. La última vez que me viste estaba igual, dándole hospedaje a un semidios desconocido mandado por los dioses y por sugerencia de usted.

- ¿No es que eres una criatura hermosa de buen corazón? Ese mortal necesitaba un hogar para quedarse más una acompañante para el viaje o "aventura". ¿Qué mejor opción que tú, hija de Afrodita?

- No creo que la bondad sea una de las cualidades de mi madre, por otro lado no estoy en desacuerdo con la decisión de los dioses, quizás un poco con mi madre y su deseo de que todos encuentren "amor verdadero..."

- No estoy aquí para hablar de los ideales de tu madre, vengo a intervenir en la posible desgracia que ha de suceder si no despiertas.

En ese momento Adara recordó que el dios de la guerra ya había intervenido su sueño una vez y eso solo podía significar peligro.

Sus ojos oscurecieron, su piel palideció, sus manos se tornaron frías, su boca secó, solo ahí en ese instante supo de que criatura se trataba. Todo oscureció, Ares se había ido y ella despertaba.

***
Campe
Terror de los cíclopes, conocida por encarcelarlos en el dominio de Cronos.

Algo acompañaba a Campe, la oscuridad tenebrosa. Venía hacía los semidioses a toda la velocidad permitida por sus largas y desagradables piernas (era mucho decir que las serpientes sustituían su rastro), de sus dos espadas venenosas, resplandecían con una luz verde y chorraba un líquido de estas.

- ¡Perci, Track arriba! - gritó Adara a los dos hombres tirados en el suelo - vamos Track - viendo como el semidios estaba despierto con sus dos espadas en manos y la criatura murmuraba imprudencias aún dormido. Campe se acercaba, la diosa tenía en mano su arco preparado con una flecha de plata incrustada.

- Atacaré hacia su rostro ya que es lo único que no está protegido, tú lo harás a sus pies ¿vale? - decreto la semidiosa poniendo en uso uno de los ataques de Ares.

- Esta bien, trata de darle en uno de sus ojos cuando esté lo más próxima del campamento.

Adara lanzó una roca a Track que dio justamente en su frente, inútil fue ya que la criatura siguió dormido plácidamente.

Levanto su arco, relajo sus hombros, arqueó su espalda, visualizo la distancia, su objetivo y disparó.

Había llegado el momento, sus vidas estaban en manos de los dioses y de unos de los viajeros...

“A menudo la excesiva tolerancia debilita y corrompe a la bondad; en el momento de la pelea se debe ser severo.”
                           -  José Vasconcelos.